2.

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Esquivar los cuerpos de las jóvenes parejas apretujándose a lo largo del corredor no fue fácil.Tuve que hacer acoplo de mi mejor cara de póquer, torcer los ojos para no hacer contacto visual con una enorme cantidad de caricias indebidas yendo de aquí para allá e ignorar las donaciones de saliva gratuitas.Creo que alguien incluso intentó tocarme el cabello, lo cual fue raro.A duras penas logré sobrevivir aquel tramo del terror, aunque mi inocencia no tuvo la misma suerte.Casi que la virginidad de mis ojos se vio en riesgo.

Al llegar al final del pasillo, me detuve y encaré una de las habitaciones cerradas, respirando profundamente.Las piernas me tiemblan ligeramente y mi corazón amenaza con salirse de mi pecho, pero aquí estoy: ésta era la puerta.

No se veía como si las luces estuvieran encendidas en el interior de la habitación.Apoyo la oreja en el roble e intento escuchar algo más allá de mi respiración agitada, pero no hay ningún sonido del otro lado.A causa de ello, suspiro aliviada: al menos no hay ninguna clase de gemidos, lo cual descarta una posible situación incomoda.

A continuación alejo mi cabeza de la puerta y cuento hasta tres, cargándome de valor e intentando acomodar mis pensamientos.Me valgo de todas las palabras que no he dicho en éstos años, de todas esas notas y cartas que escribí solo para que juntaran polvo en una esquina de mi armario.Sin embargo, aunque eso podría significar que tengo mucho para decirle, me doy cuenta al instante de que no sé por dónde empezar.

Me quedé en blanco.

No tengo idea cómo hubo personas antes de mí que se confesaron a las personas que les gustaban, cómo siquiera funciona todo ésto.Sinceramente el hecho de que aquella persona que te gusta también se sienta atraído hacia ti se me hace algo tan complejo, tan milagroso, como encontrar una pepita de oro en medio de un descampado.Las personas que me rodean no saben lo afortunadas que son estableciendo relaciones y lazos románticos por más paupérrimos o breves que estos fueran.Al menos tenían algo, lo que fuera, durante lo que durara.Sí, debían reponerse a las heridas por amor, pero al menos las tenían allí...como recuerdo de que existió algo en primer lugar.

Lo cierto es que ellos tenían algo que yo no: el destino confabulaba a su favor.Y esperaba que ésta vez, solo por hoy, también barajara sus cartas con la intención de favorecerme.

3, 2, 1...

La cuenta regresiva no me da más valor pero de todas maneras me digo que debo dejar de ser una llorona y ponerme los pantalones.Cerrando los ojos, inspiro profundo y los abro con determinación.Entonces, tomo el picaporte y lo jalo hacia abajo, abriendo la puerta.

La habitación está en penumbras, pero aún así alcanzo a divisar la figura de Joon frente a un monitor.La luz azul que proviene de éste es la única fuente de iluminación en la habitación pero eso no me importa, lo cierto es que la oscuridad me envuelve y me otorga un poco más de valor.

Me sorprende que él ni siquiera se percate de mi llegada o finja no hacerlo: simplemente se queda en la misma posición, sentado en el escritorio.Aprovecho el momento para reunir fuerzas y observar mi alrededor con curiosidad: mi hermano dice que uno no conoce realmente a otra persona hasta que ve lo que contiene su cuarto.

Lástima que yo no pueda ver absolutamente nada y tampoco encuentre el interruptor.

No importa.Tengo que hablar ahora antes de que me pregunte siquiera que hago aquí.Si él me dirigía la palabra, si me miraba a los ojos y exigía una explicación, yo me acobardaría.

Tenía que hablar pero ya.

–¿Joon?–Tanteo con mi pie la oscuridad, topandome con lo que creo que son prendas regadas por el suelo.

What they say about Yanan » YananDonde viven las historias. Descúbrelo ahora