Dulce sabía que en la cabeza de Richard había miles de preguntas que él deseaba hacerle pero que no se atrevía debido a su estado de shock. Aún así se sintió en la obligación de contarle todo lo sucedido visto que su acechador había decidido involucrarlo a él también al haberle enviado el video con aquellas imágenes que, dudaba, se borrasen pronto de su mente.
—Rich... con respecto al video...
—intentó comenzar a hablar después de que él la llevó hasta uno de los cómodos sillones que había en su oficina. En ese momento, Calista irrumpió trayendo consigo el té de tila que Richard había pedido para ella.
—Gracias Calista, puedes retirarte. La mujer observó a Dulce, quien parecía estar presa de alguna crisis de nervios. No era para menos, el chisme había corrido como reguero de pólvora por todos los rincones de la agencia y ya todos sabían que la afamada modelo tenía con su guardaespaldas una relación que iba mucho más allá de un simple contexto laboral. Nadie lo decía abiertamente pero muchos en Impact hubiesen querido haberle echado mano al famoso video. Una vez que volvieron a quedarse a solas, Dulce intentó retomar la conversación.
—Sé que ese video es bastante evidente pero aún así quiero explicarte que... que... Richard puso la taza de té en la mano temblorosa de Dulce.
—Cariño, eres libre de hacer con tu vida lo que te plazca, solo que me hubiera gustado que me dijeras que Chris no era tan solo tu guardaespaldas, por lo que se ve en el video, pareciera que tú y él os conocéis desde hace mucho tiempo –manifestó Richard con una sonrisa amarga.
—Si –respondió ella—. Conozco a Chris desde hace mucho tiempo pero él ni siquiera lo sabe. Richard se quedó de una pieza.
—¿Cómo es eso?
—¿Tienes tiempo para oír la historia de una adolescente triste y lastimada?.
Chris atravesó el centro de Londres sumido en sus pensamientos después de haber llevado el video a Scotland Yard; según le había informado el detective que llevaba adelante el caso, le harían una pericia al material para tratar de averiguar de dónde había salido. Chris carecía de optimismo, estaba seguro que el bastardo que los había filmado a Dulce y a él se cuidaría muy bien las espaldas; no era ningún novato y por lo tanto no iba a ser muy sencillo dar con su paradero. Podía haber enviado el correo desde cualquiera de los cyber cafés desperdigados por toda la ciudad y eso sí que sería como buscar una aguja en un pajar.
Chris no podía quitarse de la cabeza que el acechador de Dulce era alguien cercano a ella, quizá un antiguo amor, alguien que se enamoró platónicamente de ella y ahora buscaba dar a conocer su malsana obsesión. Por eso era que se estaba dirigiendo a encontrarse con Patrick Cooldrige, detective y ex compañero de trabajo. Estacionó su coche frente al pub que ambos solían frecuentar cuando aún trabajaban juntos y se bajó. Entró al lugar, una nube de humo y un fuerte olor a cerveza le dio la bienvenida. Ahora que regresaba a aquel sitio después de tantos meses se daba cuenta de cuánto lo extrañaba.
Patrick lo esperaba en la barra con un jarro de cerveza en la mano.
—¡Chris, dichoso los ojos, amigo! –el pelirrojo soltó la bebida y le dio un fuerte abrazo.
—¿Cómo estás Pat? ¿Cómo te trata la vida? –preguntó Chris mientras se sentaba junto a él y pedía también una cerveza bien fría.
Patrick le sonrió.
—No me puedo quejar –alzó el jarro y brindó con él—. ¿Qué andas buscando? Porque supongo que si me has llamado con tanta urgencia es porque necesitas algo.
Ser perspicaz era sin duda una de las mejores virtudes de Patrick y Chris lo sabía muy bien.
—Quiero que investigues a una persona; necesito saber todo sobre ella –sacó su libreta de anotaciones en donde guardaba una foto de Dulce y se la entregó.
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Tu Admirador Secreto Vondy (Adaptada)
JugendliteraturDulce Gibson se ha vuelto famosa de la noche a la mañana y por lo tanto también se ha vuelto vulnerable al acoso de un admirador secreto. Pero esa admiración rápidamente se convierte en obsesión y siente que su vida corre peligro. Christopher Macfad...