¿Qué te vas a ir con ella? Está bien, yo no me opongo te deseo que seas feliz
Pero te voy a advertir que si vuelves otra vez, no respondo
Y esa tonta que te quiere y que se enamoró de ti no sabe lo que le espera y piensa que va a ser feliz
Inocente pobre amiga no sabe que va a sufrir
Acarició su melena antes de depositar un beso a modo de despedida en aquella mujer de rizada cabellera, la vio cerrar la puerta tras de sí, al tiempo que él daba media vuelta para "continuar" con todos los pendientes que se habían acumulado en su escritorio desde que había decidido distraerse un poco con ella. El chillido de su silla le hizo mirar al frente y sus orbes ambarinas se dilataron considerablemente al descubrir la delicada y femenina figura enfrentarle, un escalofrío le recorrió de pies a cabeza cuando vio esa sonrisa plasmada en sus rosados e inocentes labios.
-Anna... -tartamudeó disimulando su nerviosismo el peliplata –Lune no me dijo que habías regresado antes... podría haber ido por ti al aeropuerto... –abrió sus brazos fingiendo que el beso con ella no había sucedido
Más la muchachilla de caoba cabellera alzó su mano derecha indicándole que no continuara
-Ya no sigas Minos, no hace falta que finjas más –dijo con un tono angelical, casi meloso colocando sus manos sobre el escritorio
-No entiendo de qué hablas mi amor, seguramente el viaje te tiene cansada y te has confundido... –afirmó el ojiámbar disimulando su inquietud
-Seis meses –le interrumpió –desde hace seis meses que te ves con ella –Anna le confirmó el tiempo que había decidido tener una aventura a espaldas de su prometida
-Anna, amor... -se acercó cuando la vio juguetear con ese costoso anillo de compromiso que hacía casi un año que le había dado
-Espero sinceramente que lo suyo funcione a la perfección, exitoso Licenciado Minos –expresó la joven clavando su oliva mirada en la pieza de joyería –y que también sus manos sean delgadas y pequeñas como las mías –sonrió poniéndose de pie al dejar el aro sobre la mesa
El hombre se quedó helado al escucharle, pues a pesar de ser uno de los más mordaces abogados de la firma, se había quedado sin palabras ante la declaración de la preciosa mujer de cabellera caoba.
-Aguarda, querida, todo esto solo fue... -rogó el ojiámbar tomándole del hombro
-¡Ah! Pero no creas que estoy enojada, -dijo colocando su dedo índice sobre los labios de Minos para acallarle –¡es más hasta les puedo hacer un regalo de bodas! –aseguró dando una palmadita y un saltito dando una imagen más aniñada de lo que en realidad era, una imagen de pura inocencia –seguro le encantará usar el vestido que me compraron mis hermanos, después de todo tiene una afición por las cosas de segunda mano –se mordió los labios de una forma tan provocativa -¡Oh! Y por tu propia seguridad será mejor que mis hermanos no se enteren... -agregó relamiendo sus manos
Minos quería estrellarse la cabeza contra una de las columnas pues Anna era la hermana menor de los dueños de la Firma, lo que quería decir que por una estupidez había perdido al amor de su vida, así como su trabajo y prestigio.
La menuda jovencita le dio la espalda y luego le miró de reojo con un grado de desdén en esos orbes oliva
-Espero que haya quedado claro que ella no es una mujer que pueda ocupar mi lugar –Salió por la puerta para irse custodiada por sus hermanos mayores.
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Diez Canciones, Diez Historias
RomanceReto de Saint Seiya Unión Fanfickera... o algo así xD... 10 mini historias con diferentes temáticas y parejas...