Capítulo 3: Egoísta.

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  — DETENTE NO LO HAGAS   —  no pude evitar estremecerme,  que los pelos se me pusieran de puntas y que mi pulso empezara a acelerarse más de lo que ya estaba  y hasta me puse de pies, pues pude distinguir bien que se trababa de una voz masculina. Él Venía caminando en mi dirección para acercarse más a mí y no pude evitar apuntarle con la cuchilla.

  — ¡No te me acerques!  —  dió un pasó mas hacia mi e intentó  tocar mi brazo, después de observar las cicatrices en él pero,  rapidamente me alejé y él siguió mis pasos y  mis lagrimas volvieron otra vez, estaba muy asustada y no quería que volviese a suceder aquello otra vez  —  ALEJATE DE MI. Me vas hacer daño igual que él, t-tu eres igual que el, me q-quieres ha-acer  daño tu... 

  —  Yo no te voy hacer daño, yo no soy igual que él — dijo colocando sus palmas al frente el esperando que bajara la navaja, pero no lo hice y en un  momento de mi desconcierto logró tocarme el  brazo y antes  que me hiciese algo me aparté de él.

  — ¡NO ME TOQUES!   — grité más fuerte provocando que diera un respingo por el susto; era un chico de más o menos mi edad,  pude observar sus rasgos por rayo de luz tenue producido  por una bombilla,  sus ojos eran de un color gris-azulado e iban  junto con su cabello castaño pegado a su frente, sus labios eran rosados   y  su ropa estaba totalmente  adherida  a su cuerpo al estar empapada por la lluvia que caía  sobre nosotros y ni siquiera sé por qué no huí.

  — Lo siento yo no... ¿Por qué haces esto?  — preguntó señalando mi brazo y en seguida mi vista fué a parar ahí, en todas mis heridas y luego lo miré a los ojos.

  — Tú no entiendes... — Se rió, pero fue una risa bastante  seca, demasiado carente de humor.

  — Claro que lo entiendo, entiendo que eres una egoísta y solamente piensas en ti y en que te sientes mal, pero no piensas en las personas a tu alrededor y lo que sentirán cuando sepan que te cortas, estas tan enfocada en ti —  me señaló —  que no te das cuenta de que afectas a otros con tus decisiones, piensa en tu familia, tus amigos y la gente que te quiere y por eso, porque te quieren van a sufrir por lo que estas haciendo. Sé que solo te cortas  para sentirte bien, pero eso es solo un engaño, pues cada vez que lo haces sobrevives y es por pura suerte, pero,  puede ser que un día no lo hagas y ellos van a sufrir, por ti — hizo una pausa — por tú culpa.

  — y-yo no tengo a nadie   — estaba temblando, más por sus palabras llenas de razón y veracidad, que por la fría lluvia.

  — Claro que tienes a alguien, pero como dije antes estás enfocada solo en ti, cuando fijes la vista a tu alrededor —  dijo moviendo su dedo a la redonda y mirándome a los ojos continuó — entonces te darás cuenta de que te quieren, me enojan las personas como tú,  están ciegas porque su estúpido egoísmo no lo dejan ver... S-sé  que no me conoces y que  nunca te he visto en mi vida pero, sólo te digo que sigas mi consejo y dejes de ser tan egoísta y pensar solo en ti   — dicho esto se fue y desapareció entre la oscuridad.

y me quede allí, sola, absorta y con frío bajo la lluvia, que ya estaba cesando, pensé en sus palabras y todo lo que había dicho, pues, era completamente cierto, camine hasta casa, entré silenciosamente, ya que estaba tarde y al adentrarnme un poco más, la calefacción me dió la bienvenida, caminé hasta la sala y ahí se encontraban todos; su tía Estephany,  April y el pequeño Lucas, al verme se pararon y corrieron a abrazarme, estaba confusa y ni siquiera sabía porqué me abrazaban, era como si me hubiera ido por varios años y luego hubiese vuelto, pero se sentía bien, sólo que los estaba mojando a ellos por mi ropa.

— estábamos muy preocupados por ti, saliste después de llegar de   el  instituto y no le avisaste a nadie a donde irías, pensé que te había pasado algo — dijo la tía Estephany separándose un poco de mi.

— No sabes el susto que me diste pues si te pasaba algo iba a ser  mi culpa, por  presionarte a tener una cita de verdad que no me lo hubiera perdonado si te pasaba algo  —  esta vez fue April quien habló, su madre estaba tensa desde que  oyó que April quería presionarme para ir a una cita, ya que April no sabe nada de lo que me pasó. Ella solo sabe que intenté suicidarme pero no sabe el porqué, le pedí a su madre que no le dijera las razones, porque cuando estuviera lista yo misma se lo iba a contar y ella hasta ahora ha cumplido  con nuestro acuerdo, pero, yo todavía no le había dicho nada a April.

Después de unos minutos conversado, me fuí a dar un baño con agua caliente para sustituir la ropa mojada por mi pijama.

Al estar en la cama, me quedé un momento mirando al techo y me dí cuenta de que lo aquel chico había dicho era totalmente cierto, porque en ese momento me sentía mal, sólo pensaba en mi y en que no tenia a nadie, pero al llegar a casa y mirar más allá de mi nariz,  me dí cuenta de que no estoy sola y que efectivamente si estaba siendo egoísta solo pensando en mí.

Las personas mayormente tomamos decisiones de las que mayormente o pocas veces nos arrepentimos de haberlas  tomado, pero sólo pensamos  en nosotros y en nuestro bien y nunca pensamos en los demás. Es más creo que el ser humano es un ser egoísta por naturaleza.

Divagando y pensando sobre el tema no sé en qué momento me quedé dormida, solo sé que los rayos del sol me despertaron porque había dejado las cortinas de las ventanas sin correr.

Me paré de la cama y en seguida todo empezó a darme vueltas, estaba muy moreada, mi garganta dolía, tenía un dolor de cabeza terrible, me miré en el espejo y parecía un sombie, tenía unas  ojeras gigantes, mi rojo cabello estaba hecho un desastre, un estornudo se hizo presente en ese momento, varias veces seguidas y luego entró a la habitación  su tía Esther con unas pastillas y un vaso de agua y mi desayuno, ya sabía lo que  me había pasado, ayer, al mojarme en la lluvia fría durante tanto tiempo, provocó que me resfriara y terminé por faltar a la escuela, hoy era miércoles lo que significa que no volveré a clases hasta el lunes. Le dí las gracias a la tía y luego se retiró.


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¿Qué pasará luego?

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