PRÓLOGO

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Caminar, escuchar, observar y seguir caminado hasta llegar a un banco y sentarme a dormir para luego despertar y volver a hacer lo mismo una y otra vez. Tengo tiempo haciendo esto que ya perdí la cuenta; quizás llevo días, semanas, meses o incluso años en este lugar.

Me acostumbré a hacerlo porque aquí no hay nada más que se pueda hacer.

Todos los días llegan nuevas personas, mujeres, hombres, ancianos e incluso niños; unos más a doloridos que otros. Pero al final llegan más y se van menos.

Somos muy distintos pero todos los que estamos aquí tenemos algo en común. Todos, absolutamente todos estamos muertos... Somos almas en pena que vagamos en el limbo, almas que tenemos asuntos pendientes y por eso no somos capaces de ir hacia nuestro destino final y descansar en paz, almas que no nos resignamos a dejar a nuestros seres queridos y queremos aún permanecer con ellos.

¿Será un castigo? No lo sabemos, lo único que sabemos es que permanecemos aquí hasta que Dios se apiade de nosotros y nos deje ir a su lado. No recordamos nada, nuestra memoria es escasa en cuanto a nuestra vida humana, solo sabemos que un día llegamos a este lugar y que todos los días hacemos lo mismo.

MI PEQUEÑO Y TRAVIESO FANTASMA «TERMINADA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora