CAPÍTULO 6: Peleas y reencuentros inesperados
—Y bien, ¿qué tal ayer? —es martes por la tarde y Dove y yo nos encontramos en la cafetería charlando animadamente, tras un largo día de clases.
Doy un sorbo a mi taza de té pensando en qué decir. Me había ido bastante bien, pero tampoco podía decirse que hubiese avanzado mucho, es decir, aún me queda mucho por hacer para llegar a poseer la plena confianza de Teddy, o eso creo.
—Pues bastante bien. —digo — Pero... necesitamos hablar más, sino va a ser difícil acercarme a él.
Dove se lo piensa un rato. Juguetea con el envase de cartón que contiene su capuccino para finalmente, dar un largo trago de su bebida antes de hablar— Eso es difícil, Julie siempre está encima suyo. Casi no le deja respirar. —habla mi amiga con voz calmada.
—Lo se . —contemplo largamente mi té, con la mirada perdida en el intenso color verde de este.
—Pero... tengo una idea. —Dove me mira con una enorme sonrisa— Yo me encargo de Julie, tu vuelve al mismo lugar de ayer para seguir “leyendo” Romeo y Julieta ¿de acuerdo?
—De acuerdo. —cojo el libro que mi amiga me tiende y camino hacia la salida de la cafetería, dejando a Dove sola en la mesa.
(...)
DovePOV
Cuando Emma se hubo ido de la cafetería, me dirigí al único lugar en el que podía encontrar a Julie: las gradas del campo.
Todos los días, puntualmente, va allí para ver entrenar a su “querido” novio, aunque lo más probable ahora que se la verdad, es que esté allí por Pete. Oh, Pete. Siento un pinchazo en mi corazón y las ganas de llorar me invaden. Lo hecho mucho de menos. Aún no comprendo como ha podido creer a esa... de Julie antes que a mi.
Miro la hora en mi pequeño reloj Cartier. 6:55 pm. Quedan cinco minutos para que termine el entrenamiento. Me apresuro a caminar hacia las gradas y allí la veo.
Está hablando con Melody Snow y Savannah Carter, sus dos nuevos perritos falderos. Todas ríen de repente ante una de las ingeniosas ocurrencias de Julie. Yo ruedo los ojos y vuelvo a comprobar la hora. 7:00 pm. Ahora.
Subo a las gradas y me planto frente a Julie y sus amiguitas.
—¿Podemos hablar? —voy directa al grano, sin rodeos — A solas... —me veo obligada a decir, ya que parece que Melody y Savannah no dejan sola a Julie ni para ir al baño.
La pelirroja chasquea los dedos y señala con el dedo índice un lugar a su derecha. Automáticamente, las dos chicas se levantan sin replicar y se marchan en la dirección que les ha indicado Julie.
—Y bien... ¿qué quieres Dove? —pregunta con esa falsa sonrisa que utiliza con todo el mundo.
Aunque esto me duela, se que debo hablar con ella sobre Pete. Todo sea por hundirla.
—Sé lo que hiciste con Pete. —mi labio inferior comienza a temblar y se que no voy a poder reprimir el llanto. Aun así, intento aguantar lo máximo posible. Trago saliva fuertemente antes de formular mi siguiente pregunta— ¿Por qué me odias? Pensé que éramos amigas.
Ella suelta una pequeña carcajada y me mira. Sus ojos avellanas irradian odio y rencor - Nunca me has caído bien, es más, siempre fuiste un estorbo para mi. Afortunadamente, ya he conseguido quitarte de en medio - me trago mis ganas de sacar a relucir su plan con Jake y la miro fijamente, intentando mantener la compostura.
—Pete me quiere, volverá conmigo... —digo, no muy convencida de mis palabras.
—Sigue soñando, querida. —los chicos comienzan a salir del vestuario riendo y bromeando. En la lejanía diviso a Teddy junto con... Pete. Desvío ahora mi mirada hacia Julie, que está bajando las escaleras de piedra que dan paso a los jardines.
¡No! Después de haber tenido que hablar con ella sobre mi exnovio, me niego a que arruine la conversación entre Emma y Teddy.
—¡Espera Julie! —grito a sus espaldas.
Ella se gira al mismo tiempo que mi puño impacta en su cara. Rápidamente llevo una mano a mi boca, no me creo lo que acabo de hacer. Yo soy más de bofetadas, pero Pete siempre me decía que para tumbar a un oponente era necesaria más fuerza, como la de un puñetazo. Otra vez pensando en Pete, si es que hemos vivido demasiado juntos como para que ahora, todo termine de esta manera. Aunque por otra parte, y cambiando de tema, tenía razón. Julie está tirada en el suelo ante mi, masajeándose su nariz.
—Serás perra... —desde la hierba, me agarra el pie y tira de él haciendo que me caiga de bruces contra el suelo.
— ¡Imbécil! —grito dolorida. ¿Pero qué me ha hecho? Si yo nunca he insultado a nadie, ni siquiera mentalmente. Antes de que me de tiempo a reaccionar, Julie se coloca sobre mi y comienza a arñarme la cara— Quítate de encima mío ¡loca! —utilizo mis brazos para cubrirme la cabeza, pero eso no impide que algunas de las uñas postizas de Julie se claven en mis mejillas, dejando sobre ellas pequeñas marcas y heridas— Sólo tienes lo que te mereces zorra. —Grita Julie. Desde mi posición, agarro su cabello, recogido en una perfecta trenza de espiga, y tiro de ella consiguiendo sacármela de encima.
Gracias a nuestros gritos, un corrillo se ha ido formando a nuestro alrededor. Haciendo caso omiso de la gente que nos rodea, me levanto y sacudo el uniforme. Justo cuando estaba dispuesta a marcharme, dejando a Julie tirada en el suelo, esta se abalanza sobre mi haciéndome caer de nuevo. Gimo un poco por el dolor que se instala en mi mandíbula. Pero aún así consigo levantarme, volviendo a lanzar mi puño contra la cara de Julie pero... unos fuertes brazos me rodean por la cintura y me levantan, alejándome de la pelea y la multitud.
Cuando el misterioso chico me baja, y levanto mi vista para agradecerle que me sacara de alli, mis ojos grises se encuentran con unos chocolates que pensé que jamás volverían a mirarme con tal intensidad.
Pete...
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Untameable ©
Teen Fiction“ Pondré este internado patas arribas ” Con esa promesa y todas las intenciones de cumplirla, Emma Winters es obligada a cambiar la cosmopólita ciudad de Nueva York por un estricto internado en Ascott, una región perdida en el norte de Ingl...