—Devuélvemela.—Rubén intentó alcanzar la gorra.—Dámela, Dalas.
Dalas rió como un niño y corrió fuera de su alcance. Rubén tenía una sonrisa en el rostro, pero intenaba actuar con seriedad.
—Dámela, Dalas.
Él se la puso al revés, y Rubén no pudo reprimir una carcajada. Por suerte, tenían el piso para ellos solos. Mangel se habían marchado por voto propio, alegando que necesitaba tiempo para pensar. Y tampoco es que pudiesen salir a la calle juntos, tras el revuelo de las cándidas fotos.
Rubén había bromeado sobre el tema en un directo.
—Podría ser cualquier persona; es de noche, y la foto es de mala calidad. No soy yo, no tiene sentido—dijo, con una sonrisa casual, mientras Dalas observaba desde la puerta.
Odiaba mentir a sus fans, pero se había visto obligado a hacerlo por el futuro de la relación que Dalas y él intentaban construir.
—¿Me queda bien?—Preguntó Dalas, sonriente como nunca en mucho tiempo.
—Muy bien—respondió, acercándose.
—¿Ya no quieres quitármela?—Dalas lo miró retándolo. Rubén sonrió y lo cogió de los hombros.
—Son otras prendas las quiero quitarte—murmuró, metiendo las manos por el cuello de la camiseta y tocando el cálido pecho de Dalas. Este rió, encantado con su iniciativa.
Rubén lo besó con intensidad, saboreando su sabor. Dalas desató su cinturón, y se separaron para quitarse sendas camisetas.
—Quiero tomarte—gimió Dalas, cogiéndolo de la cintura con necesidad.
—No.—Rubén se separó, mientras Dalas lo miraba con extrañeza. Rubén lo empujó a la cama.
—¿Qué haces?
Rubén se subió encima de él y bajó la ropa interior para revelar el trasero dulce de Dalas. Se sacó el miembro y penetró a Dalas con fuerza. Este se revolvió entre gemidos.
Rubén agarró sus caderas y lo embistió con deseo. Dalas lo miraba bocabajo, con una expresión de dolor y placer.
—Más—susurró. Rubén lo obligó a incorporarse y lo maturbó mientras lo tomaba y le lamía el cuello.
—¿Te gusta que te tomen por detrás?
—Sí.—Dalas tenía los ojos cerrados.
Entonces Dalas se liberó.
—Quiero follarte—dijo, lamiendo el pene húmedo de Rubén.—Ahí. —Señaló el escritorio, y Rubén asintió con lujuria.
Se sentó en la mesa del ordenador, dejando su trasero abierto para Dalas. Este lo penetró de golpe, y Rubén abrió más las piernas con un grito.
Dalas gruñó y lo cogió de las caderas, embistiéndolo con fuerza.
—Fóllame, fóllame—murmuró Ruben, con los ojos cerrados.
—Fóllame, fóllame—susurraba su mejor amigo.
Mangel observó la imagen, sorprendido. Estaba en casa de un amigo de la infancia. No soportaba la presencia de Dalas en la vida de Rubén. Él llevaba años intentando demostrar sus sentimientos a Rubén, y justo cuando había decidido contárselo, apareció Dalas, apartándolo de él.
Pero eran mejores amigos, tenían que arreglarlo. Eso había pensado a llamarlo por Skype. Seguramente Rubén había pulsado sin querer la tecla de aceptar la llamada.
—¿Rubén?—Mangel era consciente de que aquello no era suyo para ver, pero era incapaz de apartar la mirada de erótica imagen.
Rubén tenía los pantalones bajados hasta los muslos, y Dalas lo follaba desde atrás. Se escuchaba a la perfección el sonido húmedo de entrada y salida, y los gemidos de Rubén y Dalas.
—Fóllame, fóllame. Quiero que te corras en mí—dijo Rubén. Aquello era todo lo que siempre había querido oír.
Mangel se acarició el miembro por encima del pantalón. Estaba duro.
Lo sacó y comenzó a masturbarse furiosamente, con la placentera imagen de Rubén siendo poseido con dureza.
Rubén acabó con mucho ruido, y Mangel vio el semen salir de su erecto miembro. Dalas lo obligó a agacharse y le folló la boca, hasta que la corrida le cayó por las comisuras de los labios. Mangel terminó al mismo tiempo y cerró la pestaña.
ESTÁS LEYENDO
Secret (HOT. Dalas & Rubius)
FanfictionDalas ha viajado a Madrid para asistir a un encuentro multitudinario de youtubers internacionales. Una tarde tiene contacto con uno de los youtubers asistentes, pero sin saber que él también iría. Días más tarde, no es menos que una gran s...