II. Ordenes

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El General Thomas Hiddleston era un hombre de imponente presencia, de facciones finas pero semblante duro, al menos por fuera, muy dentro de él anidaban sentimientos buenos que fueron sepultados por el odio y el rencor que sentía.

Su vida no había sido muy agradable, su madre murió cuando él solo tenía 17 años por culpa de su padre, Thomas sin ambages, culpó a su padre, quién lo mandó lejos a un internado militar, ahí vivió cosas realmente desagradables, además de que su padre no le mandaba ni una sola carta, las vacaciones las pasaba ahí, con otros pocos compañeros. Una vez terminado su aleccionamiento, un ayudante de su padre fue por él y lo llevo a casa donde le esperaban obligaciones un tanto peculiares. Con el tiempo logró perdonar a su padre y hasta llego a quererlo a pesar de sus inclinaciones; se volvió su mano derecha y lo acompañaba a sus “expediciones” siempre que podía. En un de ellas un tal General Wellington lo engaño y le tendió una emboscada, el resultado fue la muerte del famoso General Hiddleston a manos de Wellington.

Thomas tomó orgullosamente el lugar de su padre y juró volver por la venganza. Juró al General Wellington, arrebatarle lo más valioso que tenía en su vida y acabar con él de la manera más cruel, lenta y dolorosa.

Una figura robusta se acercaba a él a paso decidido...

–Como  ordeno tenemos a la hija del General Wellington, apenas despertó hace un momento.

–Y supongo que la trataste con cortesía… –dijo el General Hiddleston.

–Por supuesto, el trato ha sido digno de una princesa –se burló.

–Hablo  en serio Baro, no quiero problemas… o al menos no más de los que ya tenemos.

–Mi general, le prometo que…

–No prometas nada, porque las promesas te las pasas por la verga; así que regrésate, vigílala, dale de comer y… no olvides tratarla con cortesía, es una orden –sentenció.

–Sí mi general, como usted diga –contestó con una risita demoníaca.

Algo en el semblante de Baro no le agrado al General Hiddleston, pues Baro solía hacer lo contrario a lo que le ordenaban y más si era probable que obtuviera una diversión o sacara ventaja de algo. Trató de ignorar este pensamiento y lo dejó ir.

Si veo que les está gustando actualizaré lo más pronto posible :D

Cualquier duda o aclaración escribanla. Recuerden que sus comentarios son muy importantes para mí. 

Estokolm Syndrome ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora