Cuando termine de instalar todas mis cosas me metí a la ducha y me refresque. La música sonaba en el ático cuando salí al pasillo y observé como mi tía se servía una copa de vino. Sonreí al recordar las tardes de verano que ella y mi madre pasaban en el porche de casa al calorcito y bebiendo. Esa era su manera de olvidar los malos ratos que pasaban durante el día, y allí mientras ellas se reían de todo yo y mis hermanos disfrutábamos de nuestra niñez.
-Ya veo que aun que lleves aquí unos cuantos años no pierdes la costumbre- rio apoyándome en la barra de la cocino y observo su sonrisa.
-Tu madre me volvió adicta a esta costumbre, ahora cada vez que algo me preocupa abro la botella- suspira y pasa la palma de su mano por su cara. - Ya has llamado al centro de masajes? Doña Clara me dijo que te deja un solo día para adaptarte a Madrid
-Y esa tal Clara es de fiar? - ella asiente volviendo a servirse un poco de vino- ya se que la conoces de hace tiempo, pero... ya sabes me cuesta fiarme de alguien después de lo de mama.
-Raquel, aquí no puedes ir con esa inseguridad, tienes que comerte el mundo que es a lo que has venido, sé que a Doña Clara le encantaras y ella te encantara a ti...-Mira su móvil cuando recibe un mensaje- va ve a ponerte guapa que he reservado en un muy buen restaurante y luego en una de las mejores discotecas de Madrid- mueve sus cejas de arriba abajo sonriendo coqueta y yo solo rio.
-Como me lías Melissa, iré... pero solo un rato ¿sí?- ella se ríe de mi como si estuviese loca.
A las 2:30 de la mañana miro mi reloj y resoplo cansada de esta música, de este ambiente y de toda la gente que me rodea. Mi tía a quedado con unos de sus amigos y mientras yo espero a que me sirvan una botella de agua la miro reír y hablar con ese guapo moreno de ojos verdes que se a agenciado. No es que yo me considere fea, pero para ella siempre fue fácil conseguir la atención de los hombres, mientras que yo solo e tenido un novio en mis 19 años y encima me dejo el día que me pusieron los aparatos.
-Disculpa... -Escucho una voz masculina a mi lado después de haber sentido un ligero empujón.
-No pasa nada, es normal, esta todo tan lleno de gente joder...- gruño tapando mi cara cansada ya de tanto bullicio.
-Vienes de alguna cueva o isla desierta? – su risita tierna me hace alzar la cara. Y lo que veo no me desagrada para nada. Un chico alto moreno, con los ojos color chocolate, labios enormemente sensuales, barbita de algunos días, sonrisa que haría que te replantees que si es verdad que los ángeles existen y ese pelo... ese pelo que me pasaría las noches enteras acariciando. - Hey estas bien? – ríe mas y mueve su mano delante de mi cara.
-eemm... si ... -le miro de nuevo bien y noto como mis mejillas arden, enseguida las tapo y rio nerviosita, venga Raquel que te pasa? - que me decías?
-Que si vienes de alguna isla desierta?, es que eres muy graciosa -sonríe mas y no puedo evitar mirar los hoyuelos que se le forman, dios, quiero hundir mis dedos en ellos- Ya veo que de por aquí no eres – me examina de arriba abajo y siento como todo mi cuerpo entra en calor.
-Tanto se nota? – rio pensando en mis cosas- quiero decir, vengo de Mallorca...
-Oh una paisana! – sonríe y me mira más de cerca. - Me llamo Marco! – medio grita cuando el volumen de la música aumenta-
-Raquel! – rio y sin si quiera darme cuenta noto que me esta dando un beso en la mejilla, dios, su barba me raspa las mejillas y es la cosa mas placentera que jamás he sentido.
-Pareces algo asustada, ¿que haces en un lugar como este? ¿No estas sola o sí? – jadea y mira a mi alrededor-
-He venido con mi tía, pero esta algo ocupada- señalo a la pelirroja que ahora mismo se besa de una manera muy poco normal con su galán.
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Tú, mi mejor decisión.
Romantizm¿Que harías cuando, la vida que siempre has soñado hace que te tengas que alejar de tu familia? Raquel tiene que elegir si, ser diseñadora como siempre soñó, o hacer que su padre y sus hermanos estén orgullosos de ella, eso la llevara a tomar un cam...