capítulo1: cansada de vivir

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Camille a sus 15 años de edad estaba cansada de la vida, cansada del maquillaje el cual realmente odiaba, pero, se había convertido en su mejor aliado para no dar explicaciones de los numerosos moretones en su cara y en su cuerpo, causado por nada más y nada menos que su progenitor.

Su vida era un total caos desde el accidente, ya no tenía la presencia de su madre y su padre se había convertido en un alcohólico sin remedios, que arremetía contra ella cada vez que las cosas no salían como quería o cada vez que se acordaba de su esposa, pues, tenían un gran parecido con camille.

-Llegué - dijo  Camille cerrando la puerta tras ella y caminando hacia donde se encontraba su padre (si es que así se le podía llamar) sentado en la sala de estar tomando, él rápidamente se puso de pies al ver a Camille, ella pudo ver la maldad reflejada en sus ojos, por lo que de inmediato corrió escaleras arribas hasta su habitación con el siguiendo sus pisadas, intento cerrar la puerta al llegar a su habitación, pero él fue más rápido y antes de que lograra cerrar la puerta entró a la habitación, Camille soltó un grito ahogado y en sus rostro al igual que sus ojos se podían ver reflejados el pánico.

Antes de que ella reaccionara él se acercó a ella rápidamente y la tomó por el pelo, logrando que se quejara y lanzándola contra la cama, camille se hizo un ovillo y las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos al ver que se bajaba los pantalones y gritaba en busca de ayuda, con la esperanza de que alguien escuchara sus gritos, pero fue en vano, lo único que consiguió fue una bofetada de parte de su padre, el cual se aproximó a tocar sus piernas , hasta llegar hasta sus muslos alzando su falda y finalmente logró llegar a sus panties.

Al sentir su tacto lanzo un grito más fuerte pidiendo ayuda con la voz ahogada por las infinitas lagrimas que brotaban de sus ojos, él la manoseaba y logró desnudarla a la fuerza, ya después no hubo nada que hacer, pues, había logrado su cometido y luego huyo como todo cobarde lo haría.


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Camille se revolcaba en la cama sintiéndose terriblemente mal y llorando a mares, las sabanas estaban manchadas de sangre, por lo sucedido, su garganta estaba desgarrada por tantos gritos de auxilios sin respuestas, no dejaba de pensar que todo en su vida era una desgracia y de repetir en su mente que ya no valía nada.

se sentía sola, destruida, sucia, quería encontrar un punto a su favor que le gritara que necesitaba seguir viviendo, pero lamentablemente  no encontró ninguno, estaba sola en este mundo y lamentablemente no quería seguir luchando. 

Decidió entrar a la ducha y allí duró mucho más de dos horas, según ella para borrar las marcas y limpiarse de todo rastro que él había dejado en su cuerpo, después de salir de la ducha y vestirse, luego de haber quitado las sabanas y cubiertas, se acostó y se quedó mirando fijamente el techo, cerró sus ojos momento  pero rápidamente los abrió al recordar todo lo que había pasado hace unas horas y una lágrima rebelde escapo de sus ojos, se paró rápidamente de la cama y pensó en una rápida y fácil solución para su problema, aunque era muy absurda no se detuvo a pensar en nada, solo quería dejar de existir. tomó  de su gabetero una cuchilla pequeña, volvió a sentarse en la cama e inclinando su muñeca hacia delante  puso la pequeña cuchilla por encima de ella y lenta mente empezó a cortar su piel la sangre salía a borbotones de su muñeca pues se había cortado la vena, la alfombra celeste que estaba bajo sus pies, empezó a tornarse carmesí, Camille se sintió mareada por lo que se recostó en la cama, fue entonces cuando quedó inconsciente.

Veinte minutos después Estephany, tía de Camille llego a su casa, ya que hacía mucho tiempo que no la visitaba, la puerta se encontraba abierta por lo que entro, la sala de estar estaba hecha un desastre. Llamo varias veces a Camille pero no obtuvo respuesta, por lo que subió las escaleras, llego a su habitación y entro, abrió los ojos como platos a ver a Camille recostada en la cama con las sabanas manchadas de sangre y su rostro muy golpeado, las lágrimas no duraron mucho en salir de sus ojos y nublar su visión, se acercó más a Camille y apoyo la cabeza en su pecho, con la esperanza de que estuviera viva y gracias a dios que lo estaba, pasó el dorso de su mano por su cara y, limpió sus lágrimas y en seguida llamó a una ambulancia. Abrió el closet de Camille y cogió lo primero que vió, una polera desgastada y la amarro fuertemente en la muñeca de Camille para evitar una hemorragia.

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