❄️Capitulo 17❄️

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Yo nunca quise trabajar para Drago, pero no me quedo alternativa.

Ereth fue mi padre, el jefe de la tribu Ferguson, un pequeño pueblo en las tierras bajas de un reino muy, muy lejano.

Allí aprendí a cazar, tenía ocho años cuando cace mi primer venado, mi padre me enseño.

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― ¡Ereth! ¡Ven con tu padre muchacho!

― ¡Ya voy papá!

― Hoy te enseñare a cazar hijo, debes estar muy atento. Ven, vamos.

Salimos de la casa y caminamos hacia el bosque. El bosque Ferguson era muy conocido por tener osos salvajes, pero también criaturas que podías cazar y alimentarte de su carne, venados, conejos, ardillas.

Mi padre era el mejor cazador del pueblo, son su arco y flechas nunca fallaba un tiro y siempre teníamos comida sobre la mesa.

Estuvimos caminando un buen rato hasta adentrarnos lo suficiente como para ya no ver las casas.

― Los animales se alejan de nosotros porque nos tienen miedo, por eso es necesario que entremos al bosque.

Yo asentí en respuesta ¿Qué podía cuestionarle yo a él?

Nos detuvimos cuando vimos un venado, ya estaba un poco grande, pero no lo suficiente porque sus cuernos aun eran pequeños .

Mi padre se puso en posición, llevo una mano a su espalda y tomo una flecha, después lentamente la coloco sobre el arco y tiro de la cuerda, se quedó un rato mirando al venado, cuidando que no se asustara y se fuera.

― Tienes que estar muy concentrado, fijar bien tu objetivo y relajarte para que no falles. No puedes fallar Ereth .

― Entiendo, padre.

Y soltó la flecha.

El sonido del aire siendo cortado alerto al venado, pero reacciono demasiado tarde porque apenas levanto la cabeza la flecha lo atravesó de un costado y en seguida calló en el suelo levantando una pequeña nube de tierra.

Fuimos por el vendado, mi padre le saco la flecha y le quebró la punta, la guardo en una pequeña bolsa y el resto lo dejo tirado, se puso el venado en los hombros y a me dio el arco y las fechas.

― Es tu turno hijo.

Nunca me había sentido tan feliz.

Caminamos por el bosque con el venado sobre los hombros de mi padre hasta encontrar otro, esta vez era un pequeño venadito que no tenía ni siquiera indicios de que fueran a salir sus cuernos.

Hice lo mismo que mi padre me dijo, puse mi rodilla sobre el suelo y tome una flecha de mi espalda, la puse en posición sobre el arco y tire de la cuerda con todas mis fuerzas. En seguida note lo difícil que era mantener la cuerda tensada, pero hice mi mayor esfuerzo por no aflojarla ni un poco, espere el momento adecuado y solté la flecha.

Igual que el venado que mato mi padre, este solo reacciono cuando la flecha estaba casi por llegar a su cuerpo.

Por ser un animal tan pequeño el impacto lo aventó un poco hasta caer, fui corriendo y le saque la fecha, le corte la punta y se la di a mi padre para que la guardara.

― ¿Por qué las guardas?

― Porque las puedes volver a usar, las vuelves a armar, las afilas y tienes una flecha nueva.

Como entrenar a Jack Frost:  Amor en InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora