Relato #9

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Maratón 2/3

19/09/16

El colegio no ha estado muy interesante hoy como cosa rara, solo un montón de tarea nueva, y que dos chicos de 4to año se pelearon, por eso, no pude ir a mi lugar secreto. Los profesores estaban más fastidiosos que nunca y vigilaban todos los lugares con mucho frenesí. A lo mejor estén así por algunos días, así que me toca leer en el árbol del colegio... en medio del ruido. Odio mucho el ruido de los niños.

Lo mejor y lo peor de hoy fue mi día en la academia. Pasó algo muy bueno, que fue todo lo que me dijo el profesor Eduardo acerca del recital de ayer, luego de la clase que tuvimos, y pasó algo muy incómodo después.

- Me tienes impresionado M. No puedo creer que ya estés tocando Paganini.

Tengo que admitir que no pude evitar sentirme orgullosa de mí, así que tuve que reprimir una sonrisa.

- Gracias profe -"Profe" significa profesor en mi país. Da fastidio decir la palabra completa. Aquí es normal hablar así -. ¿Ahora qué sigue? - siempre quiero que entienda que estoy dispuesta a seguir dando lo mejor de mí. Es lo único que realmente me hace sentir bien y viva; sé que siempre necesito estudiar y mejorar. Creo que ya él se ha dado cuenta de eso, pero quiero que de verdad sienta que trabajar conmigo siempre valdrá la pena.

- Siempre con hambre de aprender M, ¿Eres así en el colegio también? - Yo le fruncí el ceño. Que desagradable comparar el colegio con esto.

- El colegio es una tontería al lado de aprender violín, no los compare por favor - le dije mientras guardaba mi instrumento.

- ¡Aja! señorita sabionda - dijo entre risas -. Bueno, si te cuento un secreto a mí tampoco me gustaba el colegio. No vayas a tomar mi ejemplo M, pero yo me escapaba de clases para ir a tocar violín - se cruzó de brazos mientras sonreía, guiñándome un ojo. No pude evitar devolverle la sonrisa. *Así que se escapaba de clases, ¿eh?* es una muy buena idea, pero no creo que pueda llevarla a cabo. Sin embargo lo pensaré -. Bien, creo que toca conocer a un profesor más avanzado M. Ya no creo poder seguir enseñándote, y no porque no quiera, es que ya has superado mi nivel - me dijo. ¿Qué?... Terminé de guardar mi instrumento, tomé un tiempo para procesar lo que me dijo y luego lo miré.

- No creo que lo haya pasado ya, es imposible - dije un poco triste. Él ha sido mi profesor durante 6 años y no puedo cambiarlo así como así.

- Pues créelo. La alumna superó al maestro, pero ya hablaremos de ello luego - dijo sin darle mucha importancia. De verdad me da mucho miedo la idea de cambiar de profesor; pero si es para aprender más y seguir avanzando pues creo que me tocará hacerlo. Antes de irme el profesor agregó algo más -. Por cierto M, viene un viejo amigo de violín de Holanda. Llega el 30 de Septiembre. Necesito que seas su guía en la academia, y quiero que trabajes con él. Es otro virtuoso como tú, y así vemos si haces un amigo más aquí... que no sea yo - me guiñó el ojo y se fue.

Yo lo miré un poco mal y suspiré.

-*Este es el colmo* - pensé -. *Ahora me toca cuidar a un holandés. Ojala hablé español*.

-*Genial, a ver si te haces un amigo* ­- dijo emocionada la otra M.

La ignoré.

La incomodidad de la historia de hoy es esta parte.

Por una fuerza extraña de la naturaleza o de Dios, mi mamá no me fue a buscar a la hora acordada. Le envié un mensaje de texto desde mi teléfono preguntándole que donde estaba; su respuesta fue que había mucho tráfico y que había salido tarde de la casa, que la esperará; en 15 minutos estaría llegando.

Mientras esperaba a mi mamá me di cuenta que no quedaba ya mucha gente en la academia. Decidí ir al baño. Para llegar a él, tenía que pasar por un pasillo donde hay unos pocos salones para que las personas estudien. Mientras pasaba por ahí no pude evitar escuchar que alguien estaba estudiando. El sonido que provenía del salón era muy extraño pero a la vez muy hermoso y se me hacía tan familiar.

Algo me hizo acercarme a la puerta y ver a través del vidrio. No pude evitar sentirme enojada y a la vez impresionada por ver quién era.

Era A.

Tocaba una melodía muy hermosa, lenta, y le salía bastante bien. Pareciera que hubiese nacido para tocar el fagot. En su cara se veía que disfrutaba de lo que estaba haciendo.

Hubo un momento que la melodía me hizo cerrar los ojos y entré en un trance del cual no podía salir. Todo pareció volver a mí, cuando sentí que algo muy duro me golpeaba en la frente. Abrí los ojos de golpe y me puse una mano en donde me dolía. Cuando levanté la mirada para ver qué era lo que había pasado, me fijé que lo tenía en frente de mí, con su sonrisa de superioridad. Había abierto la puerta y como estaba pegada a ella, espiándolo, me había golpeado sin querer. Yo estaba congelada y la otra M también; gracias a Dios, porque no estaba dispuesta a escuchar dos comentarios mordaces; suficiente tenía con el que seguro me lanzaría A

- Con que espiando violinista ¿eh? - me dijo mientras se reía. Ahí estaba el comentario. Afortunadamente mi teléfono empezó a sonar. Me di cuenta que era mi mamá avisando que estaba afuera, ese fue mi momento para escapar sin mirar atrás ni una sola vez...




Seguimos con el maratón. Disfruténlooo y profe Eduardo, espero disfrute su papel XD

Yo...y alguien másWhere stories live. Discover now