{Eunhae} Almost Lover

{06} Surprise, surprise...

Capítulo 6 - Sorpresa, sorpresa...

Eran las diez de la noche y LeeTeuk se encontraba a 20 cuadras de su casa, esperando a que le abrieran la puerta frente a la cual estaba parado, con pensamientos acerca de cómo se las haría pagar a HeeChul porque el muy maldito se atrevió a irse y quedarse en casa para dejarme trabajando hasta las 9 de la noche.

Lo más probable fuese que hasta hubiese ideado un plan sobre cómo vengarse, si no fuese porque el sonido de la puerta al abrirse le impidió seguir maquinando las mil y una manera de asesinar mentalmente a su amigo.

—Llegas tarde —le reclamó el chico de cabellos revueltos, pero con una sonrisa amable y abriéndole la puerta de su departamento, invitándolo a pasar. Comprendía bastante bien el porqué de la tardanza del mayor, sólo quería molestarlo un poco

—Ni siquiera lo saques a colación. En estos momentos soy capaz de olvidarme que vine hasta acá para ayudarlo, para dejarlo que se las arregle sólo por abandonarme en la oficina con todo el trabajo; el mío y el suyo —refunfuño LeeTeuk mientras se sentaba en uno de los sillones del living.

El otro chico, tras cerrar la puerta de entrada, lo siguió y se acomodó frente a él en otro de los sillones color crema de su living.

—Tú sabes tan bien como yo que, haga lo que te haga, jamás serás capaz de abandonarlo y dejarlo por su cuenta. Eres como una mamá gallina: nunca abandona a sus pollitos —dijo el chico de voz suave y profunda mientras tomaba un sobre de la mesita de centro y se lo extendía a LeeTeuk, cortando sus quejas acerca de cuánto odiaba que lo llamaran ‘mamá gallina’—. Aquí tienes lo que me pediste.

LeeTeuk tomó el sobre y miró en su interior. Era exactamente lo que le había pedido y hasta hizo que se le olvidara de su comentario anterior. Luego volvió la vista a su amigo, ese que era muy confiable y raro a la vez, pero pensándolo mejor, ¿qué amigo suyo no era raro?

El mayor se puso de pie y guardó el sobre dentro de su chaqueta; lo que menos quería era perderlo.

—¿Ya te vas? —preguntó un tanto desconcertado el chico, también poniéndose de pie; no pensaba que fuese a irse tan rápido.

—Sí. La verdad estoy muerto y lo único que quiero hacer es llegar a casa, darme un baño y descansar, de manera de no despertar mañana aún con ganas de desertarlo —dijo con tono cansado—. De todas maneras, realmente te lo agradezco YeSung —agradeció con la mayor sinceridad que pudo expresar.

—No te preocupes —dijo YeSung mientras lo acompañaba hasta la puerta y la abría para que LeeTeuk pudiese salir—. Además, por más extravagante que sea, también es mi amigo.

LeeTeuk le dio un corto abrazo y le regaló otra sonrisa antes de despedirse y emprender camino hacia su departamento y hacia su tan ansiado descanso.

Se despertó con la cálida luz del sol acariciándole el rostro. La luz se colaba por entre los pequeños resquicios entre la cortina azul francia que cubría las ventanas del cuarto. Cuando se incorporó sobre la cama, no sintió esa sensación de confusión y desconcierto que cualquiera sentiría la despertarse en un lugar desconocido (y mucho más lujoso por cierto), sino la sensación de que todas las dificultades por las que pasaba no eran más que una pesadilla y que estaba donde siempre debió estar. Pero la sensación sólo duró lo que la somnolencia dura luego de uno despertarte, y la realidad volvió a golpearlo con dureza (¿acaso no sucedía siempre lo mismo?), como para que no volviera a olvidar que era un pobre estudiante, con un pobre trabajo, sin casa y sin dinero.

Se frotó los ojos con el dorso de las manos para terminar de despabilarse, y salió de la habitación que HyukJae le había cedido tan amablemente. Avanzó por el pasillo hasta adentrarse en el luminoso y espacioso living, siempre mirando hacia los costados para ver si captaba algún movimiento que delatara que no era el único en el departamento, pero estaba completamente solo. Y lo supo cuando al entrar en la cocina, sobre la mesada, encontró una nota de HyukJae.