Capítulo Tres

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—Entonces, ¿cómo te sientes, Niall?

—¿Va a juzgarme?

—En lo absoluto. Estoy aquí para escucharte y respetar tus puntos de vistas. Cualquier cosa que me digas quedará entre los dos. Nadie te juzgará. Aquí puedes hablar libremente sobre lo que quieras.

—Está bien. —Niall tomó un profundo respiro—. Anoche vi a Zayn... Literalmente. Me fui a dormir y, tan pronto como apagué las luces, escuché su voz. Me asusté y entonces lo vi. Estaba en la cama, sentado a mi lado. Seguía diciéndome que su muerte no había sido mi culpa. Dijo que estaba en el limbo y que no podía avanzar a menos que yo aceptara que no murió por mi culpa. Dice que solo lo veré cuando las luces mueran en la noche. Cuando encendí las luces, desapareció. No estaba alucinando, lo sé... Fue real. Dijo que no era un sueño. Le creí porque recuerdo haberme dormido y soñar algo diferente.

—Suena a que en verdad te amaba. Volvió por ti, ¿cierto?

—Sí, creo.

—Pienso que eso demuestra cuánto se preocupa por ti, Niall; al igual que yo, quiere te estés bien, quiere que sonrías de nuevo.

—¿Entonces por qué me dejó?

— A veces las cosas tienen que pasar. Quizás en el futuro puedas encontrar a alguien que te ame tanto como Zayn te amaba. ¿Has pensado en eso?

—Eso es imposible. Nunca podré amar a alguien de la forma en que amé a Zayn.

—Nunca se sabe. Es una posibilidad. Entonces, ¿cómo te sentiste anoche cuando hablaste con Zayn?

—No lo sé. Casi me sentí mejor hasta que me dijo por qué estaba ahí. Sentí como si hubiera vuelto para estar conmigo para siempre. Lo amé incluso más de lo que jamás lo amé porque pensé que había vuelto y que entendía por qué lo insolenté.

—¿Crees que haya entendido el porqué?

—Quizá. En realidad no lo sé.

—Bueno, si lo ves esta noche, puedes preguntarle, ¿no? —Niall sonrió ligeramente.

—Sí, creo que podría.

La siguiente media hora se la pasó hablando sobre Zayn y pensando en el tiempo que solían pasar juntos. La señorita Edwards, a quien Niall ahora conocía como Perrie, le hacía preguntas sobre su tiempo juntos, y Niall respondía.

—Entonces, si no es tan difícil para ti hablar de eso, ¿cómo conociste a Zayn? —Perrie preguntó. Niall sonrió tontamente mientras pensaba en su primer encuentro. Era tu típico momento cliché.

Niall había tenido un mal día en la universidad y necesitaba despejar su mente. Caminó al café donde compró un café y un pretzel. Niall chocó por accidente contra alguien de camino a su mesa, y su café se derramó sobre la camisa del extraño.

El hombre maldijo mientras que Niall se llevó rápidamente una mano a la boca. Sus ojos azules miraban fijamente a este hombre solo para descubrir que parecía de su misma edad.

—Lo siento, amigo —tartamudeó, y el otro chico sonrió.

—No hay problema; de todos modos, ya me iba a casa. Soy Zayn.

—Niall, gusto en conocerte, Zayn. —Zayn asintió y sonrió, la alegría evidente en sus grandes ojos marrones. Niall tomó un profundo respiro y asimiló sus características. Ciertamente podía recordar cómo vestía Zayn ese día: tenía puesta una camisa blanca manga larga cubierta por una camisa a cuadros azules y negros, así como un blazer Nike y unos chinos; encima usaba una chaqueta de cuero, y una mochila colgaba perezosamente de un hombro. Zayn usaba gafas prescritas como las de 3D que recibías en el cine. Su cabello estaba peinado en ese copete del todo familiar, aunque su cabello no era tan largo entonces.

Cuando las luces mueren -Ziall/NarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora