5. Romeo & Julliet

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CAPÍTULO 5: Romeo & Julliet

—Bien, ahora toma esto y lárgate ya ¡el entrenamiento está a punto de terminar! —Dove me lanza el libro de Romeo y Julieta a la cabeza, pero yo lo atrapo antes de que me golpee.

Mi rubia amiga mira su reloj de pulsera una vez más y me empuja hacia la puerta de su habitación— Vamos Emma ¡corre! —gesticula exageradamente con las manos para que me de prisa, yo sólo suelto una risita. Ver a Dove tan histérica es realmente gracioso.

Camino por los laberínticos pasillos de la residencia hasta que finalmente llego al exterior. Me dirijo con paso apresurado a los jardines, más exactamente, al lugar en el que conocí a Teddy, Pete y Jake.

Me dejo caer sobre la hierba seca y apoyo mi espalda contra el banco de piedra que se encuentra tras de mi. Me arremango la camisa hasta los codos, para una mayor comodidad, y saco mi iPhone 6 para enviarle un mensaje a Dove.

Pero antes, miro la pantalla bloqueada de mi móvil y no puedo reprimir una sonrisa. Es una foto que mi mejor amiga, Mackenzie, y yo nos tomamos el día que fuimos de excursión a Hollywood con la escuela. En ella, salíamos las dos muy sonrientes, arrodilladas frente a la estrella de Audrey Hepburn en el paseo de la fama. Una sensación de morriña me invade de repente. Quiero volver a mi casa, con mis amigos, no quedarme en este estúpido internado planeando como arruinarle la vida a una pija psicópata.

Sacudo enérgicamente la cabeza, como si con ello consiguiese que los recuerdos se alejasen de mi y decido mandarle el mensaje a Dove de una vez por todas.

* Ya he llegado a donde me dijiste y no veo a nadie *

Su respuesta no tarda en aparecer.

* Estarán todavía en el vestuario, espera un poco *

Bloqueo mi móvil y lo guardo de nuevo.

Los primeros chicos comienzan a aparecer, van saliendo del vestuario con paso calmado, riendo, bromeando. Pero a mi sólo me interesa uno. Teddy. Él es mi objetivo.

Tras contarle mi plan a Dove y darle unos pequeños retoques, acordamos que yo tenía que engatusar a Teddy para que este terminase su relación con Julie antes de que ella lo hiciera con él.

Ese era el primer paso, y era indispensable llevarlo a cabo correctamente. Si yo fallaba, el plan se iba a pique. Así que tengo que hacerlo bien.

Paseo mi mirada por la multitud hasta que finalmente encuentro a Teddy. Él se gira riendo con la intención de contarle algo a Jake, pero sus ojos se encuentran con los míos y su expresión se vuelve algo más seria. Durante unos segundos, toma lugar entre nosotros un duelo de miradas, azul contra gris, pero finalmente, Teddy aparta la vista para disculparse con sus amigos y venir caminando lentamente hacia mi.

Rápidamente, centro toda mi atención en el libro que sostengo entre mis manos. Mi excusa para encontrarme en este lugar, en este preciso momento.

—Hey, preciosa. —Teddy me guiña un ojo y se deja caer a mi lado.

Untameable ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora