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Días después de lo ocurrido mí plazo en la casa de Yanan terminó, y aunque yo ya ni siquiera veía necesario que mí secreto siguiera resguardado bajo llave, él cumplió con su palabra al pie de la letra.Aún así me encontré yendo a su morada para jugar videojuegos como siempre, sin faltar siquiera un día, ya que se nos había echo un hábito a ambos.

Me obligué a no pensar en nada de lo que había sentido aquel día donde mí forma de ver a Yanan había cambiado.Me dije que eran disparates ocasionados por la emoción del momento y que pasaría.Sin embargo, me equivoqué...por más que los ignorara esos pensamientos seguían rondando mi mente.

Cada vez que alguien me ofrecía salir o hacer otras actividades yo siempre les decía que estaba ocupada, lo cual irritó bastante a mis amigos en un comienzo pero luego se habituaron a ello e incluso comenzaron a bromear al respecto.Poco a poco su mirada juiciosa sobre Yanan se disolvió, claro que con un arduo trabajo de mí parte.

Kino me sorprendió durante el almuerzo una mañana cuando dislumbró a Yanan en la cafetería y le hizo señas con su mano a la voz de:

–Ven.Ven a sentarte con nosotros.Aquí hay lugar.

Todos lo observaron pasmados, incluso Yanan.Éste dudó bastante antes de aproximarse en silencio y depositar su almuerzo sobre la mesa, bajo la mirada de todos mis amigos.Esa fue una de las tantas veces que me sentí orgullosa de las personas que eran parte de mí vida y me percaté de que a veces la persona más inesperada podía brindarle la mano a alguien sin juicio en su mirada.

Adaptarse fue difícil para ambas partes.Al principio nadie consiguió sacarle palabra alguna al rubio, ni siquiera el charlatan de mi hermano, aunque de vez en cuando lo descubrí con la cabeza agachada intentando esconder una sonrisa casual o una risa debido a sus torpes chistes hasta que finalmente logró adecuarse.Ahora, aunque seguía tan poco expresivo como siempre, mis amigos lo recibían pacientemente.

Hoy me llevé una sorpresa al percatarme de que Yanan no había asistido a la escuela y admito que me preocupó más de lo que es humanamente normal.Por ello me decidí a asistir a su casa de todas maneras: él no me había enviado ningún mensaje, y yo quería saber si algo le había sucedido debido a que ese comportamiento de su parte era raro.

Iba saliendo de la escuela cuando recordé que había olvidado uno de mis cuadernos en el aula y le pedí a todos que se adelantaran, que de tras formas yo tenía planes para después de clases.

–¿Vas a ver a tú enamorado?–Bromea Wooseok, a lo que yo le correspondo con un golpe a puño cerrado en el hombro.

–Ya cállate.–Digo en un balbuceo.

Después de eso nadie se atreve a hacer algún otro comentario, por lo que yo me dispongo a regresar sobre mis pasos antes de que cierren el aula o la escuela por completo.

Mientras giro en el pasillo, distraída, comienzo a escuchar voces desde el interior de mi salón de clases.Al comienzo debato internamente sobre si entrar o no pero finalmente me digo que no puedo perder mis apuntes ya que el examen es la semana siguiente.Así es como, luego de sopesar la situación, ingreso.

Joon esta discutiendo acaloradamente con otro chico que yo desconozco pero que he visto varias veces: era de la clase de Yanan, un año superior.Ambos se hablan a la cara con expresiones exaltadas, en un tono de voz que si bien seguía siendo un susurro, amenazaba con alzarse cada vez más.El rostro de Joon me recuerda la noche en la que ingresó sumamente alterado a la casa.

El hermano de Yanan no es el primero en percatarse de mi presencia, sino el chico desgarbado que lo acompaña.Cuando su mirada se topa conmigo presencio como hace un sumo esfuerzo para poder calmar su temperamento y su respiración: tiene los ojos del color de la miel, repletos de lágrimas.

What they say about Yanan » YananDonde viven las historias. Descúbrelo ahora