22/08/16
Antes de terminar mi relato de ayer la entrometida de la otra M mencionó a alguien sumamente importante en mi vida. Un mejor amigo. Sí, no siempre fui tan reservada todo el tiempo, simplemente era tímida y callada y me costaba hacer amigos pero todo eso se me vino encima en ese momento.
-*Y no solo se le vino encima, me intenta alejar de ella desde entonces*– comentó la otra M, mientras se vestía con una de sus faldas cortas.
Su nombre era J. Era un niño moreno, con la cabeza grande, cabello negro, delgado y ojos marrones brillantes. Le encantaba escuchar rock, tocaba guitarra y jugaba fútbol. Eso y tenía solo diez años. La rara cosa está en que se hizo mi mejor amigo en quinto grado.
La maestra de quinto grado acomodó el salón y asignó puestos fijos durante todo el año. Él tocaba justo al lado de mí. Iba sonriente ese día, como todos los días después de ese, y se dio cuenta de que yo lo miraba, así que me saludó, cosa que yo no correspondí. Durante varios días J intentó sacarme conversación fallando el cien por ciento de las veces, o bueno, el noventa y nueve por ciento de las veces, ya que una vez logró captar mi atención con esta frase:
"Una niña de diez años que intente reservarse y no hablar es raro, pero lo raro es lo más perfecto del mundo. Es como el rock que escucho, raramente perfecto y tú M eres así, perfecta".
A partir de ese día J se ganó mi confianza, y siendo sinceros mi pequeño corazón. Por primera vez hablé tanto con alguien.
-*Es que hay que admitir que estuvo muy bien al decir eso. Era muy lindo y pues eso que dijo nos llegó al alma a las dos, ¿cierto o falso M?* - dijo la otra M mientras sonreía y colocaba sus manos en las caderas al mismo tiempo que hinchaba el pecho.
-*Esta es una de las pocas veces que coincidimos* - no le di mucha importancia a ese hecho. Igual ella seguía orgullosa de que compartiéramos una opinión de tantas miles.
Hacíamos muchas cosas juntos. Desayunábamos juntos, hablábamos en clase, discutíamos temas interesantes como su inclinación hacia la ingeniería aeronáutica, la cual tuve que investigar para saber que era, nos copiábamos respuestas en los exámenes cuando alguno de los dos por casualidad no sabíamos... En fin, éramos J y yo. Solo J y yo.
Quizás con él experimenté la primera sensación de eso que llaman amor, o que me gustaba, pero no lo sabía con exactitud.
-*M, quizás no. FUE nuestro primer amor de niña* - dijo la otra M como si fuese algo súper obvio.
-*¿Tú crees?* - le pregunté dudosa. La otra M asintió con un brillo en los ojos mientras asomaba una sonrisa en la comisura de sus labios. La miré extrañada un rato y luego salí de ese tonto momento -.*Ya va ¿de cuándo acá yo pido tu opinión?*
-*Pues no lo sé... pero me gusta* - sonrió con un aire de autosuficiencia.
-*Pues a mí no* - le corté la conversación y ella quitó su sonrisa para luego rodar sus ojos y ponerlos en blanco.
Lastimosamente después de las vacaciones de navidad no pude verlo más nunca.
Cinco días antes de que comenzara el segundo lapso del colegio, mami llegó diciendo de que la familia de J tuvo un accidente de tránsito. Venían de visitar a su familia en el oriente del país. Una vaca se le atravesó al auto donde iban, y su padre no pudo evitar el golpe contra ella. El auto se coleo y se volcó dando vueltas tres veces antes de detenerse. J murió en el acto. Logró llegar a la clínica y mantenerse con respirador por dos días más, por su juventud, como decía el pediatra, pero tenía muerte cerebral y eso no se recuperaba.
A partir de ahí no intenté hacerme amiga de nadie ni aceptar palabras de nadie. Desde siempre me había costado hacer amigos y cuando lo intenté pasó algo como esto.
Después, empecé a ver el mundo de manera cruel y superficial. Ese suceso calo hondo en mí, y solo esa vez lloré por él como nunca lo había hecho por nadie, tanto, que llegó un momento que no pude llorar más, y justo en ese momento cerré todas las posibilidades de relación con algo o alguien que no fuesen mis libros y yo por mucho tiempo. Sin embargo, todo ha ido cambiando, y es por la música, creo.
-*Y por mí, creo*.
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Yo...y alguien más
Teen FictionM es una chica de diecisiete años solitaria y muy desconfiada, por culpa de situaciones que le ha tocado vivir. Una de esas situaciones y la más problemática es que otra M vive en su cabeza y es totalmente diferente a ella. Sí, extrañamente dos per...