Day 3: ¿Parezco el tipo de hombre amable que haría eso?

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—¡Suéltame! —exige Chuuya, halando de la mano entorno a su muñeca.

No imprime la fuerza suficiente, no puede hacerlo. La fuerza está ahí. Tiene la capacidad no sólo para soltarse, sino para convertir el acto en un ataque que, por mucho que Dazai pueda anticipar sus movimientos y generar una defensiva, no lo dejaría indemne. Aún así no lo hace, le cuesta moverse, le cuesta reaccionar e incluso respirar. Hay un impulso mayor a su razón que le impide actuar como debería.

Dazai lo sabe. Su gesto carece de burla por el detalle descubierto. Sus ojos se iluminan con algo más amable e inocente que el triunfo: la esperanza. Esa luz se le mete por debajo de la piel a Chuuya y le eriza el alma, cortando a la mitad su exigua resistencia.

El detective avanza.

Él se paraliza.

Las piernas le tiemblan.

Le fallan las fuerzas.

Le falta voluntad.

Un brazo rodea su cintura, dándole a su cuerpo la estabilidad que requiere en el pecho de quien desea escapar.

—Suéltame —repite. Una voz que apenas es vestigio de orden.

—¿Parezco el tipo de hombre amable que haría eso?

La fe lo reprime, coarta sus acciones y aviva las esperanzas de que no lo sea. Que sea el tipo de hombre que se aferra, que pasa por encima de sus miedos y lo alcanza para no dejarlo ir.

Lo lee a la perfección. Dazai conoce su respuesta, esa que entregó de antemano sin pensárselo durante la celebración en conjunto de mafia y agencia. Celebración bien merecida tras una amenaza que puso de rodillas a Yokohama, que obligó al Doble Negro a reaparecer, que lo hizo beber hasta que las palabras le salieron sin pensárselo, y admitió que su flor favorita desde la niñez fue la rosa negra. Esa rosa que siempre supo que significaba amor pleno.

Dazai no necesitó más para entender lo que hizo y por qué, para seguirlo fuera del restaurante en cuanto cayó en cuenta de su error, captando entre líneas la confesión nerviosa de sus propios sentimientos.

Yendo detrás suyo el exlíder rompió la separación, las dudas y cualquier cosa que se interpusiera en el amor que se profesaban.

Ya no había excusas.

—No —respondió Chuuya.

Una simple palabra en la que se halló un gran "sí", un "yo también". Declaración a la distancia que resignificó el pasado. Respuesta que se convirtió en el inicio de una vida entera que hasta entonces se mantuvo suspendida.

Black Rose [#SoukokuWeek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora