Había pasado una semana desde que Bambam se había presentado, desde que había madurado y había encontrado que su pareja era uno de sus mejores amigos. También hacía una semana desde que Yugyeom y Jungkook se habían convertido en una de las parejas más bonitas y populares en el internado; es más, todo el mundo se preguntaba si ambos se habían dado cuenta de que eran destinados. Además, también hacía una semana desde que el hada había comenzado a ignorar a sus dos amigos, dejando que estos vivieran la relación sin terceros; era lo único que creía poder hacer por su destinado.
Se había vuelto algo incómodo. Se pasaba los tiempos entre clases o encerrado en su habitación o en la biblioteca, sitio al que Yugyeom tenía vetada la entrada debido a anteriores escándalos y quebrantamientos de las normas. Sin embargo, sí que se encontraban a veces en los pasillos, o en el comedor antes de que Bambam pudiera salir corriendo a esconderse en su habitación. Y es que, le encantaba ver como los ojos del dragón brillaban o cómo sonreía. Le gustaba saber que su pareja era feliz. No obstante, el hecho de saber que era otra persona quien conseguía que el alto se sintiera así... Un dolor agudo atravesaba todo su cuerpo, y él se quedaba ahí, quieto.
Hoy era uno de esos días. Bambam le acababa de decir a Minghao que iría a su habitación porque no se encontraba demasiado bien. Supuso que tendrían que seguir con el plan para que Mingyu descubriera que su pareja era aquel hadita alegre otro día.
Suspiró. Los pasillos de la zona de dormitorios estaban vacíos. Hasta que un llanto captó su atención. Ahí, frente a sus ojos, se encontraba la persona que durante mucho tiempo había compartido habitación con él.
- Llevaba tiempo sin verte - rompió el hielo el de cabellos blancos.
- Últimamente he estado desorientado. Hace tanto frío siempre - susurró.
- Tenía entendido que los fantasmas no sentíais nada.
- Esa es la razón por la que todo es frío - susurró -. No hay nada más.
Entonces fue cuando Bambam recordó cómo solía ser su compañero de habitación. Era un chico sencillo, unos años menor que él. Siempre tenía una sonrisa en el rostro y le gustaba gastar broma. Pudo recordar cuando su cabello estuvo de un color dorado debido a que su champú fue cambiado por una mascarilla de color. También recordó la pequeña vena de maldad que solía tener, y las risas que provocaba con ella. Es decir, cuando ambos decidían usar sus poderes en algunas de las bromas mal intencionadas -de las que nadie salía herido-, se la pasaban bien.
- He madurado.
- Lo sé - comentó, su voz seguía siendo apenas un susurro -. Veo tus cambios.
- He encontrado a mi pareja.
- También lo sé - lo observó durante un momento en silencio -. Tus alas se están congelando...
Iba a hablar, pero no sabía realmente qué decir. Sus alas estaban bastante congeladas; una vez estas estuvieran completamente heladas, lo siguiente serían sus tatuajes, los cuales lo irían congelando hasta que su corazón se parase... Estaba resignado a la muerte.
- ¿Cómo es?
- ¿El qué?
- Morirte.
- Es aterrador, aunque los fantasmas tenemos la posibilidad de volver a materializarnos. Sobre todo si en casos como el mío, sólo necesito... Lo necesito - y Bambam sintió mucha pena por el chico que tenía en frente; la persona que lo había matado, era la única que podía devolverle la vida -. ¿Tú pasarás a ser un espíritu cuando te mueras?
El mayor meneó la cabeza, la negación clara.
- Una vez que me muera, mi cuerpo se hará de hielo. Un hielo que nunca se derrite. Algunas leyendas dicen que el alma de un hada se queda atrapada en ese hielo.
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Frozen Electricity -- YugBam -- [Beautiful Creatures II]
FantasiaNorthewen es una institución alejada de todos los pueblos de Corea del Sur, perdida en el centro de la nada, rodeada por una inmensidad de árboles que la oculta de la vista de los curiosos. Allí hay bellas criaturas, dañinas y temibles, pero bellas...