Drunk » m.c. ['Between Drinks' Book #1] (EDITANDO)

#11: Podríamos besarnos.

NOTA: Si quieren, cuando lleguén a la aprte del beso, reproduzcan You & I ;)

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Al otro día, lo primero que oí al despertar fue el sonido de la primera lluvia de verano de este año. Sabado, día para relajarse, no hacer nada y descansar, aunque eso no será posible si las voces de abajo no dejan de gritar como desquiciados. Tapé mi cabeza con la almohada tratando de bloquear el sonido de la molesta risa de Ashton (no es cierto, te amo Ashi, tu risa es perfecta <3) pero no, parecía que había parlantes por la casa. Revoleé la almohada lejos y me levanté de la cama, bajé furiosa las escaleras y terminé mi marcha en el living, me encontré con algo que no esperaba.

Ashton montaba, por así decirlo, a Michael, este tenía puesto la cabeza de una botarga de cerdo, Luke tenia puesto un tutu y se reía mientras mi hermano, estaba en el piso, riendo, y con peluca. Todos parecieron notar mi cara de ‘¿Qué mierda?’ después de un rato, rieron y dirigieron su mirada a la computadora de Calum.

–Miren, acaba de bajar el oso dormilón de mi hermana dijo Calum mirando a la cámara, luego dio vuelta la computadora.

Salí corriendo a la cocina antes de que la cámara pueda enfocarme, no quería que me vieran con estas fachas, menos personas que no conozco. Ya en la cocina, alguien hablo a mis espaldas.

 –Tiempo sin verte Hood –di la vuelta encontrándome con la persona, de la voz femenina.

Alta, sonriente y rubia, Margaret Harrison me miraba con sus ojos azules y con sus delgadas manos en sus caderas. Su pelo ya no estaba lacio, sino que estaba ondulado, casi con rulos. Creo que era su cabello al natural.

–¡Mary! –grité antes de abrazarla.

–Hola loca –respondió separándose.

–¿Así que eso lo que hacen los chicos?-pregunté viendo como hacia estupideces ante la cámara.

–Sip –dijo tomando un sorbo de su vaso de pepsi.

–¿Y a las chicas les gusta? –preguntó sacándole el vaso y tomando también un sorbo.

–Sipi, tienen muchas suscriptoras –respondió mirando a los chicos al igual que yo, estos nos miraron y nos saludaron. Nosotros imitamos su acción.

Admito que yo solo estaba mirando a Michael, y que cuando me miró enrojecí como si tuviera alguna enfermedad, y admito que cuando me saludó casi me muero, porque sabía que ese saludo estaba dirigido a mí, solo a mí, sino no me hubiera mirado solo a mí. Y sabia queme estaba mirando a mi porque yo también lo miraba solo a él.

–¿Y Cómo estás? Hace mucho que no nos veíamos ¿algún chico en tu vida? –cambie de tema.

–Eh estado bien, pero ahora estoy mejor que nunca, si hay un chico –respondió sonriente.

–¡¿Quien?! –pregunté histérica.