Capítulo III: Un mundo que aún no está

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CAPITULO III

"Un mundo que aún no está"

Jong Suk conoció a Yong Hwa el día del accidente.

Cuando se despidió de Hyun Joong, una angustia lo embargó, por lo que minutos después de despedirse, tomó una bicicleta eh intentó seguir a Hyun Joong, para cuando llegó ya era demasiado tarde, el accidente había ocurrido, había fuego por todas partes, los bomberos corrían de un lugar a otro, la policía hacía una pared para mantener a la gente alejada, los paramédicos bajaban con sus camillas a toda velocidad.

-No tenemos mucho tiempo, saquen a los heridos y alejen a las personas de aquí esto puede estallar- advirtió el jefe de los bomberos, el fuego era voraz, ni las gotas de lluvia que empezaron a descender lograron apagar aquellas llamas

-Hyun. . . – balbuceaba Jong Suk, se encontraba de rodillas en el suelo, todos sus intentos por acercarse hasta el auto de su amigo fueron inútiles, dos policías lo sujetaron con fuerza y no le permitieron avanzar.

La primera explosión ocurrió -¡HYUN JOONG!- gritó Jong Suk

-tranquilícese, no ayudará en nada yendo hacia allá- le llamó la atención uno de los policías que lo sujetaba

-los tenemos- informaron por radio

Y en medio del humo se podía divisar las sombras de los paramédicos que venían corriendo hacia la ambulancia

-ellos son los últimos, ya no hay más heridos- informó un paramédico

Jong Suk, se reincorporó al reconocer a su amigo que venía en una de esas camillas

-déjenme ir con ustedes, por favor-

-¿es usted pariente?- le preguntó un enfermero, Jong Suk afirmó con la cabeza y subió a la ambulancia, dentro de ella no solo estaba Hyun Joong, sino también Yong Hwa

-¿y este niño?- preguntó

-venía en el mismo auto que él ¿usted no lo conoce?- Jong Suk se quedó mirando con total desconcierto a Yong Hwa -¿Quién es este niño?- se preguntaba en su mente

Camino al hospital, Hyun Joong sufrió un paro cardiaco, las heridas de él eran más graves en comparación a las de Yong Hwa, los rostros de los paramédicos no daban ni una luz de esperanza de que sobreviva. . . bajaron de la ambulancia y corrieron a toda prisa a la sala de operaciones, Jong Suk se quedó fuera, esperando a que el padre de Hyun Joong llegará, no le había comunicado al señor Jung directamente la noticia dado que no tenía su número, en vez de ello, llamó a la casa de los Jung, la noticia la recibió Tom, por lo que no era de sorprenderse que dos horas después Nana y Tom hicieron presencia en el hospital, el señor Jung había llegado antes que ellos, estaba todo desencajado, parecía como ido de este mundo, Nana era un mar de lágrimas, sus dos niños estaban dentro de aquella sala y nadie daba razón de cómo iba la operación, Jong Suk tenía la mirada pérdida en la pared del hospital, solo Tom mantenía la cordura y la calma, él se encargaba de alcanzarle agua y pañuelos a Nana, a la vez ayudaba al señor Jung a sentarse en la banca y no en el suelo, a Jong Suk solo podía consolarlo colocando la mano en su hombro y dándole un ligero apretón . . . 4 horas transcurrieron, cuando al fin aquella gran puerta de metal se abrió, todos se pusieron en pie y se acercaron, el doctor salió, su rostro no era de buenas nuevas, todo lo contrario, era serio, parecía frustrado. . .

-¿Cómo están mis hijos?- preguntó el señor Jung, el doctor levantó la mirada, movió la cabeza negativamente –fue una operación difícil- trató de explicarle -¿Cómo están mis hijos?- volvió a repetir el señor Jung

Cuento Real - [1era y 2da temp] + EntrevistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora