Diez Canciones, Diez Historias

Criminal [Post-ND] (SagaxOC)

Tú me robaste el corazón como un criminal

Esto que siento por ti no puede ser legal

Tú eres un delito que yo quiero cometer

Tú, tú eres para mí, yo no te quiero compartir

La luz bañaba esa inocente e inmaculada figura que se paseaba despreocupada por los rincones del enorme Santuario jugueteando con aquella otra pequeña criatura; sin notarlo sus orbes esmeraldas le seguían atentos, trazando todas aquellas pequeñas curvas, así como la nívea y pura piel que se asomaba traviesa de entre esas prendas holgadas.

Se llevó la mano a frente y trató de sacarse todas esas malditas ideas que se habían ido alojando en su mente desde que empezó a convivir con la jovencita a causa de la pequeña albina.

Se sentía como un insecto atraído irremediablemente a la luz, aquella luz que sería su perdición, pero cómo poder evitar no sentir algo hacia la inocente doncella que procuraba de una forma tan amable e incluso maternal a su protegida.

Todo había pasado de una forma imperceptible para el Santo de Géminis, pues qué amenaza podría representar para un hombre como él una frágil jovencita de apenas 17 años, en especial cuando tenía tan cerca a la hermosa Saintia de la Corona Boreal.

He ahí fue su primer error, y es que la candencia de aquella niña se había colado de manera inconsciente a su oscuro corazón. Porque los gestos torpes y distraídos de Lena, ese era el nombre de la culpable de su locura, le habían puesto en alerta, es que acaso la jovencita ¿no se daba cuenta de que había ocasiones en las que dejaba entrever su inmaculada piel cuando jugueteaba con la albina?, o que no era aconsejable recorrer lentamente con su lengua una dura paleta de hielo frente a un hombre.

Por ello tuvo que poner una barrera de indiferencia entre ellos, por ello tenía que usar esas palabras frías y crueles en su trato, porque sabía que si existía una sola oportunidad, en ese mismo instante la aprovecharía y se robaría toda la inocencia del cuerpo, alma y corazón de Lena.