Chapter Thirty eight // Demons

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"I want to hide the truth

I want to shelter you

But with the beast inside

There's nowhere we can hide"

-Demons, Imagine Dragons. 

Harry.

Sabía que se tenía que haber hecho que se quedara en el estúpido granero.

Como pude aparté el cuerpo del muerto que acababa de caer encima de mí después de que le dispara en el cráneo. La sangre chorreaba de su cabeza de una manera demasiado desagradable como para poder explicarla y, aunque ya no estaba en peligro mi vida me sentía más nervioso que hace unos segundos.

Ella no estaba.

-Alexandria -murmuré, levantándome rápidamente del suelo. Cinco cadáveres yacían alrededor, y ninguna amenaza parecía estar cerca. -Alexandria...

Desesperado comencé a recorrer el lugar.

Cinco segundos, cinco maldito segundos en los que me giré para poder acabar con esas cosas y ella desaparece.

Maldita sea.

Intenté calmarme con la idea de que ella pudiese haber corrido hacia Deanna y Ethan, pero mientras más lo pensaba más ansioso me ponía. Era imposible, ella no se apartaría de mí. Si no estuviera acorralada por los muertos, ella elegiría ayudarme a pelear antes de irse con cualquiera.

Lo sabía porque si la situación fuera al revés, es lo que yo haría.

Eso solo me dejaba una opción.

-Maldita sea. ¡Alexandria! -Grité, desesperado -¡Alexandria!

Si ella estaba herida... si ella... si le ocurría algo...

Ni siquiera estaba seguro de que haría, maldita sea. Lo perdería. Perdería el sentido, perdería... perdería todo.

Sentía como mi corazón latía cada vez más fuerte; necesitaba encontrarla.

Un ruido se escuchó detrás de unos arbustos y de inmediato corrí allí. En cuanto noté que se trataba de un muerto, tirado en el piso, maldije. Un gran lago se mostraba imponente en frente de mí, pero no me detuve demasiado a mirarlo. No importaba; nada de esto importaba.

-¡ALEXANDRIA!

-¡¿Que mierda estás haciendo?! -Deanna me miró amenazante; detrás de ella venía el imbécil de Romeo.

-¿Dónde está ella? -Deanna me miró como si estuviera delirando -¿¡DONDE ESTÁ ELLA?! Dime que está con ustedes, porfavor, Alexandria...

-Eh, si no dejas de gritar... -la chica miró alrededor, nerviosa -vas a llamar a la mitad de los muertos que aún están por aquí. Así que, o cierras la boca, o...

-Ella no está, Deanna -murmuré, casi devastado. Sentía este enorme nudo en el pecho que solo recuerdo haber sentido una vez antes. Dos, si contamos por separado las dos escenas traumantes que viví aquella noche.




Alexandria.

Estaba asustadisima.

Los árboles suelen tener su propio ruido, y si estás temblando, y en las condiciones en las que yo me encontraba en este momento, esos ruidos pueden confundirse fácilmente por tus peores pesadillas.

R E F U G I O // (h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora