Capítulo IV: "Nuevas sensaciones"

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[RUGGERO]

Mi boca estaba a segundos de responderle, cuando comenzó a sonar mi celular, lo saqué rápidamente de mi bolsillo y sólo por un segundo mire en la pantalla y vi el nombre "MIRIAM", no contesté, lo único que quería era responderle a Karol que, por supuesto que volvería, pero cuando quise hacerlo, había desaparecido, se había ido. Mis ojos la buscaban de una forma tan desesperada, que mi respiración se agitó un poco más, caminé hacia el final del pasillo, pero nada; mi celular volvió a sonar, no hice caso, me fui directo a la caja y vi a Sergio...

-¿La viste salir? – le pregunté-

-¿A la chica de ojos claros?

-Si, si, a ella.

-Si claro, pagó el paquete de café y salió sin mirar atrás.

-¿No dijo nada más?

-No, nada más.

-Gracias Sergio - un tanto decepcionado me dirigí a la puerta, pero me detuve y le pregunté a Sergio –

-¿A las 7:00 entonces llega el café colombiano?

-Si, a partir de las 7:00 podrá encontrar lo que busca - me dijo sonriendo – me parece que nos veremos más tarde, ¿cierto?

[KAROL]

Tenía que salir de ahí pronto.

¿Pero qué fue todo eso? ¿Fue real?

El medio paquete de café estaba en mi mano, y como pude, abrí la puerta de mi casa y entré rápido, como si por fin hubiera llegado aun lugar seguro. Miré de reojo mi reloj y me di cuenta de que ya no tenía tiempo tenía que irme a trabajar. Corrí a alistarme para salir cuanto antes, no podía permitirme llegar tarde otra vez, mi jefe ya me había llamado la atención varias veces y no podía arriesgarme, así que olvidé el café y me fui.

Enel trayecto hacia la oficina, no podía dejar de pensar en esos minutos en aquel pasillo, en mi comportamiento, en su comportamiento,parecía que nos conocíamos hacia tiempo, como si en otra vida,hubiéramos estado unidos de alguna forma, como si al mirar sus ojos mi corazón se sentía en casa... que extraña sensación, pero experimentarla había sido maravilloso, jamás me había sentido tan bien en toda mi vida.

Detuve el auto y al llegar a la oficina, nuevamente sentí un mareo, ahora un poco mas fuerte, por lo que tuve que detenerme antes de llegar al ascensor, sosteniéndome con la pared, sentí que me desvanecía poco a poco, solo pude escuchar a lo lejos...

-¡Karol, Karol...!

[RUGGERO]

Llegue al departamento, bueno mi cuerpo, porque mi mente se había quedado en ese pasillo, frente a esa mirada dulce.

Dejé la bolsa resellable de café sobre la mesa, junto con las llaves y mi celular.

-Te estuve llamando para decirte que más necesitaba del supermercado y no me atendiste, ¿qué paso? ¿Me estás escuchando? ¿Ruggero?¡Hey! ¿Estás bien? - me decía Miriam ya desesperada por la falta de respuestas.

-¿Que? ¿Qué dices? – reaccioné- Estoy bien, perdón, es que no escuché el celular, lo dejé en silencio, perdóname amor, y al parecer necesito ese café con urgencia porque sigo dormido.

-Bueno, pues a mí ya no me da tiempo de prepararlo, te deje el desayuno listo, yo tengo que irme al estudio porque hoy tengo varias reuniones – comenzó a decir mientras entraba a la habitación.

El resto de su discurso la verdad que no lo escuché, estaba tan perdido tratando de entender todo lo que había pasado, que no podía concentrarme, pero tenía que tratar, no podía permitirme perder la cabeza por una desconocida que probablemente jamás volvería a ver,tenía que seguir con mi vida.

Pasé mis manos por mi rostro, y por mi cabello con la finalidad de despabilarme y volver al mundo REAL, y fui rápidamente a alistarme,debía llegar temprano al restaurante, cambiaríamos el menú y tenía que poner al tanto a todo el equipo, tanto cocina como meseros, sería un día bastante largo, así que tomé mi celular y comencé a llamar.

-Claudia?, soy yo, oye voy un poco atrasado en tiempo, pero no tardo.

-Si chef, avisaré a todos.

-Gracias, nos vemos en un rato.

Fui a alistarme y para mi sorpresa Miriam ya estaba casi lista para irse.Me dio un beso rápido al que no correspondí, seguía como en un trance extraño. Ella lo notó y volvió a preguntarme:

-¿Seguro que estas bien? Te noto diferente, ¿pasó algo en el supermercado? - me dijo preocupada.

-No, no, todo bien. -era obvio que no podía decirle nada de lo que había pasado, ella era bastante celosa y no quería problemas y mucho menos a esa hora del día.

- Bueno, me voy, no se te olvide que ya habiamos quedado en vernos alas 7:00 en el restaurante para cenar, ¿ok?, te amo - dijo.

No respondí, me quedé sentado en la orilla de la cama, algo había cambiado,me sentía diferente, ¿qué me estaba pasando? Y de pronto caí en la cuenta de que Miriam había dicho que a las 7:00 nos veríamos, ¡no puede ser!, pero lo más extraño es que yo por ni un segundo dudé a que cita quería acudir.

¿Acaso estoy enloqueciendo?

























"Un café para dos" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora