Nicotina. [TicciMask] [T.2.]

5

»Muerte.

Muerte fue lo que sintió Rogers ese día.

Muerte.
Agonía.

¿Lo tenía merecido?. . .«

Él chico con movimientos bruscos salió de su condenado, suerte que no podía dolerle; Estaría ahora mismo retorciéndose como un gato atropellado.
Había estado dormido, durante semanas.
La sangre estaba seca en la alfombra, nadie fue a auxiliarlo.
»¿Qué haces Tobías?« Tomó la foto de la mesa y la colocó en los portarretratos familiares.
Un viejo recuerdo permanecía.

Tim apareció frente a él, Toby lo vio adorándolo.
Corrió a abrazarlo de las caderas, suplicando el perdón absoluto.
Él de negó, empujó al pequeño y lo vio fríamente.
—Hora de jugar a ser el tiro blanco.— Contestó viéndolo en el suelo inmundo y dolido.
Tim lo tomó del cuello de su suéter, arrastrándolo por toda la casa como si fuera una aspiradora dañada.
Se detuvo en un punto fijo, donde el lugar era frío y alejado de todo lo posible y existente.
—Me debes una, imbécil. —Disparó sin ver, salpicó algo, eso le dio una señal a Tim.
Había hecho un gran trabajo.

—D-detente. . . —Titubeó.

—¿A caso te pedí que me rompieras el corazón? —Volvió a disparar, recargó el arma y admiró al chico destrozado en ambas formas.
Se acercó lentamente, tomó su cara húmeda y lo besó. —Sigues delicioso, pero tan sucio. —Lo abofeteó.

—¿E-esta es tu forma de querer? —Preguntó.

—Tu masoquismo es realmente admirable, sólo te doy lo que quieres; Debiste correr cuando me viste, al contrario me abrazaste y rogaste. Te preguntaré yo, ¿Me amas tanto para dejarte masacrar por mi?

Él chico en el suelo asintió.
Lo admitió.
Admitió que lo amaba y que se dejaría a todo por el mayor.

Al mayor se le iluminó la mirada, obviamente se odiaría por ello.

—Sabes, es mi turno ahora de mandarte al carajo. —Río. —Yo no te amo.

La tensión se sintió tras las últimas palabras de Masky, Toby sólo tragó saliva y dejó caer su cabeza en las hojas, sus brazos apoyados en la tierra también cayeron.
Estaba tendido en la misma miseria de antes, no lloró.
No estaba para eso.

O simplemente no quería demostrar lo débil que seguía siendo.

No ante él.

No.

—Es tu venganza, ¿Cierto? —Susurró bajo. —No sé que quieres de mí. —Se levantó y miró sus ojos rojos. —¿Has estado fumando más? —El mayor ocultó su cara con la máscara. —¿Responderás? —Gritó agitado.

—Vete a casa, ahora.

—¿Qué? No te dejaré así. —El pequeño se negó a irse, él estaba mal, ¿Por qué preocuparse por unos hoyos en su abdomen?

—Vete ahora mismo. —Apuntó a su cabeza.

Toby se alteró y trató de quitar la pistola de su amado, si él moría, no habría vuelta atrás.
La desesperación hizo que corriera a casa, estaba sangrando por todas partes, no le importó.

Sintió un vacío abrumante, más que un sonido fuerte pasando justo en su oído.
Sentía como su pecho se movía rápido, en busca de aire, sus pulmones. Su cabeza latía y ardía, las venas resaltaban, con un poco de aspirinas. El suicidio se quedaba corto, cuando Tim cometió el bello y horrible homicidio hacia al corazón de Tobías. Era una obra de arte, echa con unos pinceles finos y llenados con pintura estúpidamente combinada, complexión delgada.

El pequeño sacó una cuchilla afilada que había robado del bolsillo de Tim, cortó sus brazos, rompió fibras sumamente delicadas, hasta llegar a la sangre carmesí derramar y chapotear la piel muerta; La navaja del cuchillo estaba oxidada y esperaba un pequeño diminuto picazón rojo pasión. Si morir era una opción de emergencia, ¿Él supo de su plan y puso cartas en el asunto? Sabiendo que romperías corazones, arriesgando ambas vidas. Totalmente, olvidarlo era una muerte perfecta, pero hay un percance, un problema. El amor dolía el alma, destrozaba incluso las lágrimas. ¿Morir ahora era correcto? ¿Era la salvación del sufrimiento eterno? No. »Tim a lo lejos disparó el arma, estando perdido, en soledad pura y dolor quemando.«
El reloj sonando, el cuerpo débil del chico cayendo, su mente obstruida y el tiempo acabado; Si querían amor, debían estar listos para el dolor.

—En ese caso, lleva tu amor a otro lado, que mi corazón ahora mismo está dañado. —Dijo antes de caer rendido en la entrada de la mansión.