Capítulo Diez

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Si Niall era honesto, estaba contemplando decirle a Liam y a los demás sobre Harry. Esos pensamientos no le impedían vacilar. ¿Estaba realmente listo para decirle a todos sobre él? Puede que sólo haya sido una falsa alarma. Quizás Harry no era el indicado. Quizás la amistad era el límite entre los dos chicos y Niall no sabía si podía vivir con eso por el resto de su vida.

Sin embargo, antes de que cualquier cosa sucediera, Niall necesitaba hablar con Harry. ¿Cuál sería el punto si Niall le decía a los chicos sobre el rizado y de repente salía de su vida al día siguiente? Eso ciertamente no funcionaría. Cuando se dio cuenta de que se había decidido, Niall ya estaba afuera de la humilde morada de Harry. Sus nodillos llamaron a la puerta. Niall tiró de su chaqueta (la chaqueta de Zayn) para ceñirla más alrededor de su cuerpo.

Mientras tanto, Harry suspiró con frustración cuando se tropezó con un juguete extraviado en el cuarto de Ella.

—¡Ella! ¡Recoge lo que dejas tirado! —odiaba gritarle a su hermana menor, quien se inclinaba a ser irresponsable a tan temprana edad, ¡pero cuidarla era una pesadilla! Una vez Harry escuchó a alguien tocar a la puerta, su rabia lo venció cuando gritó—.   ¡Está bien! ¡Ya voy, joder!

Bajó corriendo las escaleras y esquivó aún más juguetes. Harry llegó a la puerta y la abrió. Su boca formó esa familiar forma en O cuando se dio cuenta de quien esperaba al otro lado de la puerta.

—Suena a que necesitas ayuda ahí adentro. —Niall rió, apenado. Harry recibió al joven irlandés en su hogar y cerró la puerta detrás de él. Niall se hizo camino dentro de la estancia de Harry y tomó asiento en el sofá.

—Entonces, ¿qué te trae por aquí?

—Necesito preguntarte algo. Lo habría hecho por teléfono pero entonces me di cuenta de que no tenemos el número del otro. —Harry asintió de manera comprensiva y sacó su viejo Nokia de su bolsillo.

—Deberías realmente modernizarte, ¿sabes? —esta vez fue el turno de Harry de reírse por la forma franca de Niall de expresar lo obvio.

—Sí, lo sé, Sherlock. —los chicos intercambiaron números y Harry dijo—: Entonces ¿qué necesitabas preguntarme?

—No sé si esto vaya a sonarte estúpido o no, pero necesito saber si puedo hablarle con otra gente sobre ti. —Harry no pudo evitar emitir un resoplido.

—Bromeas, ¿cierto? ¿Por qué te pediría que me mantuvieras en secreto?

—Sólo quiero asegurarme. No quiero contarles sobre ti sólo para descubrir que terminaste y has salido de mi vida.

—Está bien, bueno, ponlo de esta forma. No sólo voy a aparecer y desaparecer de tu vida. Si crees que es una buena idea, estoy aquí para quedarme. Eres la única persona con la que he podido hablar desde que todo pasó con mis padres. Rosie es demasiado joven para entender cómo me siento, incluso si en verdad cree que es lo bastante vieja y madura. Nos entendemos y eso no es algo que tengas todos los días, así que creo que estoy aquí para quedarme.

—Bueno, estoy feliz con tu compañía.

Cuando las luces mueren -Ziall/NarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora