❄️Capitulo 18❄️

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― Ma, ¡Ni siquiera lo reconocerías! Donde antes hacíamos armas, ahora hacemos sillas, extensiones ¡Hasta les arreglamos los dientes! Jamás creerías lo mucho que todo ha cambiado ― Dijo Hiccup mientras caminaba alrededor de sus padres y tomaba unos pescados de una canasta y los traía para que Estoico los cortara y yo los acomodara en un palito para que pudieran comer.

Miré a Hiccup, vi su sonrisa y el brillo de sus ojos, estaba realmente feliz, nunca lo había visto tan feliz. Ni siquiera hace rato cuando por fin acepto que me amaba.

Y tal vez estaba un poquito celoso.

¡Oh! ¡Por los dioses Jack! ¡Es su madre! ¡Son sus padres! Tiene derecho a estar asi de feliz, ahora que Valka volverá a la aldea la felicidad no cabía en el cuerpo de Hiccup.

― Si, tu hijo hizo de Berk un lugar mejor ― Dijo Estoico, él también estaba feliz. Mas de Hiccup incluso ― Hicimos un buen trabajo Valka.

Valka se sobresaltó cuando Estoico puso las manos en sus hombros, tirando asi la bandeja con los pescados que tenía entre las manos. Enseguida acomode más pescados en los palitos para pasárselos a Estoico y que los pusiera de nuevo en la charola.

Valka se disculpó torpemente con Estoico y mande a Hiccup a que tomara la bandeja de las manos de su madre. Se acerco con una sonrisa boba y yo contuve las ganas de reír por lo infantil que se veía, le llevo la bandeja a Bocon que estaba comentando algo de unas albóndigas, no lo sé, no puse mucha atención.

― ¡Y cuando vuelvas a Berk con todos tus dragones! ¡Uy! ¡Drago ni siquiera podrá tocarnos! Todo va a estar muuuuuy bien.

Sonreí al ver a Hiccup con esa actitud, se veía realmente tierno, volteé a ver a Valka y estaba con la mirada gacha, caminaba de forma lenta hacia el pequeño chorro que escupía agua.

Enseguida comprendí que tenía miedo, miedo de volver a la aldea, miedo de no ser aceptada, miedo de que la volvieran a tratar como loca y la repudiaran como posiblemente hace veinte años hicieron.

¿Quién podía culparla? Yo no, al contrario, estaría exactamente igual, con miedo, con terror.

Me acerque a ella y le puse una mano en el hombro, tome la jarra que tenía en las manos y le susurre al oído.

― Esta bien tener miedo, pero no olvide que tiene a dos maravillosos hombres allá, que la protegerán y la cuidaran de todo.

A Val se le rasaron los ojos y asintió, tal vez no disipe todo el miedo, pero algo es algo.

Después le hice una seña a Estoico para que fuera con ella y yo me fui con Hiccup.

― Creo que tu mama necesita más tiempo ― Le dije en un susurro.

― ¿Para qué? ― Respondió de la misma forma.

― Para asimilarlo Hiccup, entiende, estuvo alejada de los humanos por veinte años y ahora la idea de volver a verlos la debe aterrar, no la presiones ¿De acuerdo? ― Le dije con una sonrisa y le acaricié suavemente el cuello.

Hiccup puso su mano sobre la mía y también me dio una caricia suave y me sonrió de vuelta. Yo volví a darle un roce en el cuello y el volvió a hacer lo mismo con mi mano. Habríamos seguido ese juego, pero escuchamos una voz grabe, un suave canto que se hacía paso entre el silencio de la cámara.

­―Por bravo mar navegare,
ahogarme yo no temo,
y sorteare la tempestad,
si eres para mí.

Poco a poco veía como una pequeña sonrisa iba apareciendo en la cara de Hic, de verdad que le alegraba tanto ver a sus padres juntos. Obviamente lo que a él le alegrara también a mí.

Como entrenar a Jack Frost:  Amor en InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora