Siento algo caliente en mi mejilla desde buena hora de la mañana. Los rayos de luz calientan mi mejilla y ronroneo saboreando ese placer que se puede saborear por las mañanas cuando estas acurrucada en la cama. Escucho el canto de los pájaros y sonrió acurrucándome más, mi pelo se alborota en mi cara y suspiro relajada. Hoy empiezo más tarde en el trabajo y estos minutos extras en la cama van a hacerme sentir con más energías hoy.
Me giro y cuando quiero seguir disfrutando de mi mullido colchón siento que todo pasa en una fracción de segundo. Escucho dos pequeñas voces gritando mi nombre y saltando en mi cama para que despierte. Alzo mi cabeza y veo a mis hermanos Juan y Mario. Ambos ríen y me abrazan.
-Pero esto que es!? – jadeo y rio rodeándoles con mis brazos- que hacéis aquí? – sonrió con los ojos aguados mientras beso sus cabezas.
-Hemos venido con papa! – Mario señala la puerta y allí veo a mi padre sonreír feliz y con lágrimas en los ojos al igual que yo
-Si! ¡Hemos venido a antes riri! – ríe Juan y hace que le mire para besar mi mejilla, Mario le imita y yo sonrío embobada.
-Bueno pues eso me hace muy feliz! – rio tierna- porque no me dejáis saludar a papa y que me prepare? – Sueltan un sí a la vez y corretean fuera de mi habitación mientras me coloco la bata y corro a abrazar a mi padre
-Hola mi caracolita – susurra con la voz llena de emoción mientras me abraza
-Hola papa- sonrío con la cabeza hundida en su pecho, hacia tanto tiempo que no olía el olor a casa y me siento en casa de nuevo.
-Tus hermanos han querido darte los buenos días a su manera- ríe y me mira tierno- estas preciosa cariño
-Papa! – rio sonrojada y me alejo un poco- me iré a cambiar y así podremos salir con los renacuajos.
-Está bien – Sonríe y me deja sola, es cuando asimilo todo lo que está pasando, por fin me siento un poco en casa después de casi dos meses viviendo en esta gran ciudad.
Cuando por fin estoy lista salgo pasando mis dedos por mi pelo. Escucho la risa mi tía seguida de la de mis hermanos y no puedo evitar sonreír como hace tiempo que no lo hacía. Cuando llego a la cocina veo a todos ahí reunidos, mis hermanos sentados en la barra de la cocina y mi padre detrás de ellos mientras mi tía le sirve café a mi padre.
-Mira quien está aquí! – sonríe mi tía y me abraza cuando estoy a su lado
-Menuda sorpresa verdad? – miro a mis hermanos y sonrío más al verles así de felices
-Es que teníamos muchas ganas de verte riri- dice Juan terminando su bollito.
-Ya y no será porque tía os ha prometido ir al Bernabéu? - ella ríe cuando ambos se sonrojan
-Ese es el mayor motivo – ríe mi padre
-Bueno vamos a dar un paseo por la ciudad? – sonrío tierna y ellos asienten frenéticamente causando nuestras risas.
Mi tía y yo les llevamos a los lugares más significativos de Madrid, ver sus caras de asombro, esas caritas mirando todo alucinados hace que todo merezca la pena, que todo lo que he pasado en este poco tiempo sea útil después de todo. Ellos me acompañan al trabajo y cuando conocen a mi alocada amiga se llevan genial en seguida.
-Hola...- una voz conocida suena detrás de mí y me giro con una gran sonrisa, Richie me mira curioso para luego sonreír. - Hola nena – se acerca y deja un dulce beso en mis labios sin ser consciente de que mi padre y mis hermanos están delante.

ESTÁS LEYENDO
Tú, mi mejor decisión.
Romance¿Que harías cuando, la vida que siempre has soñado hace que te tengas que alejar de tu familia? Raquel tiene que elegir si, ser diseñadora como siempre soñó, o hacer que su padre y sus hermanos estén orgullosos de ella, eso la llevara a tomar un cam...