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–Solo toma algo de valor.No es como si él fuera a comerte...a menos que tú quieras.

Ambas chicas se carcajean en sus pequeños vestidos de lentejuelas y sus risas me saben a algo amargo, un sabor que no solo proviene del vaso entre mis dedos.Al instante me quedo estática, dubitativa, mientras observo en dirección a las escaleras.

No me califico a mi misma como una persona de carácter débil.Lo cierto es que mi carácter es fuerte y tengo una lengua filosa.Mi hermano solía decirme que tenía muchas similitudes con una rosa y contra todo lo que se esperaría de aquella flor esa no era una comparación positiva: al parecer, yo también podía herir a las personas o hacerlas retroceder cuando intentaban alcanzarme.Todo debido a mis espinas, según él.Yo siempre se lo negaba...pero lo cierto es que no soy una persona agradable.Lo admito, no lo escondo o me miento a mi misma en ese asunto.Suelo espantar a la gente porque no pienso antes de hablar o actuar, lo cual es irónico ya que mi nombre significa bondad y felicidad.Creo que mis padres fueron bastante irónicos a la hora de escogerlo y hoy les parecía algo muy cómico, un hecho del que se burlaba para mi disgusto toda la familia.

Ojalá fuera como un rosa.Porque si yo fuera tan cautivante y no solo tuviera sus espinas alguna vez le habría confesado mi enamoramiento a Joon, el chico del que he estado enamorada desde la primaria.Aquel chico popular, atlético e inteligente con el que toda chica soñaba.Sin embargo, esas no eran las razones por las que me gustaba.Mi crush se remontaba muchos años atrás cuando él no era ni presidente de la clase ni atleta estrella: Joon me gustó desde que un mocoso robó mi almuerzo en la primaria adjudicando que yo era un marimacho.

Por aquel entonces, yo no sabía quién era el niño desgarbado que había dado un paso adelante por mí y me había defendido, lanzandole a aquel matón de cuarta su bandeja por la cabeza.Pero, mientras el abusón lloraba y yo intentaba reponerme de todo el susto, él me extendió su mano.Allí fue cuando yo me desarmé como una bolsa de papas.Muchos dirán que el amor a primera vista no existe, sin embargo, lo cierto es que para mí yo del pasado ese fue un flechazo.Joon me abrió los ojos al hecho de que los niños quizás no fueran tan desagradables o piojosos, lo cual bueno...fue el inicio de una etapa caótica para mí.Desde ese momento no pude pegar un ojo en la noche sin pensar en lo lindo que me resultaba aquel niño que me había defendido de mi torturador.

Con los años mi carácter se había endurecido pero mi flechazo por Joon no cambió para nada.Ahora, aquí venía el meollo del asunto: podía torcer el brazo de los chicos en un gancho, decir groserías y beber como una cuba, pero no podía decir dos simples palabras como «me gustas».Lo cierto es que tengo la cruz de ponerme más brusca y áspera con las personas cuando realmente me gustan, como si eso fuera posible.Eso mismo era lo que me había llevado a ahuyentar a todo chico que me cruzara.Tenía la fe de que con él fuera diferente, que notara que mi boca sucia y mis bruscos modales no se debían a que lo detestaba, sino a que quería caminar junto a él de la mano e ir a hacer todas esas cosas que se supone que los enamorados hacen pero me daba vergüenza admitir.

Para mi disgusto Joon parecía más bien tenerme algo de renuencia...y por renuencia me refiero a que evita todo contacto visual o estar a menos de diez metros de distancia.Así, todas mis expectativas de poder confesarme se iban constantemente por el caño.Hasta hoy.Hoy me siento más valiente.Tiempo atrás me habría resignado a que él me veía más bien como el matón de turno o algún tipo de hombre con pechos.Pero no hoy.

Así que aquí estaba: con la intención de arriesgar todo, en su fiesta, junto a un par de chicas de su circulo que no me agradaban para nada y parecían estarme tomando el pelo.Por lo que respiré profundo e intenté ignorar la manera en la que claramente me rebajaban con la vista.

Era tiempo de confesarme.

Cuando lo vi subir las escaleras sin compañía de nadie por primera vez en la noche me dije que era el momento, que solo era cuestión de hablar en privado.No me importa lo que tenga que hacer: no puedo guardarme mis sentimientos por mucho más tiempo.Tengo que tomar coraje y lanzarme hacia la delantera.

What they say about Yanan » YananDonde viven las historias. Descúbrelo ahora