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| Gray |

3 de junio del 2018.

Siempre me reí de esas personas que se excedían al estar borrachos y hacían sus desfiguros que luego veríamos en Internet.

Hoy sé que el karma existe.

Seguramente por todos los comentarios que debe estar recibiendo el vídeo de "la declaración de la madre de mi mejor amiga."

Puta fiesta la de ayer.

Solo recordar toda la plática que tuve con mi padre me revuelve el estómago, fue lo más vergonzoso e incómodo que pude haber escuchado, pues Jellal y Lucy escuchaban sin querer toda la sarta de comentarios que soltaba mi progenitor en contra de mi "comportamiento" como para que una mujer que podría ser mi madre diga que me ama y pida mi mano delante de todos sus invitados.

No tengo nada en contra de las parejas con diferencia de edad, para mí la edad no tiene importancia, mientras haya esa atracción y cariño, pero yo no me fijaría en la madre de mis mejores amigos, simplemente por el hecho de que la he visto de esa forma desde que la conocí; la MADRE de mi mejor amiga.

Fin. No podría porque le guardo cariño, pero no la miro como mujer. Es como si mi madre me lo dijera.

Sí, así de incómodo fue escuchar su declaración.

El sonido del despertador resuena por toda mi habitación alertando a mi cuerpo que ha amanecido y que es hora de volver a la cruda realidad. Ayer me emborraché tratando de olvidar mi incomodidad luego de las miradas despectivas de algunos invitados de Natsu, el sentimiento fue más fuerte y me orilló a retirarme de la misma forma que mis padres; completamente avergonzado.

Hablé con la señora Irene, y aclaré que, aunque sus sentimientos fuesen verdaderos yo no podía corresponder a ellos, por el cariño que le tengo y el que le tengo a sus hijos, la única forma en la que podía verla era esa. Hubo un silencio y después de ello asintió, me quedé un momento agradeciendo sus palabras antes de retirarme.

Ahora sólo quiero morir.

Cuando abro los ojos lo primero que encuentro es un desastre como si alguien hubiese estado rebuscando entre mis cajones en busca de algo. Y hay una fuerte laguna mental en mi cerebro, al estilo de ¿Qué pasó ayer?

Eso por supuesto que me alarma, me sobresalto sobre la cama al darme cuenta de que estoy desnudo, sin nada, estoy como mi madre y las enfermeras me vieron al nacer.

—¿Qué mierda...? —Murmuro ante la punzada de dolor que recorre toda mi cabeza provocando un mareo.

Inhalo y exhalo tratando de recomponer mi estado, abro los ojos y veo borroso, cuando mis ojos se adaptan a la luz doy otra revisada a mi habitación, y entonces caigo en cuenta de que en el pasillo también hay cosas tiradas. Ahora sí que me levanto en busca de los culpables.

Me pongo el bóxer rápidamente mientras el terror aumenta a medida que avanzo por el pasillo llego a la sala donde hay más desastre, cosas tiradas por el suelo, el sillón está volteando y mis cuadros están en el suelo, me acerco mirando todo cuando una mancha me detiene, haciendo que mi presión arterial vaya en picada: es sangre; sangre seca.

Regreso a la habitación apresurado buscando mi celular por todos lados importándome un carajo, desacomodo todo hasta dar con mi teléfono y mandar un mensaje a Natsu.

Espero unos momentos su respuesta y me sorprendo al ver que me equivoqué y se lo mandé a Erza y el que me contestó fue Jellal, ignoro el hecho de que sea él el que habla y hablo de mi situación cuando entra la llamada.

Game Over! L.2〖Gruvia〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora