Fear, Love, DANGER #Wattys2015

El castillo de los Dunkeld

-Dos horas, pero chequé apenas el GPS y solo nos faltan cuatro metros.- respondí.

-Ya estoy cansada.- dijo Sally.

-Yo también.- dijo Tracy poniéndose en cuclillas.

-¿Pero saben qué? Jamás podremos llegar a descansar si seguimos paradas como hasta ahora.- dijo enérgica Melanie.

-Eso es cierto, así que apúrense, entre más rápido mejor.- dije y continuamos nuestro recorrido por casi quince minutos, pero llegamos hasta las puertas de aquel castillo.

-Guau, esto es... enorme.- dijo Tracy asombrada.

-Genio, es un castillo.- dijo Sally.

-Ya lo sé.- dijo Tracy de nuevo volteando a ver a Sally.

-¿Y que esperamos? Hay que entrar ¿no?.- animó Rachel.

-¿Cómo abrimos la puerta?.- preguntó Melanie y automáticamente todas voltearon a verme, ya que una vez abrimos la oficina del director de la preparatoria para arreglar nuestras calificaciones, y ¿adivinen a quien utilizaron para abrir la puerta? Sí, a mí.

-¿Puedes hacerlo?.- dijo Sally.

-Pero la cerradura no es de este siglo si lo notaron.- dije obvia.

-¡Intenta!.- dijo Melanie.

-Bien, espera.- dije y simplemente intenté abrir la puerta girando del pomo y esta como por arte de mágica se abrió.- ¿No pudieron intentar eso?

-¡Para eso tenemos a la gran abridora de puertas! ¿Esa palabra existe?.- dijo Sally.

-No sé, pero entren ya.- dijo Rachel.

Todas entramos y aquella casa estaba hecha un asco -literalmente- telarañas por todos lados, polvo en todos los muebles, algunos quemados, otros rotos o comidos por los animales.

-Esto esta horrible.- dijo Melanie pasando el dedo por la mesa, la cual estaba llena de polvo, quemada y terminaba justo en la mitad.

-Lo sé.- le respondí viendo los cuadros de la pared, a los cuales también les alcanzaron a llegar las llamas por lo que vi.

Exploramos todo y cuando estábamos en la parte alta, escuchamos que algo se cayó en el primer piso del castillo.

-¿Escucharon?.- dijo Tracy.

-Sí.- respondí con miedo.

-Yo también.- dijo Rachel.

-Y yo.- dijo Melanie seguida de Sally.

-Yo igual lo escuché.

-Creo que lo mejor sería irnos.- dije.

-No, hay que quedarnos por hoy.- dijo Melanie.

-Ayleen tiene razón, Mel. Deberíamos irnos.- Al terminar de decir eso Rachel escuchamos un grito desgarrador.

-Carajo, vámonos, la maletas están abajo.- dijo Tracy bastante asustada, al igual que todas nosotras.

-Sí, mejor vámonos.- dijo Melanie.

-¡Apúrense!.- dijo Sally bajando rápidamente las escaleras, seguida de nosotras.

Llegamos a la parte baja y por la cocina que habíamos explorado hace un rato se escuchaba como tiraban todas las cosas.

-¡Mierda, vámonos ya!.- grité y salimos corriendo de ahí a todo los que nuestros pies daban, con lágrimas en los ojos y arrastrando las maletas.

-Olvidé mi celular.- dijo Melanie parando.

-No, Mel. No importa, vámonos.- dije.

-¡Claro que sí importa, Ayleen- dijo tirando su maleta y corriendo hacia el lugar.

-Yo no me quedaré aquí, debemos acompañarla.- dijo Sally.

-Sí, hay que ir.- dijo Rachel y todas se fueron corriendo.

-Espérenme.- dije recogiendo mi maleta ya que la había soltado y ellas no.

-Aquí nadie se irá a ningún lado.- dijo una voz ronca detrás de mí, volteé y era una persona vestida totalmente de negro, y su rostro se alcanzaba a notar por pequeñeces, ya que la luz de la luna nos alumbraba.

-Te lo pido, no somos de aquí, no nos hagas nada.- dije asustada y soltando miles de lágrimas.

-¿Crees que con eso me vas a persuadir?.- dijo el hombre, era alto, 1.92 talvez.

-Por favor.- dije llorando.- déjame irme.- al terminar de decir eso escuché como ellas gritaron.- ¡Chicas!.- grité al ver que unos tres o cuatro tipos, cargaban a ellas y se las llevaban adentrándose en el bosque, al voltear solo vi un pedazo de tela y todo empezaba a tornarse negro a mi alrededor.