capítulo 2: Tú no entiendes.

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Camille

2 años después

Venía caminando de regreso del instituto, hoy como siempre tuve un día pésimo, aunque la verdad es que es una cualidad de todos mis días, todos son así, todos me miran con pena, pues no vivo con mi madre y según ellos es porque mi madre está loca y no lo he negado pues es más fácil que crean eso -suspire- si solo supieran.

Me coloqué los audífonos y toqué el botón de reproducir en mi MP3, la canción que empezó a sonar fue ¨In the name of love¨ de Bebe Rexha y Martin Garrix, iba tarareando la canción en un tono muy bajo por un momento me distraje tanto cantando que solo logre sentir el choque de una persona contra mis hombros haciéndome  perder totalmente
equilibrio, pero, rápidamente lo recuperé y no logré caer al suelo.

  — Disculpa, no estaba mirando al frent... — la interrumpí —

— No, no te disculpe las dos veníamos distraídas y nos prestamos atención al camino — no pude evitar sonreír.
 

— soy Ginger, Ginger Collins — dijo extendiendo su mano para que la aceptara.

  — Soy Camille   —  dije aceptando su mano y mirando atentamente el extraño color de su cabello, cada mechón era de un color distinto algo así como un arcoíris, no era muy común, pero le quedaba muy bien.

—  Dime Camille ¿En que año vas? — preguntó mirando nuestros uniformes los cuáles eran iguales, lo que significa que vamos al mismo instituto.

—Último ¿y tu?

— Igual, pero nunca te había visto.

— Lo mismo digo, pero eso es algo típico, si te pones a pensar a final de año siempre ves personas que no sabías que estaban en el instituto, hasta las pruebas o hasta un día que lo veas en la calle o algo así.

— Cierto, un momento no has mencionado tu apellido.

— Brooks.

— Entonces tu eres... tu madre...— ví que empezaba a mirarme como todos lo hacían, con pena y me sentí enojada pues era una de las pocas personas con las que había interactuado como una chica normal.

— Perdón yo no...— Trató de arreglar la situación.

— No te preocupes — la interrumpí de manera cortante — estoy acostumbrada. — eso fue lo último que dije antes de seguir mi camino.

Demasiado bueno para ser verdad, dije mentalmente, me coloqué los audífonos para seguir caminando hasta que por fin llegue a casa, bueno a casa de mi tía Estephany, desde lo ocurrido vivo con ella, y recientemente deje de asistir al psicólogo, aunque me sirvió de mucha ayuda aquellas secciones, no logran borrar el dolor, la tristeza y la soledad que me acompañan.

Muchas veces tenia crisis y pesadillas y no puedo negar que a veces las tengo y me corto, me corto porque al hacerlo me siento liberada, siento que tanto el dolor físico como el dolor sentimental se anivelan y la sensación de paz es extraordinaria, mi brazo derecho, es allí donde tengo esa gran colección de tristezas. No es que quiera hacerlo, pero es la única manera de sentirme liberada, de sentir la paz casi inexistente en mi interior.
Nadie lo sabe, nadie sabe que lo hago, simplemente he convertido mis abrigos y chaquetas como un método para cubrir las heridas o simplemente una venda del color de mi vestimenta para que sea camuflada y hasta ahora lo he logrado con bastante éxito.
Al abrir la puerta y entrar todos estaban en la sala de estar, los salude y rápidamente subí las escaleras y me dirigí a mi habitación, tire mi mochila en el sillón cerca del escritorio y me recosté en la cama. Hoy hace dos meses que entramos a clases, no me fue tan mal como estoy acostumbrada, pues por lo menos hablé con alguien.
Normalmente nadie del instituto habla conmigo pues, prácticamente soy invisible, y no es porque sea nerd, porque en realidad no lo soy, simplemente que le tengo pavor a que los chicos se me acerquen, pues, aunque haya asistido a muchas secciones psicológicas no cambia el hecho de que confié en los hombres, pues no lo hago, el más importante en mi vida me fallo. Por ende, al no tener el mínimo contacto con los chicos, los rumores han corrido rápidamente diciendo que soy lesbiana, lo que es totalmente mentira, pero el rumor tubo su lugar cuando el capitán del equipo de futbol trato de besarme por lo que lo golpeé y Salí huyendo.

—¡Hellooo! — gritó mi prima April tirándose encima de mí y esplichandome con su cuerpo, me giré para que se bajara de mí y así lo hizo acostándose a mi lado — como estuvo tu día? — preguntó mirándome atentamente.

— Como siempre — suspire — ¿y el tuyo?

— fantástico — chilló cerca de mi oído haciendo que cerrara los ojos con fuerza. — Zack me invitó a salir ¿Sabes cuanto he esperado para que llegue finalmente este dia?  — a April siempre le ha gustado Zack, desde que estaban en el instituto, y valga la redunda, ahora los dos están en la misma universidad. — ¿Que tal si hacemos una cita doble? — la sonrisa que tenía se borró de mi rostro a instante cuando mencionó esas dos palabras "cita doble" — Zack me dijo que su  amigo Joe está interesado en ti  y como nunca te he visto salir con alguien pienso que es el momento de que lo hagas y así podemos tener una cita doble; tú, Joe, zack y yo — chilló emocionada.

— No voy a asistir a ninguna cita doble y no quiero hablar más del tema, April sabes que no me gusta que hagas planes por mi y no quiero tener una cita ahora.

— Tienes 17 Camille ¿cuando será el momento en que querrás tener una cita?

— Tú no entiendes — sentí como se me encogía el corazón, no quería pensar en eso, pero los recuerdos se empeñaban en volver — tu no sabes nada tú... — esta vez sentí un gran nudo en la garganta.

— si, lo sé, también pasé por ese momento de nerviosismo de  tener miedo a que todo salga mal en tu primera cita pero... — la interrumpí.

— No es eso, eso no tiene nada que ver...

— Te lo digo en mi primera cita pensé que me iba a desmayar, estaba tan asustada, pero todo salió bien,  igual te va a salir a ti tu sólo tienes que... — la corté antes de que terminara.

— No voy a ir a ninguna cita, y no es por ninguna de las razones que dices ¡TU NO SABES NADA! — tenía un gran nudo en la garganta y pronto las lágrimas empezaron a salir de mis ojos, salí rápidamente de la habitación, pero antes cogi mi bolso y me apresuré a bajar las escaleras, abrí la puerta y salí apresuradamente, limpié mis lágrimas con el dorso de mis manos y comencé a caminar.

Anhelo tener una vida normal, igual que las otras chicas de mi edad, desearía que mamá estuviese viva porque si ella no se hubiera ido nada de esto estuviera pasando y mi vida fuera mucho mejor.

Pero se fué, ella se fué y me dejó sola, se fué y no cumplió su promesa, se fué y todo mi mundo se vino abajo.

Ningunos de ellos me entienden, ninguno sabe por lo que pasé, quisiera devolver el tiempo atrás y no abrir la boca para que mamá estuviese viva, todo es mi culpa, si tan solo hubiera cerrado la boca un momento ella estuviera aquí y todo cambiaría, estoy convencida de que la historia fuera totalmente diferente.

Mi garganta dolía es que desde que salí de casa no había parado de llorar. De tanto caminar terminé perdida, unas gotas de agua cayeron en mi brazo y miré al oscuro cielo, estaba comenzando a llover y  estaba comenzando a arrepentir de no llevar abrigo el día de hoy sólo llevar la venda, visualice un parque a lo lejos y me aproximé hacia allá, me senté en una banca y respiré hondo, no pude evitar acordarme de las veces que visitaba el parque con mamá y otra vez las lágrimas volvieron.

Saqué de mi bolso una pequeña cuchilla de mano y quité la banda que envolvía mi brazo, cogí  la cuchilla, pero antes de llegar a hacer algo, escuché una voz.

— ¡DETENTE NO LO HAGAS! — No pude evitar estremecerme.

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¿Quien será ?

Espero que estén disfrutando de la historia  y que dejen sus votos y comentarios por aquí.

Bay 😙😙


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