Martes

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Definitivamente, ese día desperté con el pie izquierdo. Mi despertador se averió, Takeru no me despertó, mi desayuno se desparramó sobre mis pantalones y no pude salir a tiempo para encontrarme con ella. Mi vida era repugnante.

Salí de mi casa a eso de las 9 am, bastante tarde para ser día de escuela, rezaba por que el maestro de turno me dejara entrar, gracias a Dios no me dio problemas, pero debía entrar en el segundo periodo.
No se imaginan como se burló Taichi de mí cuando le conté todo lo que me pasó en menos de una hora, y de la notoria mancha en mi pierna derecha que no logré quitar con nada. ¿Lo peor? A ella no la veía por ninguna parte. No estaba en el salón, ni en el baño de chicas, tampoco la vi en el receso. ¿Había faltado el día de hoy?

— ¿Le habrá pasado algo? — pregunté nervioso

Taichi se encogió de hombros — Pues pregúntaselo a su amiga — señaló a una pelirroja a unos metros de nosotros

— ¿Takenouchi? ¿Por qué no le preguntas tú? Siempre te está mirando...

— Yo no soy quien quiere saber sobre el paradero de Tachikawa. Vamos Yamato ¡es tu oportunidad!

Y sin darme cuenta, el idiota de Yagami me había empujado en dirección a Takenouchi, por lo cual la muchacha se dio cuenta de mis intenciones.

— ¿Yamato? ¿Ocurre algo?

— Hola Sora, cuánto tiempo sin hablar...

— Sí — me entregó una sonrisa simpática — ¿Qué ha sido de ti?

— Nada la verdad — esquivé su mirada —¿y de ti?

—Nada... creo.

Un silencio incómodo se apoderó de nosotros. Sora había llegado a nuestra clase hace un año, era una muchacha esbelta, de piel morena y cabello como el cobre. Era muy agradable, habíamos hablado varias veces, pero hace meses que no entablábamos alguna conversación. No sé por qué, pero siempre me pasaba que cuando intentaba hacer amigos nuevos de una u otra forma se terminaban distanciando de mí, creo que jamás entenderé a la gente, creo que mi forma de ser los ahuyenta.
Intenté romper el hielo, debía aprender a socializar con la gente si quería acercarme a Mimí.

— ¿Eres amiga de Tachikawa, o me equivoco?

— ¿Mimí? Sí. ¿Qué con ella? — me sonrió una vez más

— No ha asistido el día de hoy

Sora me miró con cara de sorpresa, mezclada con confusión y quizás un poco de picardía, diablos, podía palpar el fervor que emanaba mi rostro.

— ¿Desde cuándo te preocupas por ella?

— ¿Yo? — comencé a ponerme nervioso — No... No es lo que piensas solo que ella... y ella... y yo debemos... tu sabes... trabajo... y Tachikawa... y nosotros...

— Ya Yamato — comenzó a reír — No tienes por qué ponerte nervioso conmigo. Mimí tuvo que resolver unos asuntos familiares, no asistirá quizás por un par de días

— Ah... — Me limité a decir — gracias

— ¿Quieres que le diga algo?

— N-no

Se encogió de hombros y me sonrió... Quería matar a Taichi, realmente quería hacerlo, fue la conversación más incómoda y además no logré nada hablando con ella. Estaba a punto de voltearme avergonzado cuando Sora me tomó del brazo.

— Yama...

La miré por sobre mi hombro.

— Quería pedirte un favor — la vi sonrojarse

La peor semana de YamatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora