Ayer me besaste y no podías parar, y me bailaste hasta el amanecer
Y ahora me dice que borro cassete, que no se acuerda de esa noche
Ella con cualquiera no se besa, quiero que sepa que me interesa
Y no hay un día que no pare de pensar en su belleza
Se removió perezosamente, pero ese dolor de cabeza le estaba matando, su cuerpo se sentía tan pesado, no deseaba despertar. Más esa risilla en su oído le hizo abrir los ojos de golpe, solo para encontrarse con unos orbes azules.
-¡¿Kardia?! –exclamó la fémina incorporándose sobre la cama
-Hasta que por fin despiertas –le susurró de una forma sensual aquel muchacho de cabellera azul depositando un beso en su nuca
-¿Qué clase de broma es esta? –se quejó la pelinegra cuando descubrió que se encontraba completamente desnuda y solo cubierta por las sábanas –aléjate de mí y sal de mi habitación bicho -exigió
-¿Broma Calvera? –rió provocador apegando aún más su cuerpo al de ella –no es lo mismo que dijiste anoche, ¿o ya olvidaste como era que me rogabas para meterme a las sábanas –afirmó en un tono burlón
Un terrible sonrojo cubrió el hermoso rostro de la morena, para luego palidecer, puesto que poco a poco los recuerdos regresaban a su mente, todo se debía a ese exótico coctel que Minos y Aiacos habían preparado, porque a partir de ese mismo instante su autocontrol se había ido al demonio, y a pesar de que Radamanthys siempre le había advertido sobre ese maldito bicho, sin duda había caído en su trampa.
-Ya tuviste lo que querías... no sé qué estás esperando –murmuró con un hilo de voz la fémina cubriéndose los ojos
Kardia ladeó su rostro y descubrió la incomodidad de la muchacha, al principio le había causado gracia hacerle ese tipo de broma, puesto que la noche anterior no había pasado nada muy comprometedor, o bueno nada de lo que tendría que preocuparse en los próximos 9 meses.
-Oye Calvera, ¿te sientes mal? ¿te duele algo? –interrogó preocupado al abrazarla
-Vete de aquí maldito bicho, ya puedes ir a presumir que... -sin embargo la pelinegra se vio acallada por un beso del muchacho
-Tranquila, no pasó nada –murmuró acariciando su mejilla –bueno, nada muy malo –sonrió mostrándole un par de marcas en su cuello
-¡¿Eh?! –
-Como lo escuchaste preciosa, ayer estabas tan animada, debo de admitir que tus besos son mi perdición, además de la forma en que mueves tus curvas –sonrió Kardia besando la mejilla
-¿Entonces tú... y yo...? –inquirió Calvera
-No llegamos al final, solo porque quería que recordaras a la perfección tu primera vez –agregó con una risilla burlona
-¡Ah! Pero ¿Cómo es que tú...? ¿Lo sabías? –
-Digamos que me pude dar cuenta... –dijo lamiendo su dedo índice y Calvera sintió un escalofrío por el recuerdo
-¡Maldito bicho! –le golpeó en el pecho
-¡Ey! Fuiste tú quien me lo dijo, y no sabes cuánto me alegra saber que el maldito cejón no te ha tocado –aclaró atrapándole en sus brazos para recostarla de nuevo en la cama
-¡Me aplastas bicho! –se quejó la morena
-Eso se puede solucionar –rió el peliazul y en un movimiento ágil la colocó encima de él –Aunque es más que obvio que prefiero tenerte bajo mi cuerpo, verte encima de mí también es excitante –sonrió Kardia
-¡Idiota! –suspiró Calvera acomodándose sobre el cincelado y sensual pecho desnudo del peliazul
-Duerme un poco más, después de todo es feriado –celebró el ojiazul acariciando los mechones de la morena.
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Diez Canciones, Diez Historias
RomanceReto de Saint Seiya Unión Fanfickera... o algo así xD... 10 mini historias con diferentes temáticas y parejas...