CAPITULO VI: "Un encuentro... ¿inesperado?"

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[KAROL]

¿Entonces es posible que a las 7:00 de la noche el italianito vaya al supermercado?- dijo Gina con una voz incrédula pero emocionada.

No, claro que no... no creo, no es posible... - miré de reojo a Gina - ¿o sí?

¿Bueno y te vas a quedar con las ganas de averiguarlo?, mira que si tu no quieres ir, yo con todo gusto te sustituyo, quiero decir, si es exactamente como lo describes, un modelo de Calvin Klein se queda corto.- se burló y continuó - Karol, piénsalo por un segundo, no tienes nada que perder, lo peor que puede pasar es que no vaya y ya está.

Creo que eso es lo que más temía, no volver a verlo. Pero es que, ¡todo esto es tan extraño!, ¿cómo es posible que un total desconocido me tenga así? Esto no es normal, tal vez es una señal de que tengo que tener más vida social, dejar mis miedos y comenzar a relacionarme con más gente. Pero por otro lado, no podía dejar de pensar en esos ojos, en ese cabello, y en esa sonrisa, ¡Dios, esa sonrisa!,tan seductora , sexy y coqueta, pero al mismo tiempo cálida y amigable; la recuerdo y en mi interior comienzo a sentir sensaciones que no había experimentado antes, el latido de mi corazón se acelera y unas ganas inmensas de verlo de nuevo inundan mi mente, mi ser; una emoción maravillosa que no soy capaz de controlar.

¡Dime por favor lo que estas pensando! - me dijo Gina, sacándome de golpe de mis pensamientos- ¡porque esa sonrisa en tu rostro vale un millón de dólares!

¡Estás loca Gina!, no estoy pensando nada - mentí.

Está bien, no me lo digas, igual es bastante obvio en "quien" estás pensando. - se levantó de la silla y miró su reloj- ya casi son las 7:00, deberías de irte arreglando para tu cita.

¿Cita? ¿Cuál cita?, no es una cita, ¡por favor!, deja de estar diciendo tonterías - le reclamé un tanto molesta.

Bueno, bueno no te enojes. Muy bien, entonces no es una cita, pero de cualquier manera tienes que comprar "tu café", ¿no? - y me miró levantando una ceja.


¡Claro, claro! Tienes toda la razón, además no puedo quedarle mal a Serch, porque le dije que iría.

Si, claro, a Serch - y soltó una carcajada que me contagió.

Cuando nuestras risas cesaron, la miré un tanto seria y melancólica y le dije;

Es tiempo de arriesgar, ¿cierto?

Es tiempo amiga, es tiempo.

[RUGGERO]

Mientras cocinaba, su imagen no se iba de mi mente, como si fuera una especie de hechizo, porque mientras más pensaba en ella, más me emociona. preparar los platillos, nunca había visto mis manos trabajar tan hermoso, tan prolijo, tan impecable. Era como si pensar en ella le diera un nuevo sentido a mi vida y eso incluía mi trabajo, ¡estaba increíblemente sorprendido! Y al parecer yo no era el único porque todo mi equipo estaba igual que yo, e incluso más, sobre todo Claudia, quien entre platillo y platillo veía sorprendía el movimiento de mis manos.

¡Basta! ¿Qué tanto me ves Claudia?, ¿Puedes por favor seguir trabajando? - la reprimí, si mirada fija me ponía bastante nervioso, como si me analizara.}

Perdón que se lo diga chef, pero es la primera vez que lo veo cocinar así, jamás había visto a un chef trabajar con tanta pasión y emoción - caminó hacia mí, se recargó en la barra donde estaba trabajando y se cruzó de brazos, me miró fijamente a los ojos- Hay algo diferente en sus ojos, hay una luz nueva, un brillo - entrecerró sus ojos, como si quisiera entrar a mi mirada para descubrir lo que era, me moví hacia atrás, y desvié la mirada.

"Un café para dos" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora