Los cálidos días de universidad estaban llegando a su fin. Mis dos mejores amigos habían tenido una disputa amorosa y ahora yo había adoptado el papel de el hombro al que acudir a llorar.
En uno de mis hombros hospedaba la lealtad de la amistad y e...
Amanecí en la playa. Sucedió que en una ridícula tienda acampé mientras enfrente, oíamos el merced del mar.
Bajo unas estrellas que salpicaban ese cielo tan negro, yo, Monkey D. Luffy, contemplaba la inmensidad del mar con Nefertari Vivi, mi primera novia.
Su pelo celeste conseguía cautivarme. Sus ojos que brillaban mientras contábamos las estrellas me enamoraban.
Pero su persona era lo que me aceleraba el corazón. Era increíblemente bondadosa, sensible, inteligente...
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FLASHBACK
—¡Luffy, ven un momento! ¡Aquí hay un cangrejo!
—¿De verdaaad? ¡Vamos a comérnoslo, Nami!
—Siempre pensando en zampar... Eres un gordo.
—Shishishi... ¡Gracias!
—Idiota, no es un un halago.
—Siempre lo será si eres tú quien me lo dice.
—Uy, eso que dices me convierte en alguien muy especial para ti ¿no?
—¡Sí! ¡En la más especial! ¡Shishishi!
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Estar con Nami en la playa como aquella vez era incomparable a ir con Vivi. No era lo mismo, no sentí la misma calidez.
Enamorarte de tu mejor amiga es algo complicado, yo quería lo mejor para ella, quería que fuera feliz con Usopp y era por ello que soportaría quedarme con el papel de su mejor amigo.
Pero tenía mis manías porque por mucho que me autoconvenciera nunca logré verla solamente como nakama.
No podía seguir usando a Vivi concibiéndola como Nami. Porque el tiempo pasa, y por culpa del ego le estaba haciendo daño a una chica magnífica.
Pero Vivi no era ella.
Por mucho que la peliazul fuera increíblemente bondadosa, pura, sensible, inteligente... Había algo que le faltaba.
Ni de lejos poseía el buen humor, la agudeza, la picardía y la ternura de la pelirroja.
Eran parecidas en algunos aspectos pero tan diferentes en otros...
Lo mismo si comparamos una princesa con una reina.
