—Rubius, eh—oyó que alguien lo llamaba, él se revolvió entre sus sábanas y gruñó.
La persona suspiró.
—Rubén, vas a llegar tarde.—Lo movió por el hombro.
—¿Tarde a dónde?—Susurró, con la voz grave.
—No vas en serio, ¿no? El evento multitudinario de youtubers.
Él murmuró algo, soñoliento.
—Diles que no voy.
—Venga ya, no puedes cancerarlo a dos horas de empezar—le replicó su mejor amigo.
—¿Por qué?
Mangel musitó algo, tratando de hacerle entrar en razón.
Al final, consiguió convencerle. Lo sacó de la cama y lo mandó a la ducha mientras él hacía el desayuno.
Rubén se arrastró hasta el baño. Sin ánimo.
Se sentía usado. Dalas se las haría pagar, se decía. Pero por el momento, solo deseaba hundirse en la tristeza y la autocompasión.
Además, sabía que debía mantener una sonrisa en su cara por las próximas cinco horas, y no mostrar su lado triste. Era su obligación estar contento para alegrar a sus fans.
Se vistió, y se miró al espejo, empañado por el vapor de la ducha caliente que acababa de darse.
—Olvídalo—se dijo, mirándose directamente a los ojos—. No vas a volver a verlo.
Suspiró, y fue a la cocina. Mangel estaba allí, ocupado cocinando. Rubén se desplomó en la silla.
—¿Vas a contarme lo que te pasa?—Cuestionó su amigo, de espaldas.
Rubén no se había atrevido a confesarle a su mejor amigo lo que había hecho. Sabía que le entendería, pero él mismo estaba explorando y tratando de descubrir qué le pasaba, y aún no se sentía realmente preparado.
—Todavía no.—Su amigo no dijo nada. Lo entendía. Se volvió con una sonrisa, y un par de tostadas recién hechas.
Se montaron en el coche, media hora más tarde. Se encontraba nervioso, siempre lo estaba que iba a conocer a sus fans, era tímido aunque lo ocultara.
Mangel, en cambio, solo parecía muy ilusionado.
Después de que su amigo condujera durante quince minutos, entre risas, canciones y charlas, llegaron al pabellón. Era enorme vacío, pero ahora, rodeado de gente, lo parecía más aún.
Cuando la gente que esperaba en la larguísima cola lo vio, empezaron a gritar, él saludó con una sonrisa.
Entraron por una portezuela de personal, y un guardia vestido de negro los recibió enseguida.
—El Rubius—dijo, con un tono que no era de pregunta—, en el stand número 3. A la derecha.
Antes de que pudiera darle las gracias, otro youtuber entró, y el guardia corrió a darle instrucciones.
Mangel y él se miraron sorprendidos.
Caminaron entre los puestos medio vacíos.
Alexby estaba en el stand de la derecha, y se acercó a saludar.
—Dios, me muero de los nervios—declaró Alexby.
—Ha venido mucha gente—añadió Mangel.
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Secret (HOT. Dalas & Rubius)
FanfictionDalas ha viajado a Madrid para asistir a un encuentro multitudinario de youtubers internacionales. Una tarde tiene contacto con uno de los youtubers asistentes, pero sin saber que él también iría. Días más tarde, no es menos que una gran s...