La segunda vez que lo vio se encontraba con Jisung, ambos estaban en el arcade, Mark le estaba ganando, como siempre.—¡Lee Donghyuck, ven aquí ahora mismo!
En cuanto Mark oyó aquel nombre se congeló, ¿acaso lo vería de nuevo?
Al voltearse vio la gloriosa imagen de Donghyuck corriendo traviesamente de un chico, y, a quien suponía (y deseaba) que era su amigo, con rostro enfadado pero juguetón.
—¡Acepta tu derrota, Zhong!— le dijo Donghyuck entre risas.
Su voz.
La voz de aquel chico le puso la piel de gallina, ¿era posible que una persona que no conoces cause tantas reacciones físicas en alguien?
Era eso o Mark se estaba volviendo loco.
—Te gané, perdedor— habló Jisung, pero Mark ni siquiera le dirigió la mirada, estaba demasiado ocupado soñando despierto, imaginando.
Su amigo le siguió la mirada y rió suavemente al ver la razón de la distracción de su amigo.
—¿Cuándo fue que te volviste tan gay?
Mark despertó de su ensoñación y le dio un suave golpe en la nuca, soltando una leve carcajada.
—Cállate infante, siempre lo fui.