Narración.
Los pensamientos de Kakashi se enredaban en la conversación reciente con Kiyomi. Al principio, la vigilaba por el bien de Naruto y por desconfianza hacia ella, pero ahora se encontraba en un mar de pensamientos confusos.
De repente, Gai interrumpió su ensimismamiento—. Kakashi, ¿estás bien? —preguntó, arrancándolo de sus reflexiones.
—¿Eh?... —respondió, aún atrapado en la telaraña de sus propios pensamientos.
Asuma, notando su desconcierto, también se unió a la conversación—. ¿Qué te pasa? Ni siquiera te diste cuenta de que llegamos al pueblo de Kiyomi —señaló, acentuando la falta de atención de Kakashi.
Fue entonces cuando tomó conciencia de su entorno. Habíanllegado a un pueblo, un lugar pequeño pero encantador con casas rurales, algunas más modestas y escasas tiendas, pero con un aura acogedora.
—Muy bien, bienvenidos a mi pueblo natal, ¡Pueblo Tomate! —exclamó Kiyomi, posicionándose frente a los ninjas—. Síganme, les mostraré dónde crecí.
A medida que avanzaban, era palpable el aura de reconocimiento y afecto que rodeaba a Kiyomi. La gente la saludaba con entusiasmo, algunos incluso la abrazaban, y ella respondía con una sonrisa cálida y gestos amables.
—¿Quién iba a pensar que Kiyomi era tan conocida? —preguntó Asuma, con un toque de sorpresa en su voz.
—Es como una luz en medio de la oscuridad, ¿verdad? —Gai comentó, con admiración evidente en su tono.
—Es reconfortante verla rodeada de gente que la aprecia —observó Kurenai, con una mezcla de calidez y respeto en sus palabras.
Seguían caminando cuando Kiyomi se detuvo frente a una casa pequeña y un tanto desgastada. Levantó la mano como si fuera a tocar la puerta, pero en lugar de eso, la abrió de una patada y entró con Naruto en brazos. Kakashi quedó boquiabierto, al igual que Gai y Asuma, pero Kurenai parecía mantenerse neutral. Después de todo, es su amiga, y seguramente la conoce mejor que nosotros.
La casa emanaba una sensación de acogimiento. Una pequeña sala con un sofá y un televisor, conectada a una cocina igualmente modesta. Un pasillo conducía a lo que suponía eran las habitaciones y el baño, y al final, una puerta corrediza llevaba al patio trasero.
Todos entraron en silencio, y por unos instantes, el aire pareció cargado de expectación.
—¡Abuelo, he vuelto y con visitas! —anunció Kiyomi, rompiendo el silencio.
Se escuchó el sonido de la puerta corrediza deslizándose, y un anciano, de unos 60 o 70 años, entró en la casa. Sus cabellos grises y largos caían desordenados sobre sus hombros, y su rostro arrugado parecía reflejar años de sabiduría y experiencias vividas.
La atmósfera se tensó cuando Kiyomi pronunció esas palabras. El anciano se quedó en silencio, sus arrugadas manos temblaban ligeramente a los costados de su cuerpo. Sus ojos, llenos de asombro y desconcierto, se posaron en el pequeño Naruto, que yacía pacíficamente en los brazos de Kiyomi.
—Abuelo, él es Naruto, tu nieto... —la voz de Kiyomi denotaba nerviosismo, casi como si temiera la reacción del anciano.
El silencio se apoderó de la habitación, interrumpido únicamente por el suave murmullo del viento que se filtraba por la ventana.
—Vamos a hablar, tú y yo. Ustedes pueden esperar en el cuarto de visitas —anunció finalmente el anciano, señalando hacia el pasillo con un gesto de su mano temblorosa.
Kiyomi asintió con la cabeza, sintiendo un nudo en la garganta mientras observaba a Kurenai tomar la mano de Naruto y dirigirse hacia la habitación de invitados. La tensión en el aire era palpable, y las miradas entre los presentes hablaban más que las palabras que se habían pronunciado.

ESTÁS LEYENDO
𝗄𝗈𝗂 𝗇𝗈 𝗒𝗈𝗄𝖺𝗇 ⸝⸝恋の予感 KAKASHI x OC
Fanfiction❝𝘌𝘴𝘦 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦𝘴 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘦𝘴 𝘢 𝘢𝘭𝘨𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘺 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘷𝘢𝘴 𝘢 𝘦𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳𝘢𝘳 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘪𝘥𝘢 𝘦 𝘪𝘳𝘳𝘦𝘮𝘦𝘥𝘪𝘢𝘣𝘭𝘦𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢.❞ En este fanfic, K...