LA VIDA NOS DA OPORTUNIDADES
Pocas son las cosas de las cuales no me arrepiento haber hecho durante mi regreso, y una de ellas es conocer a Leonardo.
Recuerdo la primera vez que lo vi. Estaba siendo amedrentado por unos de sus compañeros de colegio y yo decidí ahuyentarlos con unas bolsas de basura. Nunca olvidaré ese día porque además de haberlo conocido me retaron por no cerciorar el arroz.
Admito estar algo celosa de Yanna porque ahora pasa más tiempo con ella; sin embargo, me alegro de que tenga a un padre que lo quiere mucho a tal punto de que es molestado por ello. No tiene sentido, ¿verdad?
Ahora que tengo la oportunidad de salvarlo haré todo lo posible para que la parca no se lo lleve. Aún tiene cosas por hacer. Debe graduarse, ingresar a la universidad, tener un empleo, casarse y formar una familia. Él tiene mucho por hacer.
Después de casi una hora llevan mi sangre hacia la sala de operación.
Salgo a buscar a Yanna y es con Daniel con quien tropiezo. Sus labios se mueven emitiendo palabras que no logro escuchar con claridad, su rostro denota enojo y me da la sensación que me está retando. No estoy consciente de lo que sucede a mi alrededor, todo me da vueltas, tambaleo y caigo. Lo último que veo es a Cinthya.
Abro mis ojos y la luz incandescente del lugar me impide ver. Estoy acostada en una camilla, al parecer me he desmayado, todo esto me hace sentir un déjà vu de la primera vez que estuve en el hospital.
—Ya despertaste —dice Daniel que está a lado mío.
—¿Qué fue lo que pasó? —cuestiono.
—Te desmayaste. Eres una tonta, ¿cómo se te ocurre donar sangre si no te has alimentado bien? A parte de encontrarte en ese estado de desesperación.
—Tenía que ayudarlo —digo en voz baja.
—¿Y quién te ayuda a ti? ¡Tenías que haber esperado a que lleguen sus familiares!
—¿Ya llegaron?
—Sí, están pendientes de la cirugía.
—Qué alivio.
Trato de levantarme para ir hacia ellos, pero Daniel me detiene y exige que descanse.
—¿Por qué no contestaba su celular? Yanna estaba angustiada.
—Estaba sin batería y se apagó. Luego fue cuando me di cuenta de las llamadas de ella y vine para acá.
—¿Estaba con Cinthya, verdad?
—Sí.
Al cabo de media hora nos dirigimos hacia los padres de Leonardo y para mi sorpresa la mamá de él me agradece. Dice "Gracias muchacha" y el papá menciona que si su hijo se salva es gracias a mí.
Me muero de la pena porque mi intención no era ser la heroína ni salvadora de nadie, tan solo deseaba que Leonardo no sufra en el más allá.
Nosotros nos retiramos con la duda de lo que puede pasar después.
De regreso a casa de inmediato me acuesto a dormir, siento que aún no recupero mis energías y no estoy cargada al 100%. A penas mi cuerpo toca la cama entro al mundo de los sueños. En este estoy en el limbo y Leonardo también.
—¿Qué es este lugar? ¿Qué hacemos aquí? —me pregunta—. No me digas que... ¡Wow!, me he muerto.
—Tú no deberías estar aquí, tu alma no debe deambular por los asuntos pendientes.
—¿Asuntos pendientes? Ahora que lo mencionas aún no me he declarado y besado a Yanna, ni le he dado su merecido a los que me hirieron, tampoco he visto el nuevo juego que mi amigo se compró. ¡Oye no es justo! —exclama tan infantil.
—La vida está llena de injusticias —sonrío.
—¿Oye a dónde vas? —me detiene cuando me alejo de él.
—Hay una banca que me espera.
—¿Y yo qué hago?
—Tú regresa con los tuyos.
—¡Lucía espera! —grita—. ¡Lucía!, ¡oye espera! ¡Lucía!
Despierto bruscamente y escucho la voz de Daniel llamándome. Me pregunta si voy a ir a trabajar a lo que respondo de manera afirmativa. Mientras tanto Yanna va al hospital a tener noticias.
Paso toda la jornada pensando en el pobre muchacho y tengo unas ganas de ir a verlo. Yanna no me llama para decirme cómo está y eso hace que mis deseos de ir aumenten. Por otro lado mi jefe está pendiente de mí debido a mi último desmayo, con tantos cuidados siento que el antiguo Daniel ha regresado. Cinthya está en la cocina supervisando todo y dándome órdenes, al parecer esto le divierte mucho.
Para el día siguiente la rutina es la misma. La menor de los Andrade va a cuidar de Leonardo y yo a trabajar hasta que de pronto ella me llama para decirme que ha despertado. Voy rápido al hospital a cerciorarme que todo está bien.
Al ingresar hablar con él lo primero que hago es regañarlo por enfrentarse a esos vándalos.
—No podía lucir como un cobarde frente a una chica —bromea.
—Me alegra que estés bien —acaricio su cabello.
—A mí también. Sabes que tuve un sueño muy raro donde estabas tú —comenta—. Estaba en un lugar... —suspira—. Es difícil de explicar. Sentía que no pertenecía ahí, pero tú sí.
—Era un simple sueño. No le prestes atención.
Luego de mi corta plática con él, su padre se acerca a mí para manifestarme que había expulsado a los chicos que lastimaron a su hijo. Lamenta no haberse percatado del problema mucho antes y así poder evitar la tragedia.
—Uno de ellos, el que no lo hirió, al parecer estaba arrepentido y pidió disculpas —dice—. El otro joven fue enviado lejos.
—¿Así de fácil?
—Leonardo me pidió que no ponga ninguna denuncia, que los perdona y espera que inicien una nueva vida de manera sana y sin errores.
Todos merecemos una segunda oportunidad porque al final todos somos humanos imperfectos que día a día queremos alcanzar la perfección y nuestras fallas nos lo impiden.
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MI PEQUEÑO Y TRAVIESO FANTASMA «TERMINADA»
FantasyLucía es una chica que murió cuando ella tenía 9 años y durante los próximos 10 años su alma deambula al tener asuntos pendientes como conocer cómo y por qué murió. Un día Carlos, un ángel moderador, le ofrece la oportunidad de volver al mundo de lo...