¡Si no reconoces a la chica, es del capítulo 13!
Inolvidable, completamente inalcanzable y por supuesto evidentemente deseable. Los recuerdos sobre ella habían comenzado a volverse distorsionados al igual de agresivos como los pensamientos del pelirrojo hacía las personas pero sobretodo en ella.
Las manos delgadas como masculinas recorrían el cuello de la chica, su respiración era lenta; Era como si cada inhalación de oxigeno junto con cada movimiento, cada roce, cada palabra y cada sensación fuera perfectamente manipulada por él. La nueva actitud del chico había consternado a todos, no solo por su frialdad y crueldad al dirigirse a las personas, si no por el trato hacia las mujeres; Siempre coqueto, creando un aura sexual con cada mujer joven que se le acercara. Y es que sus métodos no eran descarados, era todo lo contrario, tan discreto, tan directo y tan silencioso que atrapaba a sus víctimas con una sola mirada. Se había vuelto una molestia el estar alrededor de él debido a su exigencia de resolver todo a la perfección junto con la ambición de obtener respuestas en cada asunto de la aldea, desde que ella había desaparecido simplemente él se había vuelto un reclutador de verdades, un investigador profesional, porque él odiaba con toda su alma y cuerpo las mentiras. Si lograba atrapar a alguien en la mentira se le daban días en la cárcel de la aldea o la expulsión definitiva de la misma. Por lo tanto nadie podía hablar sobre sus espaldas, era considerado traición absoluta al Kazekage.
La chica de piel bronceada se encontraba dormida, mientras el chico rodeaba su cuello con suavidad y su mirada recorría por completo su cuerpo. La tormenta había vuelto por lo tanto, el ruido de los truenos opacaba la ligera respiración que emanaba. Su cuerpo era diferente al de ella, eso le provocaba frustración pero también excitación, el hecho de poder tener a una chica indefensa bajo la palma de su mano era bastante atractivo. Pero, ¿Quién dice que ella era una chica débil?; Lentamente los ojos de la chica se abrieron para conectar con los ojos esmeralda de él, una media sonrisa se dibujo en su rostro.
-Veo que la pesadilla te ha dejado sin sueño, ¿Qué piensas hacer?, ¿Matarme?-puso su mano sobre la del chico sin dejar de conectar miradas.
El sonido de la lluvia hacia juego con el momento y la tensión era bastante evidente. La chica al ver la mirada fríamente penetrante decidió guardar silencio por unos segundos, hasta que pudo sentir los labios del chico sobre su cuello, provocando que esta mantuviera la respiración dentro de sus pulmones, no veía venir ese movimiento. Los labios de él eran rasposos debido a que estos se encontraban resecos pero la suavidad inferior de los mismos mantenía un equilibrio de sensaciones sobre el cuello de ella. La fragancia de él no podía ser percibida debido a la humedad y al aroma del mar que rodeaba la cabaña pero la de ella era refrescante como la brisa de las olas y lilas combinadas. Los fríos dedos recorrían detenidamente cada rincón de su cuello, bajando lentamente a sus hombros.
-No pienso matarte...Pero no quiero que hables-su voz ronca se mantenía autoritaria. Era como si se tratase de un sueño, para empezar no se habían presentado formalmente, él no había querido decir su nombre y este le pidió que no dijera el suyo, ya que no quería saberlo y no le importaba pero ahora se encontraba sobre ella, besando su cuello como si de una pareja se tratasen; Definitivamente esto se había vuelto extraño, dos desconocidos que estaban teniendo intimidad en un mundo conservador en toda la extensión de la palabra, algo méritamente prohibido pero atractivo. Difícil de creer eran sus acciones, durante toda la tarde se mantuvo distante, ninguna mirada, ni palabra se habían dirigido y ahora se sentía como si quisiera poseerla, podía sentir los sentimientos de desesperación a través de sus dedos, sin embargo eran lentos, podrían ser llamados calculadores. Él chico se separo de ella a solo unos centímetros para poder apreciar su rostro que se encontraba ligeramente sonrojado, una media sonrisa se dibujo en el rostro de él. La chica podía percibir en su mirada la soledad y la ausencia de brillo en sus ojos como si su alma estuviera cansada de estar en el mundo de los vivos, aquella mirada sólo provoco lastima como compasión y anhelación para curarle. Sin pensarlo dos veces el chico comenzó un beso lento y suave, ambos habían decidió mantener los ojos cerrados, un dolor punzante de deseo en sus estómagos surgió. Él chico subió su mano hasta una de sus mejillas para manejar el beso, ambas cabezas se movían a un mismo ritmo, los pequeños sonidos entre cada despegue de labios eran tenues, casi inaudibles. Un ceño fruncido surgió en él y con ello el aumento del ritmo como profundidad, pequeñas mordidas hacia en los labios de ella, recibiendo quejidos agudos. Las manos del chico bajaron rápidamente hacia su cintura para levantar su blusa pero fue ahí cuando cambiaron las cosas. Ella se separo de inmediato, recargándose en la puerta corrediza de su habitación.
-Esto no puede ir más lejos-dijo la chica con respiración entre cortada por la falta de aire que los besos le habían provocado. La mirada fría del chico le provoco un escalofrío como si la miles de agujas le atravesaran, era como si el tacto cálido de hace unos momentos no hubiera existido.
-No somos nada, no hay sentimientos involucrados, somos unos completos desconocidos por lo tanto, yo puedo decidir hasta cuando llegar-este se levanto lentamente, caminando hacia ella extendiendo una de sus manos, esperando la de ella.
-Es verdad pero a pesar de que no se tu nombre, puedo sentir la soledad en ti, quiero ayudarte, quiero conocerte-.
La única respuesta que obtuvo de él fue una fría mirada y un chasquido de dientes para después salir de la habitación. Al salir él se sentía como si la falta de calor que él provocaba dejara de existir en toda la cabaña. Su cuerpo la manejo a ella para seguirle y encontrarlo cerca de la puerta.
-Espera, no te vayas.-llego tan rápido como pudo para sostener su mano.-No te vayas.-pero el chico se safó de golpe.
-Las chicas como tú son escoria, diciendo palabras amables sin ninguna consideración alguna por los sentimientos de las demás personas, simplemente para quedar bien alrededor de los demás. –Las mujeres como ustedes deberían de morir, llenas de mentiras-. Aquellas palabras le habían dejado pensando pero una cosa era cierta y era que sentía la necesidad de ayudarle.
-Por favor déjame ayudarte, se que buscas a una persona, solo quiero ayudar.
Pero no pudo evitar que él chico se fuera, hasta entonces lo esperaría. Aquel chico sin nombre. Dentro de la habitación había ocurrido intimidación entre dos desconocidos, eso era lo que ella creía.
-¿Se puede saber dónde diablos te encontrabas?-Kankuro se encontraba exhausto debido a los días que el kazekage había dejado la aldea sin dejar ningún aviso y por supuesto sin ninguna seguridad que lo cubriera.
-¿Desde cuándo debo darte explicaciones?-el pelirrojo arrojo su chaqueta sobre su silla, apoyándose en su escritorio.
-Oh...bueno déjame ver-se llevo una mano hacia su barbilla.-Sabes es algo estúpido que preguntes eso, puesto que eres la mayor autoridad aquí en la aldea y yo siempre tengo que estar cuidándote.
-Es obvio que la fue a buscar de nuevo-soltó una risita temari que se encontraba recargada en el borde del marco de la puerta con unos documentos en su mano derecha. –Siempre lo ha hecho, cada sábado del último mes es cuando sale en busca de ella, hasta el mismo sabe que no puede dejar la aldea más de dos días-dejo caer los documentos sobre el escritorio, recibiendo las miradas de los chicos.
-¿No deberías estar planeando tu boda?, es lo único que haces como para que estés al tanto de lo que hago-comenzó abrir los documentos.
-Debería responderte de la misma manera en cómo te dijiste a tus hermanos mayores, pero no lo haré porque entraríamos en una acalorada pelea y mi piel está demasiado sensible por el cuidado que he tenido para tenerla suave y tersa.-Suspiro mientras le daba un pequeño sorbo al vaso del agua. –Pero debo de decirte que los rastreadores de la aldea ya investigan hacia donde fuiste para prohibirte volver, sabes perfectamente que hare lo que sea que esté al alcance de mis manos para evitar que la vuelvas a recordar.-finalizo la chica, saliendo de la oficina dejando a los dos chicos solos con un ambiente pesado.
-¿Tienes algo más que decirme?-no le miro, esperando que kankuro saliera de la oficina, pero este solo recibió una mirada triste por parte de él. .-Se a quien fuiste a ver, no soy estúpido, se perfectamente que fuiste a ver a la única chica que estuvo contigo en tu infancia pero le fue borrada la memoria porque descubrió que poseías uno de los bijuus-finalizo saliendo de la oficina
Este apretó con fuerza las hojas, dirigiendo su mirada hacia el techo, recordándola.
En la vida del kazekage habían interferido en su corazón dos mujeres. Una en su infancia que fue su primer amor y la segunda que había sido el amor de su vida.
ESTÁS LEYENDO
MENTIRAS. (Gaara y tú)
FanfictionLos personajes no son de mi propiedad, originarios de Masashi Kishimoto. Por favor respeta los derechos de autor y disfrútala. ¿Alguna vez esperaste la historia de amor de gaara?, ¿Alguna vez has querido explicación sobre el porque Gaara se encuentr...