Me desperté a mitad de noche con la sensación de que había tenido una pesadilla, pero no era una pesadilla, tan solo la retorcida realidad. No recordaba como había llegado hasta mi cama ni como era que llevaba otra ropa diferente. Salí de mi cama de inmediato y respire hondo, me entro el pánico, estaba en una casa viviendo con vampiros que un día podían asesinarme.
Llevaba puesto unos pantalones del chándal anchos y una camiseta que no era mía, pero que desprendía olor a rosas, debía ser de Isaac, ya que por alguna razón así olía Isaac, no era ninguna colonia, si no su propio olor.
Salí de la habitación y eche a correr por las escales todo lo sigilosamente que pude la primera puerta con la que dial exterior fue la del patio de detrás, un patio asilado, grande y con altos pinos y una fuente pequeña de un angelito. Me quede sentada en la fuente durante unos minutos poniendo en orden todo, pensé en la posibilidad de volver a España o de dejar la casa e irme a vivir a un apartamento pagado por mi padre hasta que encontrara otro trabajo, pero había algo en mi que no quería huir, que me hacía sentir bien aquí y a pesar de todo el miedo había algo que me aferraba a esa mansión, tan solo había estado poco más de un mes pero ya me sentía como una hermana para lisa y Maddie aunque era un poco borde pero era muy cariñosa.
Alguien se sentó a mi lado e instintivamente me levante, no era ni Alan ni Isaac, ni tampoco Lisa, era el señor Lovelace.
- Hebe - me dijo despacio - Se que tendrás preguntas y tal vez deberíamos habértelo dicho desde el principio pero no queríamos que ninguna niñera mas renunciara, siento que te hayas enterado de esta manera.
- Sigo sin entender cómo es posible y si ...
- No matamos a nadie, por si te lo preguntas - me dijo y ciertamente me tranquilizo un poco - le pagamos al mes a un número de personas que nos suministran sangre voluntariamente, jamás te haríamos daño.- hizo una pausa - Alice y Karlos son humanos como tú y jamás sufrieron ningún daño, si no, protección, puedes halar con ellos sobre esto si lo deseas - me siguió diciendo
- Si pero ¿ Cómo es posible vuestra existencia ?
- Cualquier cosa que seas capaz de imaginar es posible Hebe- me dijo - No sé explicarte los orígenes de los de nuestra especie pero si puedo explicarte cómo es que yo soy así
- Adelante
- Naci en Estados unidos en 1770, mi madre murió al tenerme y mi padre tuvo que trabajar mucho para poder darme de comer, yo me crie en las calles de Nueva York y mi vida no fue lo que se dice bonita, en 1792 contraje una gripe rara de un nativo africano. Estaba a punto de morir y un conde ingles me encontró, el era un vampiro y me transformo al igual que él y me adopto, desde entonces vivo aquí. Estudie cuatro carreras y si he tenido muchas mujeres pero no me lo perdono, porque ellas eran mortales y al engendrar el hijo de un vampiro morían en el parto o al tiempo de este enfermaban y morían.
- ¿ Y cómo es posible que un vampiro y un humano ... ? - le pregunte
- Ciertamente es extraño, mi médico, uno de confianza investigo que es posible pero en un porcentaje muy reducido - suspiro - Alan e Isaac son medio vampiros y Lisa es una vampira de pura sangre, porque su madre y yo somos vampiros. Alan e Isaac tienen la misma fuera pero ellos a veces se guían por impulsos o son muy sentimentales, ya sabes, esa parte humana, que yo tengo y a veces siento que perdí
La conversación me había calmado un poco pero seguí inquieta, volví a mi habitación para descansar un poquito más pero Isaac estaba sentado en mi cama
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Cιcαтrιceѕ
VampirHebe es una joven de 19 años que ha sido admitida en la universidad de Londres, por lo que tiene que viajar allí y empezar una nueva vida. Para ayudar a pagar sus estudios encuentra un trabajo cuidando a una niña que pertenece a una familia millonar...