{Eunhae} Almost Lover

{04} If worst comes to worst...

Capítulo 4 - Si llega a pasar lo peor...

El camino a casa de DongHae fue silencioso, más que nada porque HyukJae no creía que el otro quisiera entablar una conversación cuando era más que obvio que el rubio, por la manera en la que jugaba con sus manos y se mordía el labio, estaba demasiado nervioso. Por eso, el pelirrojo aprovechó la oportunidad para robarle un par de miradas.

Lo cierto era que no había tenido la oportunidad de hacerlo anteriormente, y luego de hacer un escaneo exhaustivo de la apariencia del otro por el rabillo del ojo, HyukJae llegó a la conclusión de que DongHae era realmente atractivo. El chico tenía un perfil perfecto, con una línea de la mandíbula bien definida, una nariz recta y unos expresivos ojos marrones. HyukJae pensó que, si él mismo fuese una chica, DongHae definitivamente entraría en su lista de chicos muy atractivos. Y dejó los pensamientos hasta ahí; se notaba que pasar tanto tiempo con HeeChul le estaba afectando.

Luego de unos momentos de observación, HyukJae creyó sensato arriesgarse a comenzar una conversación, con la esperanza de que el rubio dejara de morderse el labio; de seguir así, con total seguridad comenzaría a sangrar.

—Y… ¿puedo preguntar qué sucedió? —preguntó tentativamente el pelirrojo sin apartar la vista del camino, pero con toda su atención puesta en el otro.

DongHae se sobresaltó ante la repentina pregunta y le dirigió una mirada incierta a su chofer de turno. Estaba considerando si contarle o no, pero HyukJae le estaba ayudando, así que creyó que lo más justo sería contarle lo que le estaba sucediendo.

—Pa… parece que me van a desalojar —dijo DongHae en un suspiro al tiempo en que bajaba la mirada y se masajeaba el puente de la nariz.

HyukJae no puedo evitar lanzarle una mirada sorprendida. De todas las cosas que hubiese podido imaginar, esa jamás se le había cruzado por la mente, pero la expresión afligida del otro le había confirmado lo que había escuchado. DongHae no estaba jugando.

En ese momento no supo realmente que hacer. Era una situación por demás complicada y HyukJae tenía ganas de preguntarle un montón de cosas más al respecto, pero prefirió no hacerlas; no era el mejor momento.

DongHae por su parte estaba preparado para que lo bombardearan los cuestionamientos, e internamente agradeció el silencio de HyukJae, quien sólo había asentido ligeramente en señal de que había escuchado y había vuelto la mirada al camino.

Escasos minutos después, HyukJae estacionaba frente al edificio de departamentos dónde vivía DongHae. El rubio salió de auto cual rayo y tras dedicarle una sonrisa forzada y unas palabras de agradecimiento a HyukJae, salió corriendo hasta el edifico para terminar perdiéndose tras las puertas del mismo.

HyukJae suspiró y apretó el acelerador, dejando atrás la calle de DongHae.

LeeTeuk ya no sabía cómo manejar la situación. Todo el tema de HeeChul/HanGeng lo tenía más estresado que el mismo trabajo de la compañía y ya le parecía que el asunto estaba en un punto de quiebre, tanto para él mismo como para los involucrados.

Desde hacía años que HeeChul y él eran amigos, y realmente le afectaba ver a su amigo así. HeeChul podía no decirlo y hasta podía hacer creer que no le importaba en lo más mínimo, pero LeeTeuk sabía que la partida de HanGeng lo estaba sobrepasando. El extranjero había sido el único que había logrado traspasar la barrera impuesta por el mismo HeeChul; esa que había creado para protegerse, porque el exterior frío, soberbio y vanidoso sólo servían para esconder el miedo que sentía su amigo de salir lastimado.

De todas las personas que lo habían intentado, las cuales habían sido bastantes, HanGeng había sido el único al que HeeChul le había permitido acceso. Cuando HeeChul le había comentado por primera vez que estaba viendo a alguien, LeeTeuk tuvo que contener la mueca de asombro que amenazó con expandirse sobre su rostro. No porque HeeChul estuviese de hecho viéndose con alguien —LeeTeuk estaba acostumbrado a que HeeChul siempre estuviese con alguien—, sino por la sonrisa cálida en su rostro al momento de darle la noticia.