A Tu Lado

Mi departamento

¿De que estas hablando, Luciana? No es gracioso que juegues con la memoria de Carolina -dijo el molesto pelinegro-

No estoy jugando...-suspire pesado- hace unos años antes de que yo conociera a Angy tu tenías novia -se mostró sorprendido- se llamaba Verónica y sufriste mucho cuando murió por eso entiendes el dolor de Angy...

¿Como sabes eso? Solo lo sabíamos yo y Carolina...ni siquiera Zaira sabe por que cuando nos conocimos era un tipo triste -tomo mi mano- ¿De verdad eres ella? -asentí- ¿¡Como estas aqui!? -dijo con cierto pánico-

Mi ángel me dejo regresar...-puso gesto de confusión- se llama Zafira y me dejo regresar por que sabe que Angy sufre...

Sufría -me corrigió- desde que regresaste esta diferente...

Lo se -suspire- por favor no le digas nada ¿si?

¿Por que no? ¿Sabes lo feliz que se pondría? -dijo completamente feliz-

Si, lo se pero no puedo es una regla que me impuso Zafira -el pelinegro asintió-

Bien, no diré nada, tienes mi palabra...¿Te digo Lucy o Carol? -dijo divertido-

Lucy -respondí sonriente-

Bueno, vamos con tu loca novia, esposa o lo que sea -salimos de la oficina- vaya pasar dos veces por el noviazgo debe ser feo...mas aun cuando ya habías logrado casarte con ella -suspiro-

Es frustrante -admiti decaida-

Pero ya no debes pasar por eso tu sola -dijo sonriente- no sabes la falta que me hiciste -me abrazo una vez estábamos dentro del elevador- ¡Y pensar que estaba un poco enamorado de ti! -dijo avergonzado- ¡Sería incesto!

Tranquilo no se lo diré a nadie -rei un poco-

Vaya si que se tardaron -reclamo la castaña en cuanto bajamos del ascensor-

Perdón es que teníamos cosas de que hablar -pase un brazo por su cintura-

¿Que cosas? -pregunto curiosa-

Solo dejémoslo en que no era importante -respondió el pelinegro-

Esta bien -me beso efímeramente- deberíamos irnos ¿quieres ir a mi casa? -pregunto con picardia-

Quiero que conozcas la mia ¿quieres? -la castaña asintió feliz- perfecto...adiós, Vinny -me acerque a besar su mejilla-

Adiós, preciosa -dijo sonriente- ¿no te despides, Angélica?

Bye -la castaña solo movió la mano a modo de despedida-

Salimos del edificio, cada una va en su propio auto para no tener que dejar uno de ellos en el estacionamiento del lugar...y agradezco mucho el instante de soledad pues hoy fueron demasiadas cosas en un pequeño lapso de tiempo...primero el inicio de un noviazgo con Angy, después mis hermanas y su inminente visita para conocer a la chica que le robo todo a Carol y finalmente la confesión a Vinny, aunque en realidad esto ultimo salio a la perfección y no hizo que el pobre chico muriera de una crisis lo cual consideró un gran éxito, llegamos a mi edificio y después de tomar la mano de mi ahora novia entramos al lugar subiendo las escaleras pues era en el segundo piso y no creía muy necesario usar el ascensor, mi novia entro al departamento embelesada por su interior.

Es hermoso -volteo a verme sonriente- de verdad es muy hermoso...la decoración es perfecta para ti

¿Por que lo dices? -pregunte intentando encontrar un punto en común conmigo y la decoración blanca, roja y negra del lugar-

Son tus colores preferidos...siempre los usas -mire mi ropa negra y los labios siempre pintados de color rojo-

Cierto -rei ligeramente- ¿quieres comer algo?

Me encantaría -se dejo caer en el sofá- ¿cocinas?

No, pero siempre podemos pedir una pizza -dije despreocupada-

¿Es de verdad? -dijo un poco sorprendida-

Obviamente no es de verdad -rei divertida-

¡Que tonta! -me lanzo una almohada-

¡Hey! ¿Que son esos modales? -puse las manos en mi cintura y camine hacia ella-

Lamento decirte que no tengo modales -dijo con fingida tristeza-

Ya lo note -suspire fingidamente pesado- debo enseñarte modales -me senté sobre ella que de inmediato puso sus manos en mis caderas-

Eres hermosa ¿lo sabias? -me miro fijamente-

No la verdad no lo sabía -sonrei ligeramente-

Pero lo eres...¿como es que estabas soltera? -acomodo un mechón rebelde de mi cabello detrás de mi oreja-

No había encontrado a la indicada -respondí un poco verdad un poco mentira-

¿Insinuas que soy la indicada? -pregunto con una bonita sonrisa en los labios-

No lo insinuó...-suspire- lo afirmó -roce mi nariz con su mejilla-

¿Sabes que va a costar trabajo cierto? -se alejo un poco- no sera fácil...ni un poco

Lo se -suspire- los fantasmas de tu pasado te estarán persiguiendo tal vez para siempre, pero te diré algo...-acaricie su mejilla con mis dedos- vales la pena

¿De verdad? -sonrió de forma tierna-

Si, de verdad -bese sus labios-

Después de unos besos mas y bastantes caricias inocentes decidimos si pedir una pizza, le pedí a la linda castaña que se quedé a dormir conmigo pues mañana es sábado y nada mejor que despertar a lado de esta bella chica, después de comer le di ropa para que se pudiera cambiar con algo mas cómodo y finalmente nos tiramos en la cama a ver películas de terror que no le pueden faltar a una relación... más si tienes una novia tan miedosa como lo es la mía.

Si quieres la cambió -dije intentando contener la risa- puedo poner una de princesas -me observo con molestia-

¡No estoy asustada! -dijo decidida-

Ajá, si...como tu digas -respondí sarcástica-

¡De verdad! -se recosto de nuevo-

Seguimos viendo la película, pero esta vez sin que yo me burlara de la asustadisa princesita...que se quedo dormida abrazada a mi, en este momento con ella abrazada a mi con gesto tranquilo intente pensar un plan para mañana...principalmente para agradarles a mis propias hermanas pues esta mas que claro que Antonella (la principal defensora de Carol) jamás me aceptará tan fácil y Alessia bueno ella sera mas fácil de convencer por que entiende mas los sentimientos de las demás personas, esas dos chicas siempre fueron muy importantes para mi...las hermosas pelirrojas que siempre me defendían de todos a pesar de ser menores que yo y es que se podría decir que yo era la menor en vez de ser la mayor, pero no importaba en realidad por que no solo ellas me cuidaban a mi...yo también las cuidaba pero de formas diferentes, ahora tal vez tendré que lidiar con su odio por una chica que llego a adueñarse de todo lo que era de su hermana.