Lo que no esperó Bambam es unas pocas semanas o quizás unos pocos días más tarde, él ya no contaba el tiempo tan bien, le daba miedo hacerlo y ser cada vez más consciente de su inexistente esperanza de vida, fue que Jungkook estaría al otro lado de su puerta. No es que el castaño y él no tuvieran una buena relación, sin embargo, nunca habían sido tan extremadamente cercanos como los otros. Él siempre había tirado más hacia Yugyeom o Minghao mientras que Jungkook hablaba mucho más con Yugyeom y otro grupo que tenía por ahí.
- ¿Jungkook? ¿Qué haces aquí?
- Creo que tenemos que hablar de algo - suspiró rendido.
El peliblanco, realmente sin entender lo que estaba pasando, se echó a un lado, dejando que el lobo se adentrase en su habitación, ahora mismo únicamente ocupada por ellos dos. Vio como el castaño tomaba asiento en su cama. Parecía más cabizbajo que de costumbre.
Él no tardó en sentarse. Su corazón palpitaba demasiado rápido. ¿Y si a Yugyeom le había pasado algo? Una sensación de malestar no tardó en apoderarse de él, junto a un miedo que empezaba a crisparle los nervios. Realmente, estaba odiando todo este misticismo al que su amigo lo estaba exponiendo.
Se sentó en la cama despacio, observando como el contrario jugaba con sus dedos, igual que lo hacía cuando estaba nervioso o inseguro. Eso le pareció demasiado extraño.
- Es verdad, ¿no? - fue lo primero que dijo, dejando a Bambam aún más confundido, si es que eso era posible - Te estás muriendo por mi culpa, ¿no es así?
- Yo... no es culpa tuya, Jungkook.
Lo decía en serio. Jeon Jungkook era un lobo normal que había llegado al instituto buscando una nueva experiencia, nuevos amigos. Había sido un chico rudo, uno tímido y uno muy sociable. Además, su cuerpo, al igual que el de todos los lobos, venía trabajado de fábrica. Para un hada de aspecto delicado y frágil, era simplemente imposible competir contra él.
Dolía, pero el lobo nunca hizo nada por tratar de ganarse el cariño de Jungkook. Joder, si ni siquiera a él le interesaba Yugyeom hasta que no descubrió que fue su pareja... Entonces, todo empezó a ir de mal en peor.
- Debí notar que había algo raro cuando tu olor comenzó a apagarse... Ya casi no siento tu olor, tú...
- Sí, estoy a punto de morirme, Jungkook - susurró Bambam.
- Voy a romper con Yugyeom.
- ¿Eh? Jungkook, vosotros os queréis. Yo, no hace falta. No cambiaría nada.
- ¡Lo cambiaría todo! Yo tengo pareja. ¡Joder! Mi compañero de habitación es mi pareja y vivo usando todo mi autocontrol para no lanzarme a su cama y hacerlo mío una y otra vez hasta que no pueda caminar y no le quede voz - habló con determinación. El peliblanco no pudo evitar sonrojarse demasiado ante sus palabras -. Lo hago porque no quiero que Yugyeom sufra, pero él no es mi pareja, es la tuya. Y estar con él sólo te está lastimando y yo ya no puedo soportarlo, Bambam. Lo siento mucho.
Pese a que el lobo se hacía el fuerte y luchaba contra sí mismo con tal de no mostrar ninguna expresión, Bambam sintió que en ese momento entre ellos se creaba una especie de unión que lo permitía leer todas las expresiones del joven. Que podía leer a través de sus ojos, los cuales estaban inundados en dolor. Se sentía decepcionado consigo mismo y culpable, se estaba culpando de la muerte de uno de sus amigos. Pero él todavía no había muerto, aunque no le quedaba tampoco demasiado tiempo. Pero no lo había hecho aún, no era culpa de él, ni de nadie. El peliblanco ni siquiera culpaba a Yugyeom...
Quizás eso fuera lo peor de todo. No había nadie a quien culpar. Sólo a la suerte y a la situación.
- Jungkook, no está tan mal - dijo con una pequeña sonrisa -. No es como si me fuera a quedar atrapado en el hielo infinito, como dice la leyenda. Sólo voy a morir.
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Frozen Electricity -- YugBam -- [Beautiful Creatures II]
FantasyNorthewen es una institución alejada de todos los pueblos de Corea del Sur, perdida en el centro de la nada, rodeada por una inmensidad de árboles que la oculta de la vista de los curiosos. Allí hay bellas criaturas, dañinas y temibles, pero bellas...