❄️Capitulo 14❄️

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Ereth nos guio a una cueva formada naturalmente por hielo. Tormenta lo lanzo hacia la nieve y cuando él se quiso levantar mi dragón lo aplasto bajo el, escuché sus quejas, pero no les hice mucho caso y de un salto caí al piso y empezó a caminar dejando a los dos atrás.

― ¡Okey! Ya los traje aquí ¡Ahora quítame esta cosa de encima!

Me voltee para ver a Ereth con una sonrisa burlesca, ¿Acaso creía que lo dejaría libre, así como así? ¡Ja! Que poco nos conocían

― Jamás le quites un juguete a un dragón ¿Qué no sabes nada? ― Le dije con burla y volví a caminar

Junto con los demás escalamos una pequeña duna de nieve para poder ver lo que pasaba en el campamento de Drago.

Lo que vimos nos desconcertó bastante. Era peor de lo que imaginábamos.

Había como treinta barcos alrededor de un punto en el agua que burbujeaba como si fuera agua hirviendo, lo cual era poco probable que fuera eso porque, por el hielo, el agua tendría que estar helada.

― ¿Qué está pasando ahí?

Patapez saco sus tarjetas y comenzó a nombrar las características que veía y a relacionarlas con los posibles dragones que conocíamos.

― Podría ser un leviatán categoría cinco, tal vez seis

Escuchamos como uno de los dragones gruñía, volteaos a ver qué pasaba y vimos a Tormenta en posición de alerta, después solo se fue volando.

Tan rápido como Ereth se levantó y saco su espada, los hombres de Drago lanzaron dardos para dormir a los dragones. Tratamos de salvarlos, pero fue inútil, ellos nos superaban en número.

Lo único que pudimos hacer fue rendirnos y dejar que nos llevaran ante Drago.

Nos llevaron a uno de los tantos barcos que había, allí, se encontraba un hombre con el cabello largo, de piel y ropas obscuras y con una expresión que le helaría la sangre a cualquiera.

― ¡Drago! ― Saludo Ereth con una felicidad impropia del momento― ¡Que bueno verte amigo mío! ¿Disfrutando el calorcito?

Cuando nos capturaron fuimos escoltados por dos enormes dragones, cubiertos con armaduras y cascos especiales, dragones que haría que una persona normal saliera corriendo de solo verlos, pero el hombre de cabello largo paso entre ellos como si fueran unos conejos ¡Conejos! Contrario a que él se aterrorizara los dragones bajaron la cabeza con temor sin siquiera verlo a los ojos.

― Como veras llegue justo a tiempo ¡Con nuevos dragones! Justo como lo prometí ― Ereth sonreía de una manera extraña, con una mezcla de miedo y nerviosismo. Se veía demasiado extraño

Los gritos de los hombres de Drago nos hicieron girar la mirada hacia su dirección. Colmillo se había despertado y luchaba por su libertad.

Drago camino lentamente hacia ellos y ordeno que soltaran las sogas. El hombre miraba con profundo odio a Colmillo, y el dragón le respondió de la misma manera.

No tardo mucho cuando Colmillo lanzo fuego, Drago se cubrió con su capa evitándolo y siguió caminado lentamente, se quitó la capa de encima y vio al dragón con superioridad. Nosotros no podíamos creer lo que veíamos.

Cuando Colmillo vio que no le había hecho nada le rugió, para intimidarlo, pero paso exactamente lo contrario, Drago se puso a gritar como un loco desquiciado sorprendiendo a todos, incluso al dragón.

Colmillo termino siendo el intimidado, con la cabeza pegada al suelo y completamente desarmado, Drago le puso un pie sobre el hocico.

― Me perteneces a mi ahora ― Dijo con voz ronca

Drago cambio su vista en dirección a las sillas que usábamos para montar, Ereth volvió a hablar con esa alegría impropia con la que venía hablando desde que llegamos.

― Y como un pequeño extra, también atrape a los jinetes, sin cargo adicional

― ¡¿Que?! ― Grite indignada ― ¿¡Es una broma!?

― ¡Ay, pero eras tan perfecto!

Ereth nos ignoró y siguió hablando con Drago

― Resulta que hay muchos de ellos allá afuera ― Drago de acerco lentamente a Ereth y de un movimiento rápido lo tomo del cuello y levantándolo unos centímetros del suelo

― Dime ¿Cuántos? ― Pregunto Drago con voz ronca

En ese momento comprendí, Drago no sabía cuántos éramos en total, una idea fugaz cruso por mi mente, corría el riesgo de no funcionar, pero tenía que intentarlo.

Drago sacudió a Ereth entre sus manos volviendo a preguntar cuántos éramos. Di un paso al frente y le grité:

― ¡Cientos! ¡Toda una isla de ellos!

Ereth soltó una risa ahogada, literalmente porque aun lo tenían apresado de su cuello, y le trato de dar vanas excusas a Drago para que no se preocupara por lo jinetes.

― No sabrán en donde te ocultas, te lo prometo

¡Ja! Ya veremos.

― ¡Claro que sí! Saben que desaparecimos y tienen dragones rastreadores ― Me fui acercando poco a poco a los dos hombres, cuando Drago soltó a Ereth pude ver como articulaba con sus labios un "No" para indicarme que parara, pero lo ignore ― Si piensas hacernos algo, Hiccup y Jack te darán una...

― ¿Hiccup? ¿Jack? ― Drago volteo a ver a Ereth

― No hay problema, en serio, confía en mi ― Contesto el cazador con voz ronca y llena de nerviosismo. Yo volví a ignorarlo

― ¡Hiccup es el hijo de Estoico el basto, heredero al trono de Berk, Jack es el espíritu del frio, ellos son los más grandiosos amos de dragones que se haya visto en esta tierra ¡

― ¡¿Amo de dragones?! ¡Soy el único de controla dragones!

― Nop

― ¡Lo siento!

Mis cuatro acompañantes soltaron unas risas burlonas, me volví a girar hacia Drago y con la misma mirada amenazante que tenía desde ya hace un rato volvió a hablar.

― Y si no nos dejas ir. Justo. Ahora. Llegará montado en su furia nocturna Y hará pedazos toda tu asquerosa flotilla de barcos

― Y entonces lloraran como bebes ― Se burlo Brutilda

Patan y Patapez rieron y alagaron a Brutilda, ella solo rodo los ojos y yo igual, ni en estas situaciones se comportaban

Drago se dio la vuelta y volvió a tomar a Ereth entre sus gigantescas manos

― Primero era solo un jinete ¡Y ahora es todo Berk! Y tu... ¡Los trajiste a mi! ― Aventó a Ereth a un lado y subió unas escaleras ― ¡Detengan todos los preparativos! Debemos atacar el nido de los jinetes de dragones ahora, es hora de deshacernos de un alfa ― Dijo con una sonrisa ― Y luego, tomaremos Berk

Sentí como si me hubieran tirado un balde de agua helada, mi plan solo lo había hecho enojar y ahora no solo estábamos en riesgo nosotros, sino toda la isla.

Ereth trato de llamar la atención de Drago, pero lo único que recibió fue que lo mandara ejecutar.

Los hombres en seguida obedecieron y le lanzaron sus armas hacia el cuerpo, lo que no esperaba, fue que Tormenta se interpuso desviando los ataques y salvando su vida, pero eso provoco que la sedaran y la atraparan como a los demás.

Ereth se quedó observando sorprendido y yo, yo solo pude observar como encerraban a mi mejor amiga dentro de una jaula.


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Esperen esperen, que les tengo una sorpresa 7u7 

Como entrenar a Jack Frost:  Amor en InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora