Confusión

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Capítulo I

La tormenta se había cernido sobre aquella región costera durante el transcurso de la noche y los relámpagos que atravesaban el firmamento iluminaban por intervalos la carretera por la cuál la joven mujer transitaba. Al ser una zona aislada, el camino era demasiado angosto, sinuoso y solamente de dos vías.

—Si fuera de día...— Susurró intranquila mientras entrecerraba sus orbes perladas.

Con dificultad trató de enfocar la calle que se desdibujaba frente a ella, pues el haber olvidado las gafas sobre la mesa del salón de su casa y las gotas de lluvia que daban de lleno sobre el parabrisas no ayudaban mucho, pero agradecía que tenía otros lentes de repuesto en su casillero.

Llevaba prisa, así que pisó el acelerador para llegar cuanto antes a su destino. Le habían llamado esa fría mañana de Noviembre para avisarle de una emergencia en el hospital en el cual se desempeñaba como pediatra.

De su casa, tenía que viajar hacía el otro extremo de la bahía donde se encontraba la pequeña ciudad para llegar a su trabajo.

—No logro distinguir absolutamente nada, y para colmo se están empañando los vidrios de nuevo. Le dije a Naruto que reparara la calefacción...— Chasqueó la lengua con ligero enfado. —Pero claro, nunca me hace caso...—

Su teléfono celular comenzó a vibrar y a pesar de ser una mujer precavida, decidió leer el mensaje de texto que le llegara en ese instante. Después de todo ¿cuantas veces no había recorrido el mismo camino de ida y de venida? Lo conocía como la palma de su mano.

"Debes darte prisa" Decía el doctor Inuzuka en el recado.

—V-o-y e-n c-a-m-i-n-o— Con presteza comenzó a teclear letra por letra, sin darse cuenta de que el auto poco a poco invadía el carril contrario.

Al terminar fijo la vista en la carretera pero fue muy tarde y supo entonces qué estaba a punto de chocar contra la baranda de protección del puente, el cual conectaba las dos pequeñas islas. Arrojó sobre el asiento trasero el aparato y sostuvo con ambas manos el volante.

Angustiada, frenó de súbito, solo para que el automóvil derrapara sin control sobre el asfalto mojado e impactará irremediablemente contra aquel obstáculo, destruyéndolo en el acto. No llevaba puesto el cinturón de seguridad, por lo que su cabeza se estrelló en el parabrisas abriendo una pequeña grieta en el cristal, logrando de esta forma que perdiera el sentido casi instantáneamente.

El vehículo cayó por aquel acantilado para después hundirse en el turbulento mar. Los minutos pasaban y el agua poco a poco comenzó a inundarlo.

Aquellos momentos críticos suponían una delgada línea entre la vida y la muerte.


☆゜・。。・゜゜・。。・゜★


Despertó al sentir la humedad que había llegado ya hasta sus hombros. Parpadeó varias veces pero debido al golpe del cual sangraba profusamente no fue una tarea fácil. Pronto se dio cuenta de la situación, sabía que si no actuaba pronto, moriría. Trató de serenarse en primera instancia, algo ya de por sí difícil. Se estiró lo más que pudo y aspiró desesperadamente el aire que aún quedaba en aquel angosto espacio entre el techo y el agua.

Mientras lo hacía, el auto se volteó al hacer contacto contra las rocas del fondo, logrando que se desorientara.

Trató de ubicar la manivela entre la oscuridad pero le fue imposible dar con ella, no tenía escapatoria. Después de unos segundos, el coche por fin detuvo su caída sobre el lecho marino.

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