Vínculo sin Frontera

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Maryse me había explicado un poco acerca de aquel mundo. Aquel mundo solo reflejaba lo que una vez fue; como energía, que se propaga de todas las formas posibles hasta alcanzar un estado más complejo, aquello no representaba más que la forma de lo que antes existió.

-Supe que habías viajado en el tiempo, porque mi detector me mostró una extraña pulsación de radiación que no había visto antes.

-¿Tu también has viajado? -Le pregunté.

-Si, he experimentado un par de viajes. Pero no contaba con una pequeña falla.

-¿Una falla? -Maryse había captado toda mi atención.

-El alimentador que invierte el flujo de energía no funciona. No puedo saltar en retrospectiva.

-Vaya, es igual que conmigo...

-Si, pero lo notaste. En tú reloj. El indicador de divergencia cambió. Mi medidor también me lo mostró.

No me sentía especialmente feliz de estar hablando con Maryse. Para mi ella solo representaba a un ser que eventualmente desaparecería de mi lado. No quería aferrarme y que se formasen sentimientos por alguien a quién no volvería a ver.

-Eso no significa nada en particular. Solo puede tratarse de un cruce temporal, un intervalo de exposición.

-No estaría tan segura de eso -Sus palabras recuperaron mi atención.

-¿Cómo estas tan segura de que me equivoco?

-Estamos en el mismo sitio. Dime, ¿cuál fue el momento que elegiste para viajar?

-No lo elegí. Mi dispositivo no tiene esa capacidad...

-Pero el mío si puede permitirme hacerlo. Dentro de un rango muy pequeño. ¿De qué época vienes?

-Ya no lo recuerdo... Hace mucho que deje el punto cero atrás.

No mentía en absoluto. No lograba recordar casi nada del mundo que había dejado atrás.

-Yo vengo del año 2952. No sé exactamente que año es este, pero es muy extraño que existan vestigios de nuestra era, con estas siluetas rondando por todos lados -Dijo Maryse señalando a los humanos transparentes.

-No es tan especial...

-Debemos trabajar juntos. De esa manera podremos volver.

-No es posible volver. Ya he intentado todo. Al menos no en mi caso.

Me dejé caer en el suelo en posición fetal. Sentí una presión en el pecho.

-He visto mil mundos, y en ninguno de ellos nada es igual. El punto cero no es posible de alcanzar, y apartir de ese momento, nada vuelve a ser igual. Ya no tengo tiempo, y a la vez, tengo todo el tiempo que desee. Si deseas volver, notarás que todo es diferente.

Maryse estaba perpleja ante mis palabras.

-¿Cómo has podido llegar hasta aquí? -Preguntó ella.

-Lo que tengo en mi bolsillo es un dispositivo que yo mismo diseñé, pero que no puedo controlar. Solo me lleva a dimensiones, y secciones del tiempo que desconozco. Aún así todas tienen algo en común, nada tiene sentido. No importa hacia donde mire o como intente analizarlo, nunca sé si estoy en el pasado, en el futuro, o en otra linea paralela. 

La mirada de Maryse era de completa confusión, y lo fue más, cuando le mostré la forma del artilugio en mi bolsillo. Ella simplemente intentó tocarlo, pero no la dejé. Sentí miedo. Miedo de que presionase el botón nuevamente y todo aquello se resquebrajase. Rápidamente retiró la mano y se contuvo de acercarse más de lo necesario. Notó mi rostro pálido y decaído. Guardó silencio por un rato y no dijo nada más hasta que fui yo quien pronuncio alguna palabra.

-Sé que es difícil de comprender, no culpo tu curiosidad. Ni yo mismo soy capaz de entender como es que algo así pudo haber sido creado.

-Es solo que es muy pequeño... ¿Cómo puede funcionar?

-No es tan complejo. -Dije sin reparo-. Solo presionas el botón y ya está. Todo desaparece.

Mi explicación no fue suficiente para saciar su curiosidad. Me di cuenta de que ella esperaba una descripción más profunda acerca del funcionamiento del dispositivo, pero no tenía ánimos de entrar en detalles técnicos. No serviría de nada. Ya el daño estaba hecho, explicar la causa en detalle no lograría resolver nada en absoluto.

-Hace tiempo... -Comenzó Maryse-. Mis padres intentaron enseñarme el principio del funcionamiento de las cosas. Como era posible que algo fuese sólido, o incluso, líquido. Las ciencias siempre rigieron las bases de nuestra familia. Ellas creían que podían ser capaces de entender todo con el simple hecho de comprender la esencia básica de la vida. Pero no todo fue tan simple. Cuando me gradué de la universidad, unos hombres se interesaron en mi proyecto de promoción. Desarrollé una teoría que decía que se podría viajar a través del tiempo con una máquina muy simple. Aunque no tenía mucho recursos ni conocimiento, en teoría funcionaba, y cada vez más científicos de renombre comenzaron a contactarme. Mi proyecto llegó a oídos del presidente, y gracias a eso aquí estoy.

Mi corazón dio un vuelco.

-Desarrollamos la máquina, un ingeniero de mi confianza y yo. Todo en el más absoluto secreto. Él, supongo estará tratando de adivinar mi posición. No es posible que sepa en que tiempo me encuentro...

Sus palabras sonaron ásperas. Su mirada yacía perdida en el suelo, y en su rostro solo se mostraba el cansancio y la nostalgia.

-Yo también capté la atención del gobierno de mi mundo original. -Comencé diciendo. Únicamente lograba recordar la razón de mi infinito viaje-. La diferencia es que ellos pusieron precio a mi cabeza...

La atención de Maryse me pertenecía.

-El dispositivo que creé, tiene el potencial de abrir portales en todas las dimensiones posibles. A pesar de ser tan simple, puede ser modificado, y en ciertas circunstancias, puede convertirse en algo incontrolable. Yo no sabía que ella estaba ahí cuando accioné el interruptor... -Mi voz se quebró de inmediato-. Si hubiese sabido que estaba en ese lugar, no habría hecho lo que hice...

-¿Qué fue lo que hiciste?...

-Al principio solo fue destruir una instalación. Una donde se supone debían contenerme. Una mente capaz de crear tal artefacto no podía andar libremente. Ellos me aprisionaron, y me obligaron a utilizar mi conocimiento para generar el control del mundo. Yo no quería hacerlo, y por eso secuestraron a mi hija; Dotty. Era el único método que tenían para controlarme. Cuando el artefacto estuvo listo, me amenazaron para que les mostrase como funcionaba. Tenía esperanza de que mi hija estuviese muy lejos, no era lógico que estuviese en el mismo edificio.

Tragué saliva para tratar de aliviar la amargura que me provocaba aquel recuerdo.

-Cuando crucé el primer portal, se supone me llevaría con ella. Estaba unos pisos más abajo de donde yo me encontraba. Le dispararon apenas al verme. Ella solo me veía con terror. No pude hacer nada... Cuando recuperé la conciencia ya había cruzado el portal. No sabía donde estaba. Solo tenía en mente el tiempo que marcaba el indicador de la bomba de anti-materia que deje en el edificio. Treinta segundos...


Sin TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora