Parte 4.

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Habían pasado casi dos meses cuando, repentinamente, un chico de cabellos naranjas había entrado en su habitación mientras cargaba el cuerpo de otro muchacho; uno con expresión serena y piel demasiado blanca, casi enfermiza.

- ¡Bambam, qué de tiempo! He venido a traerte a tu nuevo compañero de habitación - habló el pelinaranjado con una gran sonrisa mientras depositaba el delicado cuerpo sobre las sábanas -. No ha tenido un buen comienzo en el internado...

- ¿Por qué está tan pálido?

Los oscuros ojos del caballo abandonaron el cuerpo de la pareja del vampiro para centrarse en el hada de invierno dueño de la habitación; queda decir que se llevó una gran sorpresa cuando se encontró con la imagen tan deplorable del hermoso joven. Bambam se encontraba con unas ojeras tremendas y sus labios estaban rozando los tonos azulados.

Mientras el hada hubo estado ayudando a su amigo, sus cambios a penas fueron notables ya que, Minghao le proporcionaba un calor que ralentizaba un poco el proceso de congelación, pero desde que se había acoplado con su tigre, el peliblanco había descubierto lo horrible que se sentía el intenso frío en sus alas, y como este avanzaba ferozmente hacia su piel. Había dejado de dormir solo por el miedo de no despertarse nunca...

- Te ves horrible.

Una leve risa escapó de entre los labios del hada.

- ¿Es esa la nueva forma de hacer cumplidos? - dijo con un deje de broma en su tono - ¿Debo agradecerte ahora?

- No, claro que no... ¿Quieres hablar de ello?

El pelinaranja se sentó en la cama del muchacho, quien no tardó en acercarse al contrario. Realmente, todos en el internado se conocían los unos a los otros, solo que no todos tenían confianza. Bambam había intercambiado algunas conversaciones con Hoseok, de hecho, todos lo habían hecho. Hoseok era demasiado bueno y sociable... Ahora mismo, para él, era una fuente de calor que no podía desperdiciar.

Su piel estaba tan helada que a veces creía estar ya muerto. Su cuerpo temblaba inconscientemente tratando de rechazar el frío que amenazaba con congelarlo.

- Me estoy muriendo.

- Wow - murmuró -, te creía más joven.

Bambam le dio un golpe en la cabeza haciendo que ambos riesen.

- Es un tema serio. Me estoy muriendo de verdad - susurró -. No me queda mucho, Hoseok...

El caballo fue a hablar, tratar de saber porqué un ser tan majestuoso como ese hada estaba al borde de la muerte. No obstante, unos fuertes golpes en la puerta lo callaron, impidiendo que hablara de más.

Con cuidado, Bambam fue abandonando la fuente de calor. Era, hasta cierto punto, gracioso el hecho de que, por lo general, no soportase las fuentes de calor; ahora las necesitaba para sentirse un poco mejor... La ironía de su vida, o de su muerte.

- ¿Quién es? - preguntó una vez estuvo cerca de la puerta.

- ¡Bambie ábreme!

El peliblanco apoyó su frente sobre la madera de la puerta mientras deliberaba qué sería mejor para él; afrontar al joven dragón o resguardarse en su cama y fugarse del internado sin que nadie se enterase. La segunda era una tontería así que, no le quedó más remedio que abrir la puerta, dejando ver a un Yugyeom algo desanimado. Aquella imagen le rompió el corazón; maldijo al alto por ello...

- Hobi, creo que deberías irte. Gracias por traer a mi compañero - le habló con una sonrisa.

- Claro... Sin problemas - sin embargo, el pelinaranja parecía no estar realmente en aquel lugar -. Oye Bambam - habló antes de irse, girándose y quedando quizás demasiado cerca del hada. Ambos escucharon un pequeño sonido incómodo por parte del dragón, pero ambos lo ignoraron -, tenemos que continuar la charla de hoy... Yo necesito saber si puedo...

Frozen Electricity -- YugBam -- [Beautiful Creatures II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora