Capítulo 1

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Capítulo 1

Aquí estoy. Miro el imponente edificio que es el aeropuerto de barajas y cojo una gran bocanada de aire. ¿Habré hecho bien? Ya sé que hace solo unas cuantas horas que he dejado Mallorca, pero, es que se me hace tan raro.

Siempre fui una cabra loca cuando era pequeña, amaba correr por las playas y pasar 16 horas del día sin salir del mar, las otras horas restantes dormía como un angelito. Tras recoger mi maleta y la caja que traje con unas pocas de mis partencias, salgo buscando a mi tía Melissa con la mirada. Es impresionante la de gente que hay solo en este pequeño sector del aeropuerto. Cuando veo su característico pelo pelirrojo rio y me acerco al verla distraída.

-No será usted la pelirroja más sexy de todo Madrid verdad? - Rio cuando se da la vuelta de un brinco

-Raquel! ¡mi enana favorita! - Ríe rodeándome con sus brazos en un cálido abrazo. - ¡Bueno, enana...porque ya estas hasta más bella que yo! - se separa para examinarme bien.

- ¡Vamos tía no exageres, tu estas tan guapa y elegante como siempre! - esta vez soy yo quien la abraza-

-Eso de elegante suena de mujer mayor! Solo tengo treinta y cinco- Mira a todos lados como si hubiese dicho el mayor de los pecados.

Melissa es hermana de mi madre, ella falleció hace apenas tres años, mi tía desde entonces se mudo a Madrid a pesar de que le rogué que no me dejase sola, siempre hemos sido como hermanas y la quiero a rabiar.

-Bueno nos podemos ir a un lugar que no este tan lleno de gente? - Rio mirando a toda la gente que pasa de un lado a otro por nuestro lado.

-Si vamos a mi querido pisito, te va a encantar, tu habitación lleva días lista y esta noche podríamos salir a cenar algo y así tienes el primer contacto con la ciudad. - dice ayudándome con mi maleta.

- ¿Oye Mel, el centro donde voy a trabajar queda muy lejos de tu casa? - la miro mientras caminamos en busca de su coche.

-No y sí... -ríe y sopla el pelo que se le cuela en la cara- tienes que coger el metro y en diez minutos llegas, de todos modos, ¿podemos pasar por delante ahora sí? - asiento y no puedo evitar reír al ver su coche. - qué pasa? Es lo más practico a la hora de conseguir aparcamiento – Se ríe con esa risa escandalosa que siempre me ha gustado.

-No cambias meli meli..- le guiño un ojo subiendo mi maleta y la caja al pequeño Fiat 500 que tiene mi tía.

De camino al centro no puedo dejar de mirar la cantidad de edificios y rascacielos que hay, es casi irreal. No sabia si venir a hacer mis prácticas de fisioterapia aquí seria buena idea y por el momento no lo estaba siendo. Siempre ame la libertad de caminar por la playa al atardecer y el silencio y paz que se respira en las calas de Mallorca, pero si me quedaba allí jamás podría trabajar y conseguir entrar en la mejor escuela de moda de España. Si, ya se que soy fisioterapeuta, pero, mi madre, antes de morir, me contagio su amor por el diseño de moda, poder expresar lo que tu mente imaginaba era algo tan fácil para ella que siempre quise saber si yo tendría el mismo talento, y si así fue. Un fuerte sonido de pita me hace regresar al mundo real.

-Mira por donde vas payaso! – grita mi tía Melissa por la ventanilla cuando un coche se le cuela de pronto delante de ella- Lo peor de esta ciudad y lo que mas vas a odiar es el tráfico. Aquí todos se creen dueños de la carretera... - gruñe molesta

-No pasa nada, te recuerdo que tu cuñado, a estrellado el coche dos veces lo que va de año... -rio al recordar los accidentes, menores, de mi padre.

- ¿Por cierto, como están Mario y Juan?

-Pues hechos dos hombrecitos ya! Mario ya tiene novia y Juan dice que el prefiere centrarse en su carrera futbolística -Ruedo los ojos riendo

-Pero si solo tiene 6 años! -ríe ella también- siempre me digo que voy a ir a verlos y el trabajo siempre me lo impide

-Ellos entienden la situación Mel, además ellos prometen venir a vernos ahora que estoy yo aquí

-Bueno eso espero verlo, así podrías llevarlos a ver el Santiago Bernabéu -Mete su coche en el garaje de un edificio. - No debería de decirlo, pero, un amigo es parte de la plantilla técnica y podría conseguir que conozcan al equipo.

-A Juan le daría un sopapo- Rio bajando mis cosas del coche y siguiendo a mi tía al ascensor.

Cuando llegamos al ultimo piso y mi tía abre la puerta de su ático flipo al ver lo bonito y moderno que es, pero a la vez muy acogedor. Nada mas abrir la puerta se puede apreciar en un diáfano espacio abierto entre el salón y la cocina que quedan conectados y a la vista el uno del otro, detrás y desde ambas estancias hay una gran cristalera que da a una terraza en forma de L y desde la cual se ve la mayor parte de Madrid.

-Madre de mi vida... -Jadeo alucinada- no pensé que fuese tan increíble Melissa...

-Ven para que veas la que va a ser tu habitación – ríe tierna y camina por el pasillo que esta pasando al lado de la cocina. - Esta es mi habitación- señala una puerta, pero sigue andando- y está de aquí es la tuya- abre la puerta del fondo del pasillo y me deja pasar.

Nada mas hacerlo mi boca se abre inmensamente. La habitación es de un suave color agua marina, mi preferido, y todo está decorado con motivos caribeños y de playa, pegada a la pared del fondo hay una cama de matrimonio con un aspecto muy cómodo llena de cojines y con motivos también playeros. Hay dos mesitas de noches blancas y del lado derecho hay un armario blanco con las puertas de espejo. En el lado izquierdo, al lado de la puerta hay un escritorio listo para mis cosas, y en la pared izquierda hay una pequeña terraza con más vistas de Madrid. Encima del cabecero de mi nueva cama hay una gran foto de una playa caribeña y una especie de tul que cuelga del techo, para protegerte de insectos.

-Puedes añadirle lo que tu quieras, añadir mas muebles, en serio lo que quieras y esta puerta de aquí es tu propio baño- sonríe nerviosa abriendo una puerta que esta al lado del armario.

-Tía esto... esto es mas de lo que jamás imagine... - susurro con los ojos llenos de lágrimas.

- ¿Venga tontita nada de lloros ni nada por el estilo, ahora te poner cómoda, te instalas y luego vemos a donde nos vamos a cenar sí? – Acaricia mi pelo sonriendo y besa mi frente antes de salir.

Miro de nuevo la habitación emocionada, camino a la pequeña terraza y me apoyo en la barandilla admirando como el sol empieza a ponerse en la ciudad de Madrid. Sigo sin creerme que haya tomado una decisión como esta, una tan grande... pero sin duda es una de las mejores decisiones que he tomado.

Tú, mi mejor decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora